La manera más rápida y eficaz de conseguir un nuevo ejemplar idéntico de tu planta es multiplicando ésta por esquejes. El esqueje, que bien puede ser un trozo de rama u hojas, contiene toda la información genética que te interesa, como puede ser la relacionada con su color y/o forma, o con la producción de flores y/o frutos siempre que no sea una planta injertada.
Pero, ¿sabes cómo se corta un esqueje? Si no se hace bien del todo puede que no emita raíces y se pudra al cabo de unos días. Así que vamos a ver cómo se hace con el fin de que todo vaya sobre ruedas.
¿Cómo se cortan?
Esquejes de tallo
Los esquejes de tallo y ramas se cortan de manera que el corte sea limpio, es decir, que no podemos desgarrarlo de la planta madre, sino que deberemos de cortarlo con la herramienta de poda adecuada (sierra si es leñosos, tijeras si es verdes y delgados) logrando que no quede ninguna muesca ni señal, ni en los propios esquejes ni en las plantas de las que proceden.
En cuanto a su longitud, dependerá de la especie, pero por lo general deben medir unos 20 centímetros como mínimo. En el caso de que sean leñosos, es mejor que midan unos 40cm.
Esquejes de hoja
Las plantas que se pueden multiplicar por esquejes de hojas son en realidad muy pocas, siendo las más comunes las Echeveria y las Begonia. Para poder sacar esquejes, simplemente hay que cortar las hojas que nos interesen con unas tijeras y plantarlas en bandejas o macetas cubriendo un poco -en serio, muy, muy poco- la base con vermiculita y pulverizar con agua.
¿Qué hacer para que enraícen?
Si queremos asegurarnos de que enraícen, es muy recomendable impregnar la base con hormonas de enraizamiento, ya sea en polvo o líquidas que podremos encontrar a la venta en los viveros, tiendas de jardinería y similares. De todas formas, si lo preferimos podremos utilizar enraizantes caseros, como los que te decimos en este artículo.
Así, es más que probable que obtengamos nuevas plantas en cuestión de pocos días o semanas.
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