Las plantas que tenemos en casa requieren de una serie de cuidados para estar bien, y estos suelen diferir un poco de los que les damos a las que están siempre fuera. Y digo »suelen» porque, en lo que respecta al trasplante, no es así.
Es muy importante que saber cuándo cambiar trasplantar las plantas de interior porque sino, antes de lo que pensemos su estado de salud va a debilitarse.
¿En qué época hay que cambiar de maceta a las plantas de interior?
Lo primero que hay que tener muy claro es que las plantas que se cultivan en interior son tropicales, es decir, muy sensibles al frío. Y no solo eso, sino que crecen cuando hace buen tiempo, y se paran con la bajada de temperaturas de otoño. El trasplante no es natural para ellas, porque no existe ninguna planta capaz de desenterrar sus raíces del suelo de una determinada área y volver a introducirlas en otro lugar. Cuando la semilla germina en la naturaleza, se queda ahí para siempre.
Sin embargo, los humanos hemos aprendido a »domesticar» ciertas especies, y a mantenerlas en macetas. Pero también a trasplantarlas cada cierto tiempo porque, si no lo hiciéramos, dejarían de crecer y su salud, como decía, se iría debilitando cada vez más. Ahora bien, ¿cuándo es mejor hacerlo? ¿En qué momento del año?
Bueno, pues lo ideal es hacerlo a lo largo de la primavera; como muy tarde se podría hacer a comienzos del verano, pero no lo aconsejo ya que en esa estación ya están creciendo a su ritmo normal, y si por lo que sea sufriera algún daño durante el trasplante, aunque fuese mínimo, necesitaría algo más de tiempo para superarlo y reanudar el crecimiento.
¿Cómo saber que ha llegado el momento de trasplantarlas?
La manera más rápida de saberlo es, simplemente, cogiendo la planta con la maceta y ver si tiene raíces creciendo por fuera de la misma. Pero a veces pasa que no le sale ni una, y en cambio sí necesita un recipiente más grande. ¿Cómo saberlo en este caso?
Es muy fácil también: con una mano sujetas la maceta, y con la otra la base de la planta. Y luego solo has de tirar de esta planta hacia un lado, como si tuvieras intención de extraerla del recipiente. Hazlo con cuidado: no se trata de sacarla de la maceta del todo, simplemente has de hacerlo un poco para ver si el cepellón de raíces (o pan de tierra) se empieza a deshacer o no.
Si no lo hiciera, entonces tendrías que cambiarla de maceta. ¿Por qué? Porque lo necesitaría. Y es que cuando a las plantas se les da el agua que necesita, o incluso menos, y la tierra permanece seca mucho tiempo, se compacta y, por consiguiente, las raíces también.
¿Se pueden trasplantar plantas de interior enfermas o con flor?
Depende del caso. Por lo general, es mejor no sacarlas de la maceta hasta que se recuperen o hasta que terminen de florecer, ya que en esos momentos están aprovechando casi toda su energía bien sea en mejorar o bien en producir las flores e intentar que estas lleguen a buen término.
Ahora bien, si por ejemplo tenemos una que se ha regado demasiado y queremos recuperarla, entonces sí que tendremos que sacarla de la maceta y envolver el pan de tierra con papel absorbente para que este absorba la humedad. Más tarde, cuando dicha tierra esté seca, plantaremos la planta en una nueva maceta.
¿Y recién compradas?
Si acabas de comprar plantas de interior, te aconsejo que mires a ver si necesitan una maceta más grande cogiéndolas por la base y tirando de ellas hacia afuera, tal y como explicaba antes en el punto »¿Cómo saber que ha llegado el momento de trasplantarlas?». Lo más probable es que les venga bien un cambio, pero es mejor asegurarse.
De todas formas, no las trasplantes si es otoño o invierno. Es preferible esperar a que llegue la primavera para que se adapten bien a su nuevo hogar.
Asimismo, has de tener en cuenta que la maceta debe tener agujeros en su base, y que el sustrato ha de ser esponjoso, ligero y de calidad, como el sustrato universal de las marcas como Westland o Fertiberia.
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