Los cañamones son unas hierbas rizomatosas perennes de muy fácil cultivo que puedes tener tanto en maceta como en el jardín. Crecen hasta alcanzar una altura comprendida entre los 40 y los 100cm, y como no tienen raíces agresivas, no te van a dar ningún problema.
Su ritmo de crecimiento es tan rápido, que con unos mínimos cuidados puedes conseguir que te florezcan el mismo año de la siembra.
Características de los cañamones
Los cañamones, cuyo nombre científico es Centaurea nigra, son unas hierbas originarias de Europa que viven en los prados y en los bordes de arroyos y torrenteras. Se caracteriza por desarrollar tallos erectos con hojas alternas de color verde. Las flores, que brotan desde finales de primavera hasta finales de verano, se agrupan en capítulos al final de los tallos, y miden unos 15mm de diámetro.
A pesar de que son plantas de rápido crecimiento, se pueden cultivar varias juntas en un pequeño espacio, ya sea maceta, jardinera o en un rinconcito del jardín.
¿Cómo se cuida?
Si quieres hacerte con uno o varios ejemplares, a continuación te decimos cómo cuidarlos:
- Ubicación: exterior, a pleno sol.
- Suelo o sustrato: no es exigente, pero es importante que tenga buen drenaje.
- Riego: cada dos días en verano, y cada 3-4 días el resto del año. Hay que evitar que se seque la tierra.
- Abonado: muy recomendable abonar durante la temporada de floración con abonos líquidos orgánicos, como el guano. Es necesario seguir las indicaciones especificadas en el envase para evitar el riesgo de sobredosis.
- Multiplicación: por semillas en primavera. Siembra directa en semillero.
- Rusticidad: soporta bien el frío de hasta los -10ºC.
Los cañamones son unas plantas muy bonitas para tener decorado el jardín o el patio de una manera distinta, ¿no crees? Sus flores son realmente decorativas, y su cultivo es tan sencillo que aunque no tengas mucha experiencia con las plantas, seguro que vas a disfrutar mucho con estas hierbas.
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