La Lavandula o Lavanda es un género de plantas espermatofita dicotiledónea perteneciente a la familia Lamiaceae y su nombre deriva del latín, particularmente del gerundio “lavado”. Entre las flores más conocidas y queridas, sin duda alguna la lavanda ocupa un lugar destacado en la preferencia de las personas.
Conocida por sus hermosos colores que van del púrpura al azul, así como por la inconfundible fragancia que libera, esta planta siempre ha formado parte de la historia de la humanidad, tanto como especie ornamental como un hallazgo natural para los más variados usos dentro del hogar.
Características de la lavanda
La lavanda es una planta herbácea de hoja perenne y hábito arbustivo, posee tallos de dimensión mediana, raíces fuertes y leñosas. Sus hojas se encuentran en posición simétrica con respecto a la extensión de su tallo, éstas se abren durante la inflorescencia, de brácteas opuestas a la espiral de crecimiento. Sus flores son pequeñas y muestran colores del púrpura al azul que sobresalen por su agradable aroma.
Floración
Por tratarse de un género perenne, fácilmente se conserva verde durante la mayor parte del año, incluso durante el invierno, época de condiciones climáticas duras. ¡Claro está! siempre y cuando no exceda las bajas temperaturas tolerables para la planta, ya que pueden ocasionar daños irreversibles en sus raíces.
Ahora, su floración es típica del verano. Dependiendo de la región de cultivo, es posible observar la aparición de inflorescencias azules y púrpuras a partir del mes de mayo hasta finales de septiembre. Inconfundible por su característica fragancia, la planta ofrece una encantadora y atractiva floración, particularmente en las grandes extensiones del mediterráneo, donde se ven amplios espacios para su cultivo.
Como la planta tiende a extenderse de manera rápida, es importante realizar trasplantes frecuentemente y labores de poda. La mejor época del año para realizar estos trabajos es el otoño, a mediados de septiembre o finales de su floración. Para ello, debes cortar el tallo aproximadamente a dos centímetros de la inflorescencia anterior, utilizando herramientas adecuadas y efectuando cortes diagonales. Si el tallo de la planta resulta muy leñoso, entonces debes descender un poco más contra las hojas, para asegurar la renovación de la planta en la siguiente temporada.
Cultivo
Prefiere el agradable clima del Mediterráneo y la exposición al sol, por lo que se le puede ver crecer silvestre en las costas cálidas del sur de Francia e Italia. Con relación al suelo, debe tener buen drenaje por cuanto sus raíces no toleran el exceso de humedad. No obstante, no necesitan de mucha fertilización, sin negar que en ocasiones el uso de fertilizantes orgánicos pueda resultar útil a su crecimiento.
En cuanto a su riego, el mismo va a depender de la época del año. Durante la primavera y el otoño pueden ser suficientes las lluvias; mientras que durante el verano si es necesario aplicar riego de forma frecuente, tomando en cuenta la aridez del suelo. Preferible aplicar riegos en las mañanas y tardes de manera moderada para evitar el posible estancamiento del agua.
La lavanda se puede cultivar en macetas, para ello primero se debe preparar adecuadamente el espacio donde se va a plantar; si prefiere utilizar un jarrón, entonces es importante que prepares un fondo de grava, bolas de arcilla expandidas que aseguren un buen flujo de agua. Ahora, si prefieres plantar la lavanda en el jardín, entonces puede resultar de utilidad el uso de fertilizantes orgánicos.
Habitualmente se planta por semillas o por esquejes, aunque también puedes trasplantar sus plántulas. El cultivo se realiza en otoño, época durante la cual extiendes sus semillas en el suelo para después cubrirlas con una capa delgada de tierra. Tan pronto te percates que aparecen los brotes, eliminas los ejemplares que notes débiles y reorganizas todo el cultivo.
Usos
Es un género utilizado con fines ornamentales, dentro de los que destacan la creación de jardines perennes, jardines que no se ven afectados por las enfermedades ni plagas. También usada en la elaboración de jabones y detergentes a los que añade su agradable e inconfundible aroma; así como la producción de un sinnúmero de productos naturales para el hogar.
Las culturas más antiguas ya tenían conocimiento de sus propiedades medicinales y uso para la elaboración de cosméticos para la belleza. Por eso, en la actualidad también se utiliza como ingrediente indispensable en la preparación de cremas y lociones.