¿Te gusta cambiar de maceta a las plantas? A mí es algo que me encanta, porque al hacerlo se les da la oportunidad de continuar creciendo sin dificultades durante un tiempo más. Pero es que, además de eso, disfruto mucho con el contacto con la tierra, aunque confieso que luego me da tanta pereza limpiarme las uñas que termino por cortármelas. Precisamente para evitar esto, es rara la vez que no me pongo los guantes, por muy incómodos que me resulte llevarlos.
Si tienes un patio, un jardín y/o un balcón donde tienes algunas macetas, es muy importante y necesario que te preguntes cuándo trasplantar las plantas de exterior, pues en base a mi experiencia, mucha gente que decora esos espacios con flores y/o cualquier otro tipo de plantas, se suele olvidar de cambiarlas de maceta. Piensan que pueden estar en las susodichas por siempre, algo que no es así en absoluto.
¿Por qué hay que trasplantar las plantas de exterior?
Aunque ya he comentado al principio cuál es el motivo por el que se han de plantar en macetas más grandes, voy a indagar un poco más en ello porque considero que es importante. Bien. Las plantas crecen gracias a sus raíces. Su sistema radicular es el que se encarga de absorber el agua y los nutrientes que encuentra en la tierra, y esto es algo que hacen desde el minuto uno del trasplante.
Con el paso del tiempo, la tierra se va quedando sin esa materia orgánica que contenía al principio; y si no hacemos nada para cambiarlo, se puede llegar a convertir en una tierra infértil, es decir, en una que se ha quedado sin ‘comida’ para las raíces. De hecho, yo he llegado a ver una planta que, al extraerla de la maceta, su cepellón de raíces era solo eso: raíces. Apenas había rastro de la tierra que se le puso en su día.
Llegar a ese extremo es un error, en mi opinión, muy grave, pues se obliga a la planta a sobrevivir, y no a vivir, y solo por eso es más que probable que acabe teniendo dificultades para producir flores, o incluso para desarrollarse.
Quizás pienses que igual estoy exagerando un poco, pero te resultará fácil verlo por ti mismo si plantas cualquier planta (te recomienda una de rápido crecimiento, como el girasol por ejemplo) en una maceta de unos diez centímetros de diámetro o menos. Verás que, aunque tú sepas que dicha planta puede superar el metro de altura, debido a la falta de espacio y de nutrientes se queda mucho más pequeña.
Por supuesto, puedes tener tus plantas de exterior en las mismas macetas durante un período de tiempo largo si quieres controlar un poco su crecimiento. Esto es algo que se hace con aquellas que se trabajan como bonsáis, o incluso con aquellas que, por distintos motivos, solo se pueden tener en macetas. Con respecto a esto último, tengo que decirte que yo misma tengo varios árboles en macetas grandes porque me es imposible plantarlos en el suelo, como una Magnolia grandiflora o un Acer saccharum. Pero en estas situaciones el abonado cobra más importancia si cabe, pues no nos interesa que la tierra se quede sin nutrientes ya que podría afectar negativamente a las plantas.
¿Cuándo se realiza el trasplante de las plantas de exterior?
Para saber si ha llegado el momento de plantar nuestras plantas de exterior a otras macetas más grandes tenemos que fijarnos en sus raíces, y más concretamente, en si estas han comenzado a salirse por los agujeros de drenaje de los recipientes. Este es un truco que suele ser útil en muchos casos, ya que cuando se pueden ver raíces saliendo de la maceta, es porque la planta se está quedando sin espacio para seguir creciendo.
Ahora bien, hay ciertos casos en los que este truco no nos servirá de nada. Por ejemplo, si la tierra suele estar pasar tiempo seca, las raíces tardarán mucho en salir. Por ejemplo, es bastante común encontrarnos en esta situación con los cactus y crasas, es decir, con las suculentas. Como son plantas que no se han de regar con demasiada frecuencia, las raíces se quedan bien ‘apretadas’, bien juntas unas de las otras, y no se aventuran a salir por los agujeros del recipiente al no haber agua.
Por eso, lo que aconsejo hacer es recostar la maceta sobre una superficie limpia y seca: con una mano sujetas la maceta, y con la otra tiras de las planta hacia fuera, solo un poquito. Si ves que el cepellón sale entero, sin desmoronarse, entonces podrás trasplantarla; en caso contrario lo más aconsejable será dejarla donde está un tiempo más.
Y, ¿en qué época del año se pueden trasplantar las plantas de exterior? Pues, aunque depende un poco del origen de cada planta y del clima que haya en nuestra zona, por lo general se recomienda hacerlo durante la primavera. Pero, como digo, hay casos y casos. Así que voy a hablarte de cuándo lo hago yo para que tú sepas más o menos cuándo hacerlo.
El clima de mi zona es típicamente mediterráneo, con inviernos suaves (es más, es raro que las temperaturas bajen de los 0ºC, aunque pueden llegar a los -1’5ºC), y veranos muy calurosos que empiezan pronto y suelen terminar tarde. Entonces, las plantas de exterior de origen tropical, como los ficus o muchas palmeras que tengo, las cambio de maceta a mediados de primavera, cuando las temperaturas marcan unos 20ºC; en cambio, las que soportan el frío sin problemas, como la lavanda, la camelia o los arces por ejemplo, las trasplanto en febrero/marzo.
Pero, lo que no hago nunca y tampoco te recomiendo hacerlo a ti, es trasplantarlas en verano, a no ser que sea estrictamente necesario (por ejemplo, que haya sospecha de que las raíces tengan cochinillas o alguna otra plaga). Durante el otoño se puede hacer, pero solo si no es frío; esto es, si se registran heladas en octubre o así, no se debe de hacer. Y por supuesto, en invierno se mantendrán en sus macetas pues, en caso contrario, se podrían debilitar mucho por las bajas temperaturas.
Espero que te haya servido.