Es una de las flores más hermosas que te puedes encontrar en África y Arabia. ¿Su nombre? Adenium obesum, aunque es probable que la conozcas más por Rosa del Desierto.
Esta planta almacena el agua en su tronco, el cual se engrosa a medida que van pasando los años. En cultivo a veces se muestra muy exigente, pero si quieres decorar tu hogar con una, apunta estos consejos y disfrutarás durante mucho tiempo de ella.
La Rosa del Desierto o Adenium obesum pertenece a la Apocynaceae. Es originaria de África tropical, donde habita en regiones cuya pluviometría es escasa. Tiene un crecimiento muy lento, alcanzando los tres metros de altura pasados los 20 años de edad. Su tronco es suculento, ya que es ahí donde la planta tiene sus reservas de agua para poder soportar largos periodos de sequía. Sus hojas son de color verde oscuro, con el nervio central muy definido, y si bien en hábitat las pierde durante los meses más calurosos y secos, en cultivo las puede mantener durante todo el año, o perderlas en otoño-invierno si el clima es fresco.
Las flores son el principal atractivo de esta planta. Tienen forma de trompeta, con 5 pétalos grandes de hasta 6cm de diámetro. Son de color rosa o rojo, pero actualmente encontrarás también cultivares que las tienen de dos colores.
El Adenium es una planta muy ornamental por lo que no es de extrañar que esté presente en numerosas colecciones de suculentas. Sin embargo, a veces es un poco exigente, y es que es muy sensible al frío y al exceso de humedad. Así, sólo se podrá tener en el exterior si se vive en un clima cálido, con temperaturas superiores a los 5ºC; en caso contrario la podrás mantener en interior, en una habitación muy luminosa protegida de las corrientes de aire.
Para evitar que se pudra, es muy recomendable plantarlo en un sustrato muy poroso, como puede ser perlita y vermiculita a partes iguales, y regar muy de vez en cuando: unas 2 veces por semana en verano y 1 cada diez o quince días el resto del año.
Que disfrutes de tu Rosa del desierto 🙂 .