Los huertos urbanos en casa son una maravilla que, además de embellecer y aromatizar nuestro hogar, aportan un extra de sabor a la cocina e incluso ofrecen beneficios terapéuticos en el caso de hierbas como el cebollino o la hierbabuena. Si dispones de un huerto en casa, es muy probable que, en algún momento, tengas más hojas frescas de las que puedes utilizar. Por ello, resulta fundamental conocer cómo secar y conservar adecuadamente las hierbas aromáticas para asegurar que mantienen su sabor, aroma y propiedades durante mucho más tiempo.
¿Cuál es el mejor momento para cosechar hierbas aromáticas?

El instante óptimo para recolectar hierbas aromáticas es antes de que florezcan. En este punto, las plantas concentran la mayor cantidad de aceites esenciales, lo que garantiza un sabor y aroma intensos para tus platos. Es importante cortar solo ramas sanas utilizando tijeras bien afiladas y, si se trata de una planta perenne, dejar suficientes brotes para asegurar su crecimiento continuo. Ten presente que algunas variedades, como el perejil, pueden tardar en rebrotar, así que es útil guardar provisiones secas sin vaciar la planta por completo.
La hora del día ideal para la cosecha es media mañana, después de que el rocío se haya evaporado y antes de que el sol caliente en exceso. En general, las hojas nuevas de la parte superior serán más sabrosas y aromáticas. No recolectes tras lluvias intensas, ya que el exceso de humedad puede dificultar el secado.
Preparación previa para el secado de hierbas
Antes de iniciar el proceso de secado, es fundamental trabajar con herramientas limpias y lavar tus manos. Retira hojas y tallos dañados o con suciedad. Al enjuagar los tallos, utiliza agua fría para eliminar polvo e insectos, y seca con papel absorbente o una centrifugadora de cocina para evitar la acumulación de humedad, que puede fomentar la aparición de hongos. Para aprender a mantener las hierbas en perfectas condiciones, puedes consultar nuestra guía sobre cómo secar hierbas para té.
Cuanta menos humedad retengan las hierbas antes de secarlas, más eficiente será el proceso y mayor será la conservación de sus propiedades.
Métodos caseros para secar hierbas aromáticas

Existen diversas formas para secar hierbas aromáticas en casa, desde métodos tradicionales hasta algunos más rápidos con electrodomésticos. Elige el más adecuado según el tipo de hierba y tus posibilidades:
- Secado al aire (colgado): Agrupa pequeñas ramas en ramilletes, átalas con cordel y cuélgalas boca abajo en un lugar fresco, seco y con buena ventilación. Es el método ideal para hierbas leñosas como romero, tomillo o salvia. Puedes protegerlas del polvo cubriéndolas con una bolsa de papel perforada. El tiempo de secado puede variar desde 7 hasta 20 días dependiendo de la humedad ambiental.
- Secado en horno tradicional: Para hierbas de hojas tiernas, coloca las ramitas lavadas sobre papel de horno y hornéalas a baja temperatura (40-45°C), con la puerta entreabierta. Revísalas y gíralas cada 5 minutos hasta que estén secas. Aunque es rápido, las altas temperaturas pueden afectar el sabor y el color si no se controla bien. Descubre cómo cómo secar el orégano para perfeccionar este método.
- Secado en deshidratador: Si dispones de un deshidratador, selecciona una temperatura entre 35-43°C. Sitúa los tallos sin que se toquen y revisa periódicamente. Es especialmente útil para grandes cantidades o cuando la humedad ambiental es alta.
- Secado en microondas: Ideal para pequeñas cantidades de hojas como perejil o albahaca. Coloca las hojas entre toallas de papel aptas para microondas, secando en intervalos de 30 segundos, removiendo cada vez, hasta que estén completamente secas. Ten precaución con la potencia para evitar que se quemen.
- Secado sobre rejilla: Para hojas grandes o delicadas, sepáralas del tallo y extiéndelas sobre una rejilla o papel en capas que no se superpongan. Coloca la rejilla en un lugar ventilado y cambia el papel si absorbe demasiada humedad.
- Método tradicional en bolsa de papel: Introduce las hojas en una bolsa de papel, ciérrala y déjala en un espacio seco y sombreado. Sacude de vez en cuando para evitar moho.
Cómo saber que las hierbas están listas para almacenar

La señal más clara de que las hierbas están completamente secas es que crujen y se desmoronan fácilmente al tocarlas. Es fundamental que solo retengan cerca de un 10% de humedad para evitar el crecimiento de hongos durante el almacenamiento. Si al manipularlas se desprenden las hojas con facilidad o se pulverizan, están listas para conservar. Para ampliar tus conocimientos, también puedes consultar nuestro artículo sobre cómo secar hojas de laurel.
Tratamiento y almacenamiento óptimo de hierbas secas
Antes de almacenar, puedes dar un tratamiento extra de calor o frío para eliminar insectos o huevos: caliéntalas a 71°C durante 30 minutos o congélalas a -17°C durante 48 horas. Sin embargo, el exceso de calor puede afectar el sabor y, en el caso de las semillas, la viabilidad para plantar en el futuro. Para evitar esto, revisa también los métodos en nuestro artículo sobre cómo eliminar malas hierbas correctamente.
Guarda las hierbas secas en frascos herméticos, protegidos de la luz, el calor y la humedad. Los recipientes a prueba de vapor son ideales para evitar que absorban humedad o que su aroma se transfiera a otros alimentos. Almacénalas en una despensa o armario fresco, alejado de la estufa o el fregadero. Aunque el refrigerador o congelador pueden mantenerlas más frescas, los cambios bruscos de temperatura pueden generar condensación y deteriorar las hierbas.
Las hierbas secas bien almacenadas pueden conservar su aroma y sabor durante muchos meses. Es preferible guardar las hojas enteras y triturarlas solo cuando se vayan a utilizar, ya que de este modo mantienen sus aceites esenciales y potencia.
Equivalencias entre hierbas frescas y secas
En la cocina, puedes sustituir 1 cucharada de hierba fresca por 1 cucharadita de hierba seca o bien, 1/4 de cucharadita si está en polvo. Por ejemplo, dos o tres cucharaditas de semillas o hierba seca de eneldo equivalen a un ramillete fresco.
¿Qué hierbas aromáticas puedes secar en casa?
Casi todas las hierbas culinarias y medicinales son aptas para el secado en casa. Algunas de las más habituales y recomendadas por su sabor y facilidad de conservación son: orégano, albahaca, perejil, salvia, tomillo, romero, laurel, menta, estragón, melisa (toronjil), cebollino y hierbabuena. Puedes adaptar el proceso en función de los tipos de hojas y sus necesidades específicas.
Disponer de hierbas aromáticas secas en casa es una excelente manera de aprovechar al máximo tu huerto, disfrutar de sabores intensos durante todo el año y dar un toque especial a tus recetas y bebidas. Con los métodos y consejos descritos, puedes conservar su frescura y propiedades por mucho más tiempo, asegurando que cada plato conserve ese aroma y sabor únicos de las hierbas recién recolectadas.
