Alpinia: cuidados y variedades

La Alpinia es un género de plantas de la familia Zingiberaceae que se cultivan en el exterior en la mayoría de los jardines tropicales del mundo y, también, en el interior de los hogares. Posee una inflorescencia de colores tan vivos, tan alegres, y tan bonitos que tener un ejemplar es una auténtica maravilla.

Sin embargo, al ser originarias de las zonas con clima tropical y subtropical de Asia y del Pacífico, son muy sensibles al frío, de modo que si se vive en una zona donde el invierno las temperaturas son frescas necesitará protección. Pero eso no supone un problema: sus hojas son muy bonitas, tanto que se pueden utilizar para decorar el hogar.

¿Cómo son las Alpinia?

Nuestras protagonistas son plantas rizomatosas que se caracterizan por tener hojas muy largas, de hasta los 60cm, con pecíolo pequeño. Forman matas de 1m de altura, muy densas. Las flores se agrupan en inflorescencias en racimo, son fragantes y están compuestas por brácteas (falsos pétalos) herbáceas, pudiendo ser rojas, blancas o rosas dependiendo de la especie. El fruto es una cápsula subglobosa de color rojo.

Su ritmo de crecimiento es razonablemente rápido si el clima es suave y cálido durante todo el año. Pueden crecer a un ritmo de 20-40cm/año si las condiciones son adecuadas. Pero lamentablemente no resisten el frío, algo que no es realmente un problema ya que se pueden cultivar en interior.

Variedades o tipos

Hay una serie de variedades de Alpinia que debes conocer, y son:

Alpinia galanga

Conocida como galanga mayor, es una planta que alcanza 1,2 metros de altura, con hojas de hasta 30 centímetros de longitud y flores de color blanco y rosa que se agrupan en panículas de unos 20-30 centímetros de largo.

Alpinia officinarum

Es la galanga menor, que alcanza una altura de entre 50 centímetros y 1,20 metros. Las hojas miden hasta 30 centímetros, y tiene flores blancas y rosas que se agrupan en panículas terminales de 30 centímetros.

Alpinia nutans

Recibe el nombre de pacoba de Brasil, y es una especie que alcanza una altura de 90 a 140 centímetros. Sus hojas miden unos 30 centímetros de largo, y tiene flores blancas y amarillas con el centro anaranjado.

Alpinia purpurata

Se le conoce por el nombre de platanillo, que puede alcanzar una altura de entre 80 centímetros a 7 metros. Sus hojas son grandes, de entre 20 y 80 centímetros de largo, y tiene una inflorescencia terminal de color rosa muy bonita.

Alpinia zerumbet

Es conocida como la azucena de porcelana, y alcanza una altura de entre 2,5 y 5 metros. Las hojas miden hasta 70 centímetros de largo, y las flores son blancas y amarillas. Estas aparecen reunidas en racimos de hasta 40 centímetros de largo.

¿Qué cuidados necesitan las alpinia?

¿Te gustaría tener una en tu hogar? Apunta estos consejos:

Ubicación

La Alpinia necesita mucha luz, pero si se tiene en el exterior ha de estar en semisombra, protegida del sol directo. Es la planta idónea para plantar alrededor de troncos de árboles con una copa muy ramificada, como la del flamboyan, o en una maceta colocada en un patio techado.

En el interior se ha de poner en una habitación en la que no le falte luz. Pero además es importante que esté lejos de las corrientes de aire, como las generadas por el ventilador o el aparato del aire acondicionado. Y con el fin de evitar que se quemen sus hojas, tampoco sería bueno ponerla delante de la ventana, pues se produciría el efecto lupa cuando los rayos solares al atravesar el cristal e impactar contra la superficie de las mismas.

Riego y humedad 

El riego se ha de hacer cada 2 días en verano, y cada 4-5 días el resto del año. Se ha de usar agua de lluvia o sin cal, así conseguirás que crezca bien y que sus hojas se mantengan sanas.

Si hablamos de la humedad, ha de ser alta. La alpinia es una planta originaria de selvas donde la humedad ambiental es alta, por lo que cuando está en una zona donde es baja, del 50% o menos, las puntas de las hojas se secan.

Para evitarlo, si en tu zona es baja, has de pulverizarla con agua a diario en verano. El resto del año te recomendamos colocarle recipientes con agua alrededor, ya que de lo contrario las hojas se podrían pudrir.

Suelo o sustrato

• Jardín: ha de ser suelto, rico en materia orgánica, y con buen drenaje.
• Maceta: es muy aconsejable usar sustrato de cultivo universal que lleve perlita (en venta aquí). Este le permitirá enraizar correctamente, y por lo tanto, crecer a buen ritmo.

Época de plantación o trasplante

La alpinia que esté en maceta puede necesitar una más grande aproximadamente cada 2 o 3 años, dependiendo de lo rápido que crezca en el lugar donde se encuentra. Si ves que le salen raíces por los agujeros de la misma, o si se ha quedado sin espacio para seguir creciendo, tendrás que plantarla en un recipiente más grande, en primavera.

En el caso de que quieras tenerla en el jardín, también has de esperar a que llegue esa estación.

Abonado

Es importante abonarla durante la primavera y verano. Si está en maceta se puede abonar con guano en forma líquida (en venta aquí), y si está en el suelo con abonos en polvo o granulados como el humus de lombriz o el mantillo, siempre siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.

Multiplicación

La alpinia se multiplica por semillas y división en primavera. Sepamos cómo se hace:

• Semillas: han de sembrarse en macetas con tierra para semilleros (en venta aquí), en semisombra, o en interior con mucha luz. Han de cubrirse con una capa muy fina de sustrato, y después han de regarse con el método de la bandeja; es decir, poniendo un plato o bandeja debajo de la maceta y llenarlo de agua para que la tierra la absorba desde abajo. Asimismo, hay que proporcionarle calor, de modo que si están dentro de casa se aconseja poner por ejemplo encima del router, o incluso en un germinador eléctrico (como este). Si son viables, germinarán en un mes aproximadamente.
• División: este método solo es válido para las plantas que han alcanzado cierto tamaño. Saca hijuelos desde joven, y cuando estos miden unos 30 centímetros se pueden separar, con cuidado, de la planta madre. Para ello hay que desenterrar las raíces, y proceder a sacarlos con la ayuda de una azada, con la que antes de nada se cavarán algunas zanjas alrededor de unos 30-40cm para, así, extraerlos con el mayor número de raíces posible. Luego, se plantarán en macetas y se pondrán en semisombra. Para que enraícen con más facilidad se aconseja impregnar las raíces con hormonas de enraizamiento (en venta aquí) antes de la plantación. Si todo va bien, en unos 15-20 días verás que crecen.

Rusticidad

Es muy sensible al frío. Necesita protección si la temperatura baja de los 0ºC.

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