Imagen – bonsai.de
El caqui es un árbol frutal del que muchos -me incluyo- estamos enamorados. Es uno de esos que se ve bonito todo el año, quizás menos en invierno cuando ha perdido las hojas, pero que igualmente queda bien en cualquier jardín. Además, tolera la poda, por lo que si no tienes dónde plantarlo siempre puedes trabajarlo como bonsái… o hacerte con uno.
Su mantenimiento como arbolito en bandeja es igualmente sencillo, pero es importante que tengas presente ciertas cosas para que luego no surjan problemas. Así pues, veamos cómo se cuida el bonsái de caqui.
Información general del árbol
Imagen – Wikimedia/Fanghong
El caqui, conocido como palosanto o kaki, y cuyo nombre científico es Diospyros kaki, es un árbol caducifolio nativo de China pero naturalizado en Japón y Corea. Posee un tronco más o menos recto que supera los 25 metros, y una copa amplia compuesta por hojas caducas verdes (excepto en otoño, que se tornan rojas) de hasta 18cm de largo por hasta 9cm de ancho.
Las flores, que brotan hacia finales de verano, pueden ser femeninas o masculinas. Las masculinas tienen la corola blanca, amarillenta o roja y miden 6-10mm; las segundas son solitarias, y tienen la corola blanca-amarillenta y el cáliz mide unos 3cm de diámetro. El fruto es una baya globosa de 2-8,5cm de diámetro, de color naranja a rojo oscuro, y en su interior encontramos semillas ovaladas de color pardo oscuro.
Cuidados del bonsái de caqui
Imagen – www.vivaioranieri.it
¡Que disfrutes de tu bonsái de caqui!