Cuidados del Ficus

El ficus en interior necesita mucha luz

¿Algunas vez te has sentido tentado por comprar un ficus y llevártelo a casa? El género se compone de árboles, algunos de ellos epífitos, que suelen alcanzar alturas considerables y tener raíces muy largas. Por eso a veces surgen dudas de si son buenas plantas o no para tener en interior.

Lo cierto es que en los viveros se tienen etiquetados como tal, y no son pocas las viviendas en los que hay al menos un ejemplar. Y es que sí que se pueden tener, pero para tenerlos sanos vamos a explicarte cuáles son los cuidados del ficus tanto en interior como en el exterior.

¿Cómo se cuidan los Ficus?

Los Ficus son plantas que crecen muy bien si disponen de mucha luz y el clima es suave. En los jardines grandes se tienen como ejemplares aislados, ya que es la única manera de poder contemplarlos en todo su esplendor. Pero dentro de casa se ven muy bonitos también, por ejemplo en un salón amplio, o en el dormitorio. Por ello, es momento de pasar cuáles son sus cuidados:

¿Dónde han de estar?

El Ficus reflexa es un árbol de hojas verdes

Imagen – Wikimedia/Channer

En interior

Los ficus son plantas grandes. Si bien muchas de las especies tienen un crecimiento lento en maceta, y más cuando se tienen dentro de una vivienda, es muy importante tener en cuenta que necesitan mucho espacio: una maceta grande y estar lejos de la pared y de otras plantas para evitar el roce, pues de lo contrario las puntas de las hojas se secarían.

Pero, además, hay que ponerlos lejos del aire acondicionado, por el mismo motivo. Y, repito, no te olvides de ponerlos en una habitación en la que entre mucha luz; lo necesitan. Así se mantendrán verdes y sanos. Y es que las corrientes de aire lo que hacen es resecar el ambiente, impidiendo que las hojas se hidraten a su ritmo natural.

En el exterior

En el jardín estarán en un lugar soleado preferentemente, o en semisombra. Han de estar plantados lejos de las tuberías, como mínimo a diez metros de ellas, así como de otros árboles. Sus raíces son muy fuertes, y podrían ocasionar problemas en un futuro si no se tiene esto en cuenta.

¿En qué maceta plantar a los ficus?

¿Una grande? Bueno, depende, más que nada del tamaño que tenga el ejemplar. Si hemos comprado uno que mide, vamos a suponer, un metro de altura y está en una de 15 centímetros de diámetro, la siguiente que necesitará será una de 25-30 centímetros. Más o menos, se debe de plantar en una que sea, al menos, entre 7 y 15 centímetros más ancha y alta que la que ya tiene.

Quizás 15 centímetros más te parezca demasiado, pero créeme, los ficus agradecen tener mucho espacio para sus raíces. No sería de extrañar que comprases un Ficus benjamina de 1 metro de altura, y que al cabo de un año de estar en su nueva maceta midiera como mínimo medio metro más.

Eso sí, también es muy importante que tenga agujeros en la base, de lo contrario el árbol no sobreviviría debido al exceso de agua que tendría en sus raíces.

¿Cuándo trasplantarlos y qué sustrato ponerles?

Va a depender de lo rápido que crezcan. En principio, se han de cambiar cada dos años, durante la primavera, y solo si las raíces han empezado a crecer por fuera de los agujeros de la maceta, o si ya han pasado más de dos años del último trasplante. Hay que esperar a que las temperaturas sean cálidas, puesto que de lo contrario se podrían resentir.

Para hacerlo, hay que rellenar la nueva maceta con sustrato universal (en venta aquí), teniendo en cuenta la altura de la vieja maceta; después se extraerán las plantas con cuidado y finalmente se plantarán en la nueva. Cuando se termine de rellenar, se regarán a consciencia.

¿Cuándo y cómo regarlos?

Los Ficus son árboles que necesitan mucho espacio

El riego de los ficus será moderado. En verano hay que regar dos o tres veces a la semana, y el resto del año solo cuando veamos que la tierra está casi seca, más o menos una vez por semana. Así y todo, en caso de duda lo más aconsejable es comprobar la humedad con un medidor, o introduciendo un palo delgado de plástico o de madera y ver si sale con mucha o con poca tierra adherida a él.

Sobre cómo se han de regar, se hará siempre mojando la tierra, no la planta. Hay que echar agua hasta que la tierra esté empapada, es decir, hasta que salga por los agujeros de drenaje de la maceta y llene el plato que puede tener debajo. Luego, dejaremos pasar unos cinco minutos y, después, retiraremos el agua del plato. Esta la podemos echar en una botella y utilizarla para regar otras plantas.

¿Se han de abonar?

Es una duda que nos puede surgir, puesto que si ya de por sí son plantas grandes, si las abonamos crecerán más. Pero la realidad es que no les puede faltar abono, puesto que los nutrientes de los que dispone el sustrato se van agotando a medida que las raíces los absorben. Si se quedasen sin ellos, la salud de los ficus empeoraría.

Por eso, se han de abonar en primavera y en verano, con abonos o fertilizantes como por ejemplo este para plantas verdes, este que es universal o con guano (en venta aquí) el cual es orgánico.

¿Cuáles son los problemas más habituales que tienen los ficus?

Aunque son relativamente fáciles de cuidar, lo cierto es que pueden tener algunos problemas, los cuales son:

  • Hojas amarillas: si son las nuevas es debido a falta de agua; en cambio si son las viejas es por exceso. En el primer caso habría que aumentar la frecuencia de riego, y en el segundo reducirla y, también, tratar con fungicida (en venta aquí) puesto que cuando la planta está débil y iene más agua de la que necesita los hongos aprovechan para atacarla.
  • Hojas caídas: si solo »cuelgan» seguramente sea por falta de agua; pero si además caen de la rama puede ser por estar cerca de alguna corriente de aire. Si están amarillas y caen, es por exceso de agua; a menos que sean las más viejas y el resto de la planta se vea bien, en cuyo caso no habría de qué preocuparse.
  • Bichos blancos en hojas: son cochinillas. Los ficus no suelen tener plagas ni enfermedades, pero cuando el ambiente es muy seco sí que podremos ver como bolitas de algodón posadas sobre las hojas y los brotes tiernos. Se eliminan o bien con agua y jabón neutro, jabón potásico, o bien con un insecticida anti-cochinillas como este.
  • Araña roja en las hojas: es un ácaro al que también le encantan los ambientes secos. Se alimenta de la savia de las hojas, donde además teje telarañas. Se eliminan con acaricidas, como este.

Tipos de Ficus

Para acabar, veremos las especies de Ficus que más se cultivan:

Ficus benjamina

El Ficus benjamina es un árbol tropical

Imagen – Flickr/Forest and Kim Starr

El Ficus benjamina es un árbol nativo de Asia y de Australia que alcanza una altura de 15 metros. Es perennifolio, y tiene hojas verdes, ovales, con un tamaño de entre 5 y 13 centímetros de largo. Se trata de una de las variedades más cultivadas como planta de interior, aunque también es posible tenerlo en el exterior si no hay heladas o estas son muy débiles, de hasta -1,5ºC.

Ficus ginseng

El Ficus Ginseng es un árbol que se cultiva como bonsái

Imagen – Wikimedia/Earth100

El Ficus ‘Ginseng’ es el nombre que se le da a un cultivar de Ficus microcarpa. No es una variedad natural; es decir, no se encuentra silvestre en ningún sitio. Se vende casi siempre como bonsái o prebonsái de unos 40 centímetros de altura. Es muy sensible al frío.

Ficus lyrata

El Ficus lyrata es un árbol perennifolio

Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr

El Ficus lyrata es una especie de África Occidental, que alcanza una altura de 12 a 15 metros. Sus hojas son verdes y grandes, de hasta 45 centímetros de largo por 30 centímetros de ancho, y también algo coriáceas. Soporta solo hasta los 10ºC, por lo que se cultiva en interior casi siempre.

Ficus robusta (ahora es Ficus elastica)

El Ficus elastica es un árbol muy grande

Imagen – Flickr/Mauricio Mercadante

El Ficus elastica es un árbol originario de Asia que alcanza entre 20 y 30 metros de altura. Desarrolla un tronco muy ancho, de hasta 2 metros de diámetro, formado por numerosas raíces aéreas. Tiene hojas oblongas de hasta 30 centímetros de largo por hasta 10 centímetros de ancho, y son de color verde o verde-marrón dependiendo de la variedad. Soporta hasta los 0 grados, incluso las heladas si son muy suaves (hasta -1,5ºC) y puntuales.

Esperamos que puedas tener tu ficus en interior por muchos años.


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