¿Te interesa saber más sobre los cuidados de la Crassula perforata? Si la respuesta es “sí”, has llegado al lugar indicado. Porque te vamos a contar todo lo que necesitas para que esta crasa se convierta en la protagonista de tu jardín o de tu casa si la tienes como planta de interior.
Perteneciente a la familia de las suculentas, esta es una especie muy resistente y perfecta para quienes se inician en el mundo de las plantas. Pero no está de más que sepas qué es exactamente lo que necesita para que contribuyas a que tenga un desarrollo sano.
Una buena elección
Estamos ante una muy buena elección si lo que buscas es una planta para principiantes, porque matarla es casi imposible. De hecho, obtendrás buenos resultados incluso si no le haces demasiado caso.
Pero cuidado, cuando decimos que no hay que hacerle mucho caso lo que queremos decir es que no es exigente en cuanto a cuidados, no que podamos ignorar totalmente la planta y esperar que esta logre sobrevivir por sí sola. Es muy resistente, pero necesita un poco de cariño por nuestra parte.
¿Cómo es la Crassula perforata?
Para diferenciarla de otras crasas, presta atención a estos rasgos físicos:
Hojas
Tienen una forma triangular que nos recuerda a la punta de una flecha. Son más anchas en la base y se estrechan hacia la punta.
No son demasiado grandes, ya que no suelen superar los 2,5 cm de largo y es raro que tengan más de 1 cm de ancho, pero son muy llamativas gracias a su color. En su mayor parte son de color verde pálido o grisáceo y destacan por tener los bordes rojizos. Este color rojo se intensifica todavía más si la planta está expuesta a la luz solar directa durante varias horas o está sufriendo estrés.
Un rasgo característico de estas hojas es que crecen en pares opuestos a lo largo de los tallos, creando una forma similar a la de una espiral. Además, tratándose de una suculenta, las hojas son lisas y ligeramente carnosas, ya que tienen capacidad para acumular agua.
Tallos
Los tallos pueden crecer hasta los 30 cm y es habitual que se ramifiquen, creando una estructura más arbustiva o colgante. Son delgados, alargados y suculentos, y presentan una textura suave.
Lo habitual es que sean de color verde claro, pero pueden tornarse rojizos o rosados si la planta recibe mucha luz solar.
Flores
Como ocurre con otras suculentas, en este caso las flores no son especialmente llamativas. Son de pequeño tamaño, en color blanco o amarillo pálido, y aparecen en las puntas de los tallos formando racimos compactos.
Lo más destacable de ellas es que tienen forma de estrella y que desprenden una fragancia bastante suave que puedes apreciar si te acercas.
Cuidados de la Crassula perforata: ¿qué necesita para crecer fuerte y sana?
Toma nota de las atenciones básicas que requiere esta planta para estar sana y llenar tu casa o jardín con su delicada presencia.
Luz
Lo mejor para ella es estar expuesta a luz brillante e indirecta. Puedes ponerla en un lugar en el que reciba luz solar directa, pero procura que sea a primera hora de la mañana o última de la tarde, nunca durante las horas centrales del día, ya que las hojas podrían llegar a quemarse.
Luz interior. Si tienes la planta dentro de casa, colócala cerca de una ventana que esté orientada al sur o al oeste, y procura que la luz le llegue filtrada a través de una cortina.
Luz exterior. En caso de cultivo al aire libre, busca una ubicación en la que la planta reciba varias horas de sol, preferiblemente por la mañana.
Riego
En los cuidados de la Crassula perforata hay que tener en cuenta la regla básica que aplicamos con todas las suculentas: siempre es mejor regar poco que regar en exceso. Para convertir esta máxima en una realidad, limítate a aportar agua a tu crasa únicamente cuando notes que el sustrato está totalmente seco.
La forma idónea de regar es permitir que el agua empape todo el sustrato y drene a través de los orificios de la maceta. No recomendamos mojar las hojas, porque la humedad puede provocar su pudrición y convertirse en un foco de atracción para hongos e insectos.
En verano puedes regar una vez a la semana o cada diez días, mientras que en invierno bastará con regar una vez al mes.
Sustrato
En cualquier centro de jardinería puedes encontrar sustrato formulado especialmente para cactus y suculentas, pero también tienes la alternativa de crear tu propia mezcla con:
- Tierra para macetas.
- Perlita o grava pequeña.
- Aplica una proporción de 2:1 (dos partes de tierra y una parte de material de drenaje).
Protección frente al frío
La Crassula perforata está adaptada a temperaturas suaves que oscilan entre los 18º y los 26º C. Estas plantas pueden aguantar temperaturas algo más cálidas, pero no sobrellevan bien el frío.
Si eres consciente de que las temperaturas van a bajar por debajo de los 4º C, es mejor que lleves la maceta a un lugar en el que la planta esté más protegida. Si tienes la Crassula plantada directamente en el suelo, prueba a cubrirla durante los meses de invierno.
Maceta
Esta crasa se desarrolla muy bien maceta, porque tiene un crecimiento lento. Utiliza una maceta de barro o de terracota, ya que estos materiales facilitan la evaporación de la humedad y contribuyen a que el sustrato se seque antes.
Además, asegúrate de escoger un contenedor que tenga agujeros de drenaje para que el agua procedente del riego no se acumule en las raíces. Si has colocado un plato debajo de la maceta, retíralo después de regar para que el agua sobrante no se acumule en él y sea reabsorbida.
Poda y mantenimiento
No es necesario podar esta planta con frecuencia, aunque puedes retirar algunos tallos para mantener su forma compacta y su apariencia ordenada. También puedes eliminar hojas o tallos que notes que han sufrido algún daño.
Puedes aprovechar los tallos sanos que has cortado para propagar la planta. Deja que el esqueje se seque un par de días al aire y luego plántalo directamente en sustrato bien drenado.
Así de sencillos son los cuidados de la Crassula perforata, ¿te animas a añadirla a tu colección?