Para hablar de estos grandes cultivos que pueden tener cabida en grandes ciudades, haremos referencia al trabajo más que artístico de Agnes Denes quien cuenta entre su haber, el emblemático y aplaudido gran cultivo de cereal en pleno centro de la ciudad de Milán y en el marco de la Expo 2105, interpretado como una forma bastante interesante de acercar la actividad rural a la actividad citadina para el disfrute de los residentes, turistas y asistentes a la Expo.
En un primer momento se le llamó proyecto Milán y contó con la colaboración de reconocidos entes locales como las Fundaciones Ricardo Catella y Nicola Thussarde y Confagricoltura. Esta obra se realizó entre los meses de marzo y octubre del 2015 y durante este periodo los habitantes y participantes pudieron apreciar y desarrollar todas las actividades que necesita un cultivo como este y en medio de una ciudad.
Cultivar dentro de una ciudad es posible
Este gran cultivo se desarrolló en el centro de “Micoltivo: The Green Circle” que va de un proyecto de revitalización urbana y que a su vez formó parte de un cronograma de actividades que impulsaron iniciativas de índole cívico y cultural que se consagraron a la “Porta Nuova Smart Community”.
Este gran cultivo también llamado instalación “Wheatfield” tiene su precedente en al año 1982 y se realizó en la ciudad de New York, para entonces el fin perseguido fue rescatar ciertos valores que por efecto de la globalización se habían puesto de lado tales como, protección a la tierra, fomentar el crecimiento de la economía sin que ello implique desmejorar la calidad de vida en las comunidades, compartir la energía y los alimentos.
En el 2015, Wheatfield intentó representar el quien diera la bienvenida a los habitantes de la ciudad y a los varios millones de personas que acudieron a la Expo, extendiéndoles una sugerente invitación a que reflexionaran sobre el hambre que padece el mundo entre otras cosas importantes.
Mientras estuvo la plantación en la ciudad, fueron diversas las actividades que en sus instalaciones se desarrollaron y que favorecieron la interacción con la población y sus visitantes quienes tuvieron la oportunidad de sembrar y cosechar.
Parte de la razón de ser de esta importante obra, es mantenerse por un largo tiempo en la memoria de quienes disfrutaron de ella y que, a través de los recuerdos de lo vivido, de lo disfrutado y de lo reflexionado retransmitan la enseñanza de como la naturaleza es capaz de confrontar y de imponerse con su grandeza a una ciudad con todo y sus rascacielos.
La Artista Agnes, artífice de esta gran obra pone en manifiesto su lado feminista resaltando la capacidad generadora de la madre tierra.
El proyecto Wheatfield
Según explica Agnes, para ella hoy día el ser artista va mucho más allá del simple “hacer arte”, ser conscientes de que siendo una especie que entiende que con sus acciones puede modificar su futuro y todo lo que nos rodea, implica tener mucha responsabilidad sobre dichas acciones. Si en efecto controlamos nuestro destino debemos saber qué impacto tiene lo que hacemos en la tierra, el uso indiscriminado de los recursos naturales, las deforestaciones y en general el mal uso de estos puede conllevar a desenlaces fatales que acaben con la vida en el planeta, por eso y antes de emprender cualquier proyecto que tenga que ver con la explotación de recursos naturales se deberían estudiar muy bien las consecuencias.
Es importante entonces que el artista transmita escenas o panoramas que conlleven al análisis y la reflexión; es decir que nos obliguen a pensar.
Finalmente, en ese espacio donde se llevó a cabo el magno proyecto está destinado a la construcción de un parque de 90 mil metros cuadrados, contará con áreas de entretenimiento infantil, para la distracción, para observar la naturaleza, una ruta fitológica, en fin, muchas rutas temáticas.
Se dispondrán los arboles por especies y se agruparán en círculos emulando especies de recamaras, todo ellos interconectado con las rutas peatonales.