Conseguir germinar semillas no siempre resulta fácil, depende mucho de la especie de planta de que se trate. Porque algunas nos dejan ver las plántulas en apenas unos días y otras pueden tardar semanas en mostrar signos de que se está generando una nueva vida vegetal. En cualquier caso, si quieres acelerar el proceso, un truco fácil y sencillo es remojar semillas antes de plantarlas.
Pero cuidado, porque un exceso de humedad puede resultar nocivo y echar la semilla a perder. Por eso, te vamos a explicar cómo tienes que hacerlo.
¿Por qué remojar semillas antes de plantarlas?
Esta es una práctica muy común en el campo de la jardinería y de la agricultura, porque de ella se derivan diferentes beneficios, como vamos a ver a continuación:
Aceleración de la germinación
Al remojar las semillas conseguimos que estas absorban agua más rápidamente, y esto resulta crucial para “despertar” las enzimas que hay dentro y que se encargan de activar el proceso de germinación. Por tanto, podemos acelerar la aparición de la planta.
Suavización de la cáscara de la semilla
Para protegerse, muchas semillas tienen una cáscara dura o gruesa que dificulta la aparición de la plántula.
Al remojar la semilla lo que estamos haciendo es suavizar esa cáscara, favoreciendo la entrada tanto de oxígeno como de agua y, como resultado, se lo ponemos un poco más fácil al embrión para que pueda crecer.
Activación de enzimas y hormonas
El agua pone en marcha la actividad enzimática dentro de la semilla, descomponiendo las reservas de nutrientes que esta almacena y convirtiéndolas en alimento para el embrión.
El remojo también se encarga de activar las hormonas de crecimiento que favorecen que la semilla comience su desarrollo.
Eliminación de inhibidores de germinación
Algunos tipos de semillas están recubiertas de sustancias químicas que inhiben el desarrollo de la planta hasta que se dan las condiciones ideales. Al remojar la semilla, lo que estamos haciendo es eliminar ese inhibidor y favorecer el crecimiento de la nueva plántula
Mejora de la tasa de germinación
El remojo consigue que un mayor porcentaje de semillas lleguen a convertirse en plántulas. Es decir, que aumenta tu porcentaje de éxito como jardinero u horticultor.
Preparación para métodos de siembra específicos
Hay semillas que requieren un tratamiento específico antes de ser plantadas, como la escarificación o la estratificación. En estos casos, remojarlas suele ser el primer paso antes de proceder a esa preparación o tratamiento concreto.
Cómo remojar las semillas antes de plantarlas
Te dejamos algunos consejos prácticos que te ayudarán a conseguir mejores resultados en la germinación de semillas:
Escoge bien las semillas
No todas las variedades necesitan ser remojadas, las que más se benefician de este proceso son aquellas que son grandes y duras, como las de los girasoles o los guisantes. En el caso de semillas pequeñas puedes aplicar remojo, pero no es realmente necesario, las puedes poner directamente en la tierra.
Preparación del agua
Lo ideal es utilizar agua a temperatura ambiente para no dañar las semillas. En el caso de variedades que producen una sustancia gelatinosa (como ocurre con las semillas del tomate), va a ser necesario cambiar el agua una vez durante el proceso de remojo para eliminar los inhibidores de germinación.
Método de remojo
Para remojar semillas antes de plantarlas puedes utilizar cualquier recipiente limpio y no poroso que tengas por casa, como un tarro de vidrio.
Lo que hay que hacer es cubrir las semillas, de forma que todas queden completamente sumergidas.
Duración y tiempo de remojo
Lo habitual es dejar las semillas en remojo entre 12 y 24 horas para que absorban suficiente agua. En el caso de semillas más grandes el tiempo de remojo puede llegar hasta las 48 horas, pero no conviene abusar de esta práctica, porque podríamos acabar pudriendo la semilla.
Proceso de siembra
Si optas por remojar las semillas, tienes que plantarlas justo después de finalizar este proceso. Si guardas las semillas ya remojadas o tardas mucho tiempo en plantarlas, lo más normal es que se sequen o se acaben dañando y ya no sean útiles.
Remojar las semillas estimula la germinación, pero esto no quiere decir que no vayan a necesitar más agua tras la plantación. Es importante que controles que el sustrato se mantenga siempre húmedo pero no empapado. Una vez que la plántula haya aparecido, dale los cuidados de agua, luz y nutrientes que requiera la planta en cuestión.
Remojar semillas antes de plantarlas utilizando algo más que agua
Existen productos sintéticos y naturales que pueden estimular la germinación y el establecimiento inicial de las plantas si se combinan con el agua durante el proceso de remojo:
- Ácido giberélico. Es una hormona vegetal que estimula la germinación de semillas que tienen una dormancia natural alta (les cuesta germinar). Basta con diluir una pequeña cantidad en agua siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Extractos de algas. Son ricos en fitohormonas y compuestos bioactivos que promueven la germinación y el crecimiento, mejorando la resistencia de la planta frente al estrés ambiental. Para utilizarlo hay que diluir una cantidad de extracto (la indicada por el fabricante) en el agua de remojo.
- Infusiones de té. El té verde aporta nutrientes y microorganismos que son beneficios para la salud de las plantas. Prepara una infusión, deja que se enfríe y remoja las semillas en ella durante el tiempo que hemos señalado antes.
- Peróxido de hidrógeno. El H2O2 en concentraciones bajas ayuda a desinfectar las semillas y estimula la germinación, a la vez que previene las enfermedades fúngicas y bacterianas. En este caso hay que diluir un 3% de peróxido de hidrógeno en el agua, remojar las semillas durante unos minutos, enjuagarlas con agua limpia y luego dejarlas en remojo en agua.
- Agua de coco. El agua de coco es rica en nutrientes naturales y compuestos que promueven el crecimiento de las plantas y favorecen su germinación. En este caso basta con remojar las semillas en agua de coco durante unas horas antes de proceder a plantarlas.
- Jugo de Aloe Vera. Sus propiedades antibacterianas y antifúngicas protegen las semillas y estimulan su germinación. Para disfrutar de estos beneficios, hay que diluir un poco de jugo en el agua que se va utilizar para remojar las semillas.
Remojar semillas antes de plantarlas aumenta las posibilidades de que la planta crezca rápido y sana. Si sigues los consejos que hemos visto, seguro que vas a obtener buenos resultados.