Dipladenia con hojas amarillas: ¿qué le pasa?

La dipladenia puede sufrir con el riego

Imagen – Wikimedia/Jerzy Opioła

Se podría decir que las hojas de las plantas son como la piel humana: cuando algo malo pasa, a menudo son ellas las que muestran los primeros síntomas visibles. Por eso, si nuestra dipladenia se está volviendo amarilla, seguramente le esté ocurriendo algo. Puede que no sea nada grave, pero no sería raro que estuviésemos cometiendo algún error a la hora de cuidarla.

Quizás es el riego, la falta de luz o, ¿quién sabe? Igual se ha quedado sin espacio y no puede seguir creciendo. Como son varias las posibles causas, veamos qué hacer si tenemos una dipladenia con hojas amarillas.

Falta de agua

La dipladenia se ha de regar con frecuencia

La deshidratación es un problema que, puede ser muy preocupante, pero tiene fácil solución. Cuando una dipladenia u otra planta tiene sed, las primeras hojas que dejan de recibir la cantidad de agua que necesitan son las más nuevas, porque en este momento urge más que las raíces se mantengan bien hidratadas con la poca agua que haya en la tierra, pues son las que, cuando la situación mejore, la ayudarán a recomponerse.

Esto puede hacer además que, llegado el momento, las ramas y las hojas queden »colgando», como si hubiesen perdido fuerza. Por ello, se dice que una planta que tiene sed se ve triste. Pero como digo, es fácil recuperarla. Simplemente hay que regarla, echando agua hasta que la tierra se empape bien, del todo.

Si está en una maceta, la cogeremos y la meteremos en un recipiente que sea un poco más alto que dicho recipiente con abundante agua durante una media hora. Esto servirá para que la tierra se reblandezca, y pueda volver a absorber el agua.

Exceso de agua

Cuando una dipladenia recibe más agua de la que necesita, sus raíces se ahogan, literalmente. Esto se debe a que el aire deja de circular entre los poros o granitos de la tierra y entre las raíces, y esto es un verdadero problema, mucho más serio que la deshidratación, ya que si no hacemos nada pueden aparecer hongos u oomicetos patógenos del suelo como el fitóftora y causarle la muerte.

De hecho, los primeros síntomas aparecen en las raíces, que o bien sufren daños menores, o bien se vuelven marrones y finalmente necróticas antes de que termine de cubrirlas por completo el moho blanco (hongos). Pero claro, esto nosotros no lo sabremos nunca, a no ser que saquemos la planta de la tierra.

Ahora bien, otros de los signos que nos servirá para, al menos intuir, que hemos regado en exceso a la dipladenia, es observar sus hojas viejas, es decir, las inferiores. Estas son las primeras que se pondrán amarillas. ¿Por qué? Porque son las primeras que sufren cuando el sistema radicular se está ahogando.

¿Qué hacer en estos casos? Lo siguiente:

  • Si la dipladenia está en maceta, la sacaremos y envolveremos el pan de tierra con papel absorbente, a doble capa. Si vemos que este se humedece rápido, lo quitaremos y pondremos otro; así hasta que el que pongamos le cueste más absorber la humedad. Luego, dejaremos la planta en interior, en una habitación sin corrientes de aire, y en un lugar seco durante 12 horas. Solo después la plantaremos en una maceta nueva que tenga agujeros en su base con sustrato nuevo, y aplicaremos fungicida sistémico como este. Reanudaremos el riego al cabo de 2 o 3 días.
  • Si está en el suelo, suspenderemos los riegos y aplicaremos fungicida polivalente, como No products found.. En el caso de que se haya plantado en una tierra muy compacta y pesada, lo mejor será sacarla, hacer un agujero más grande y llenarlo con sustrato de cultivo universal de la marca Flower o Weedness por ejemplo.
La dipladenia se cuida fácilmente
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Y a esperar. Es importante que se riegue de vez en cuando, dejando que la tierra se seque un poco antes del siguiente riego. Para saber cuándo regar, es posible usar un medidor de humedad como este, la cual es una herramienta muy útil como guía.

Falta de espacio

La dipladenia es una trepadora que no tiene raíces invasivas y que desarrolla tallos delgados. Por todo ello, se puede caer en el error de pensar que necesita poco espacio; es decir, que estará bien en una maceta estrecha o en un rincón del jardín junto con unas cuantas plantas. Pero nada más lejos de la realidad.

Si se tiene en maceta, es muy, muy importante (y perdón por la repetición), que se plante en otra más grande cada 3, 4 años como mucho. Tenemos que observar de vez en cuando si se asoman o si se le salen raíces por los agujeros de drenaje, y/o si la tierra está gastada.

Por otra parte, si se planta en el suelo pero la ponemos cerca de plantas grandes, las raíces de estas últimas van a impedir que crezca. Por este motivo, no recomiendo que se plante cerca de una dipladenia plantas como: bambú, plataneras, ensetes, ni árboles de raíces agresivas o que necesiten mucho espacio para crecer como Ficus, ombú, castaño de Indias, arce falso plátano, y similares.

Quemaduras

Las quemaduras en las hojas se producen cuando la planta está expuesta a la luz de forma directa, o bien cuando la planta está junto a una ventana por la que entran los rayos solares. Cuanto más directa es, más daños le causan. Pero sabremos si la dipladenia se está quemando si vemos que las hojas tienen manchas que empiezan siendo amarillas pero que rápidamente se vuelven marrones.

Estas manchas aparecen de un día para otro, y solo en las hojas más expuestas; es decir, se puede dar el caso de que tenga manchas solo en unas cuantas hojas de un lado concreto, y que el resto se vean verdes.

¿Qué se hace para recuperarla? Si está en maceta, llevarla a otro sitio; y si está en el suelo habrá que ponerle una malla de sombreo por encima o plantar cerca alguna planta que le dé sombra, como un arbusto de hoja perenne como la Photinia x fraseri ‘Red Robin’, cuyas hojas rojas contrastarán con las verdes de la dipladenia.

Ha llegado al final de su vida

La dipladenia es de hoja perenne, pero esto no significa que esas hojas permanezcan con vida siempre. Lo normal es que la planta las vaya perdiendo poco a poco, a lo largo del año, a medida que van surgiendo de nuevas. Esto no es un problema en absoluto: es algo completamente natural y no ha de preocuparnos.

Otra cosa sería que empezaran a caérsele muchas de golpe, en ese caso sí tendríamos que ver qué le ocurre: si son amarillas, ya hemos visto las posibles causas; y si caen verdes, quizás tenga alguna plaga que la esté debilitando, como cochinilla, pulgones o araña roja. Estas se tratan con tierra de diatomeas, de la cual te dejamos un vídeo aquí:

Esperamos que ahora puedas saber qué le ocurre a tu dipladenia con hojas amarillas.


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