Los crisantemos son una de las flores más elegantes del mundo, y una de las más conocidas. Hay un total de 30 especies distintas, todas ellas con un gran valor ornamental; desde las más simples hasta las más complejas; desde las blancas hasta las rojas, todas tienen esa alegría que enseguida sentimos los que decidimos decorar con alguna de ellas.
Y como son plantas perennes, podremos contemplar la belleza de sus pétalos año tras año, durante muchas temporadas. Pero, la cuestión es, ¿dónde los colocamos?
El crisantemo que puede crecer hasta alcanzar 1,5 metros de altura, pero que se puede podar para conseguir una planta más compacta y más ramificada; de modo que cuando busquemos un lugar donde ponerlo tan sólo tendremos que tener en cuenta que no le gusta demasiado el sol, por lo que plantarlo en una ubicación donde tenga mucha luz pero no directa es lo ideal, como hicieron los jardineros del Centennial Park Conservatory en Canadá.
Al poderse podar hace que la planta sea una de las más interesantes para decorar cualquier rincón del patio o del jardín. Se puede tener tanto en tierra como en macetas; incluso en carretillas, neumáticos o jardineras quedará de maravilla junto con otros crisantemos cuya flor sea del mismo color o distinto.
¿Te imaginas salir de casa y ver un montón de crisantemos llenos de flores? Aunque pienses lo contrario no es difícil de lograr. Si bien estas plantas suelen valer entre 2 y 4 euros, las semillas son mucho más económicas pudiendo costar 1 euro el sobre de 10-20 unidades. Siémbralas en primavera en semillero, y cuando tengan una altura de 10-15cm, plántalas en el jardín dejando una distancia de unos 20cm entre ellas.
El crisantemo es una flor con un gran poder simbólico. Representa la alegría y, hay quien dice que atrae a la risa. No sabemos si es verdad, pero lo que sí te podemos afirmar es que sus flores son muy bonitas; tanto, que vale mucho la pena decorar con ellas 😉 .
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