La Santolina chamaecyparissus es un arbusto de flores amarillas y hojas grises muy decorativa. Creciendo hasta una altura de entre los 30 y los 50cm, es una planta ideal tanto para tener en macetas como en los jardines, plantada en grupos o en alineaciones.
Es una planta que resiste el frío y las heladas, cuyo cultivo es realmente muy fácil. Por lo que… ¿a qué esperar para hacerse con una? 🙂
Características de la Santolina chamaecyparissus
Nuestra protagonista es una planta siempreverde originaria del sur de Europa y perteneciente a la familia Asteraceae que tiene hojas algodonosas, pequeñas, recortadas en forma de dientes. Sus flores, que brotan en verano en cabezuelas, son de color amarillo. Cabe añadir que es una planta aromática, cuyo perfume recuerda bastante al de la manzanilla, pero es algo más fuerte.
Es perfecta para crear »manchas» en los jardines, para conseguir que no se vea todo de un mismo color; aunque también queda de maravilla en macetas, cerca de la piscina por ejemplo, o en la entrada de la casa.
¿Cómo se cuida?
Cuidar de esta planta es una tarea muy sencilla, ya que es de esas especies que son realmente rústicas. Aunque, por supuesto, tiene sus preferencias, que son:
- Ubicación: exterior, a pleno sol.
- Suelo o sustrato: es imprescindible que tenga buen drenaje, ya que no tolera el encharcamiento.
- Riego: poco frecuente. Se recomienda regar unas 2-3 veces por semana en verano, y 1-2/semana el resto del año.
- Abonado: durante los meses cálidos, se debe abonar con abonos líquidos, ya sean orgánicos o minerales.
- Poda: en otoño se le quitarán las flores marchitas y las ramas que han crecido demasiado.
- Trasplante: tanto si se quiere pasar a una maceta mayor como al jardín, se debe de hacer en primavera.
- Plagas y enfermedades: susceptible al ataque de pulgones, que se pueden combatir con Aceite de Neem.
- Multiplicación: por esquejes tiernos en primavera y esquejes maduros en otoño.
¿Habías oído hablar de la Santolina?