Su aspecto delicado y la belleza de sus flores, hacen de las diferentes variedades de prímulas un acierto seguro para todo tipo de jardines. Sin embargo, no siempre obtenemos los mejores resultados a la hora de conseguir que crezcan fuertes y sanas. Esto se debe a que no les estamos dando lo que necesitan. Para que esto no suceda más, vamos a ver cómo se cuida la prímula.
Vas a comprobar que no es tan complicado ni requiere mucho tiempo por tu parte. En cuanto conozcas los cuidados básicos, tus prímulas estarán tan bonitas que se convertirán en la envidia de todo aquel que las vea.
¿Qué caracteriza a las prímulas?
Prímula es un género de plantas herbáceas que pertenecen a la familia de las Primulaceae. Aunque diferentes entre sí, todas las variedades son populares por sus vistosas flores y su capacidad para florecer temprano en primavera, antes de que otras plantas comiencen a hacerlo.
Aquí tienes algunos de sus rasgos más destacados:
Flores
Las flores de la prímula son de colores variados y brillantes. Es habitual verlas florecer en amarillo, blanco, rosa, lila, rojo o naranja.
Pueden ser simples o dobles, dependiendo de la variedad, pero siempre muestran una particular forma de embudo. Además, al florecer en racimos o umbelas con forma de pompón, resultan muy vistosas.
Hojas
Es común que las hojas de estas plantas sean de color verde oscuro y formen una roseta basal. Los bordes pueden ser dentados o lisos, depende de la especie de que se trate.
Altura
Como plantas herbáceas que son, las prímulas no crecen demasiado. Lo habitual es que su longitud se mantenga entre los 10 y los 30 centímetros.
Variedades más destacadas de prímula
Como hemos señalado antes, hay una gran variedad de plantas de este tipo. Por su importancia, vamos a destacar estas:
- Primula vulgaris. Es la especie más conocida y ampliamente cultivada. Con flores de color amarillo brillante con un centro más oscuro. Es una planta resistente y fácil de cultivar, de ahí su popularidad.
- Primula polyantha. Destaca por ser más compacta que otras especies y tener una abundante floración. Genera racimos densos de flores de diferentes colores.
- Primula auricula. Su particularidad es que sus flores tienen forma de estrella con un anillo de polen en el centro. Aunque pueden ser de varios colores, los más comunes son el amarillo, el rojo, el púrpura y el blanco.
- Primula veris. Es una especie nativa de Europa a la que se atribuyen propiedades medicinales, y que produce unas flores amarillas que desprenden una fragancia suave.
- Primula denticulata. Produce cabezas de flores redondas y compactas en color púrpura, rosa o blanco.
¿Cómo se cuida la prímula?
Las plantas del género prímula son relativamente fáciles de cuidar. Aunque algunas necesidades pueden variar en función de la especie, si aplicas los cuidados que vamos a ver a continuación, deberías tener éxito al cultivar esta variedad:
Luz
Ubica la planta en un lugar en el que reciba luz indirecta o sombra parcial. En la medida de lo posible, evita la exposición directa al sol en los climas cálidos, porque se pueden quemar las hojas y las flores.
Temperatura
Esta es una planta acostumbrada a los climas frescos. Se desarrolla mejor en lugares en los que la temperatura diurna se mantiene entre 15º-20ºC, y en los que la temperatura nocturna no desciende por debajo de los 10º C.
Si la tienes en un lugar con inviernos fríos, cámbiala de ubicación durante los meses invernales, o cúbrela para que no se hiele.
Suelo
Cuando se trata de cómo se cuida una prímula, el suelo tiene una gran importancia. Debe tener una buena capacidad de drenaje y ser rico en materia orgánica.
Puedes crear el sustrato perfecto para esta especie mezclando turba, perlita y tierra de jardín en proporciones iguales.
Riego
Es importante regar con moderación, especialmente durante la temporada de crecimiento activo. Porque en ningún caso queremos que las raíces se encharquen.
Lo mejor es mantener el suelo uniformemente húmedo, pero no totalmente mojado. Además, hay que evitar que se seque completamente entre un riego y otro.
Por lo que respecta a la humedad, le viene bien un poco de humedad ambiental moderada, especialmente si está en interiores con calefacción o en zonas con climas secos. Puedes aportar un poco de humedad colocando una bandeja con guijarros y un poco de agua debajo de la maceta.
Fertilización
En estos casos lo recomendable es emplear un fertilizante específico para plantas con flores, evitando en todo caso la sobrealimentación, porque esta puede causar graves daños a la prímula.
Basta con aplicar fertilizante líquido diluido en el agua de riego cada dos o cuatro semanas durante la temporada de crecimiento, que va desde la primavera al verano.
Dado que la prímula suele florecer bastante temprano en primavera, es importante aportar una dosis extra de nutrientes a partir del mes de marzo.
Poda y mantenimiento
Aunque no es una planta que crezca mucho, aplicar una poda controlada contribuye a mejorar su salud y a fomentar una floración continua. Por eso, recorta las flores marchitas y las hojas amarillentas o dañadas.
Propagación de la prímula
Esta especie es sencilla de reproducir, porque puedes usar tanto semillas como recurrir al sistema de la división de matas.
Tras la floración, recoge las semillas y ponlas en un sustrato ligero y húmedo hasta que germinen. Cuando las plántulas tengan cierto vigor, puedes pasarlas a una maceta de pequeño tamaño.
Para la propagación a través de división de matas, espera hasta el otoño, cuando la planta esté inactiva. Entonces, escarba un poco y extrae matas de la planta madre.
Plagas y enfermedades
Revisa periódicamente tu planta para controlar que todo está bien. Porque tiene tendencia a desarrollar enfermedades como el mildiú polvoriento y la roya si está expuesta a condiciones de mucha humedad.
También es importante que supervises que no está siendo atacada por pulgones y ácaros, que son las plagas que más le afectan.
Ahora que ya sabes cómo se cuida la prímula, no te costará nada tener tus plantas sanas y bonitas. ¿Qué variedad has elegido para tu casa? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!