El brezo es una estupenda planta que se puede cultivar tanto en maceta como en el jardín. Produce flores pequeñas pero muy llamativas que hacen que el lugar esté más vivo si cabe al atraer a los insectos beneficiosos, como las abejas.
Por ello, si acabas de adquirir un ejemplar y quieres que esté siempre bien, a continuación te vamos a decir cuáles son los cuidados del brezo.
Nuestro protagonista es una planta perteneciente al género botánico Erica que puede alcanzar una altura comprendida entre los 50cm y 1m. Para saber cómo cuidarlo bien, tenemos que saber que es una planta acidófila, es decir, que tanto la tierra o sustrato en el que crezca como el agua de riego tienen que tener un pH bajo, entre 4 y 6, ya que de lo contrario sus hojas amarillearán debido a la falta de hierro y/o manganeso.
Es recomendable que esté en el exterior, en semisombra. Así evitaremos que los rayos del sol lo queme. La cuestión es ¿dónde? Bueno, esta planta queda estupenda en los jardines rocosos combinadas con coníferas enanas, o en macetas de barro.
Si hablamos del riego, éste tiene que ser frecuente. Durante el verano, hay que regar muy seguido, evitando que la tierra se seque. Puede ser necesario regar dos veces al día si está en una maceta. En cambio, el resto del año, se regará 3 o 4 veces por semana. Si el agua que tenemos es calcárea, la podremos acidificar diluyendo el líquido de medio limón en un 1l de agua.
Para que pueda continuar creciendo, es necesario cambiarla de maceta cada 2 años, o plantarla directamente en el jardín en primavera. Se puede podar después de la floración para mantenerle la forma compacta.
Por último, se debe abonar, con un abono para plantas ácidas en primavera y verano, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
Así podremos tener un brezo excelentemente cuidado 🙂 .
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