La cúrcuma está de moda y hoy es uno de los nuevos ingredientes gourmet. Si te gusta la cocina tanto como las plantas, es momento de cultivar esta hierba en tu pequeño huerto para entonce contar con un producto fresco al que puedes recurrir cuando estás en búsqueda de ese toque especial, ese sabor único que sólo consiguen las hierbas aromáticas.
Arroces, pescados y carnes van muy bien con el poderoso sabor de la cúrcuma, que es picante y fresco al mismo tiempo. Esta hierba es uno de los ingredientes básicos del curry, es decir de la mezcla de condimentos típica de la cocina de la India. Dicen que cada familia tiene su propio curry y por eso hay tantas versiones así es que puedes crear la tuya si tienes esta hierba en tu hogar.
La hierba con sabor
La cúrcuma es conocida también como azafrán de la India, azafrán cimarrón y raíz de cúrcuma aunque su nombre oficial es Curcuma longa y pertenece a la familia Zingiberáceas. Se trata de una hierba vivaz y con rizomas que alcanza 1 metro de altura y es originaria del sur de Asia. Sus hojas son anchas y de un color verde claro y sus flores son de varios colores dependiendo de la variedad de cúrcuma.
Aunque el rizoma principal es fuerte y carnoso, la parte de la planta que se utiliza en la cocina está bajo tierra pues son los rizomas subterráneos. Esta parte de la planta también se ha usado desde hace siglos con fines medicinales.
Siembra y cosecha
El ciclo de la planta hasta el momento de la recolección tiene una duración de 10 meses, luego de la siembra. Puedes tomar los pequeños dedos de una planta ya adulta para formar una nueva planta. La época de siembra de la cúrcuma es desde finales del invierno hasta comienzos de la primavera.
Por ser una planta de clima tropical o subtropical, lo ideal es un suelo profundo y húmedo, suelto, fértil y con buen drenaje. Esta planta no soporta las heladas ni lo suelos que no drenan pues si bien necesita de la humedad no tolera los encharcamientos.
La recolección de la cúrcuma tiene lugar en otoño y una vez que las hojas de la planta hayan caído. Puedes ayudarte con alguna herramienta para así quitar los rizomas sin dañarlos. Una vez recolectados, hay que hervirlos para quitar la cáscara exterior y luego dejarlos secar al sol.
