Si eres una persona que gusta de la jardinería y sueñas con tener un hermoso jardín no hay nada como diseñarlo tu mismo. Para eso hay que tener cierto rigor pues el proyectar un jardín no es una tarea sencilla.
Hay que tener en cuenta muchos factores, desde las dimensiones del espacio libre hasta el modo en el que el sol circula por el jardín.
Cómo pensar el diseño
El punto de partida para el diseño de jardines es el presupuesto pues de ello dependerá la selección del sistema de riego, la cantidad y variedad de plantas y los elementos generales del jardín.
Pero además hay que estudiar el clima general para así elegir las plantas que se adecuen de forma natural al jardín. Si bien hay plantas que tienen gran poder de adaptación, requerirán mayor trabajo por parte del jardinero para mantenerlas en buen estado.
Luego llega el momento de estudiar cada rincón del jardín para así establecer zonas que ayudarán a evitar la monotonía. Puedes crear zonas a partir de plantas o bien utilizar elementos externos como los muebles. Recuerda que siempre debe haber un espacio para las plantas de sombra, uno zona soleada y una tercera zona libre de obstáculos para la presencia de mobiliario u otros elementos como macetas, senderos, etc. En estos casos, ayudan mucho los puntos focales, es decir elementos que ayudan a alterar la monotonía. Pueden ser naturales, como árboles o plantas llamativas o artificiales como estanques, piscinas, caminos, etc.
Si el jardín está rodeado de muros, evita que queden a la vista y cúbrelos con plantas trepadoras para así ganar amplitud. Lo mismo si el jardín es pequeño. Hay muchos trucos para agrandarlo y generar una mayor perspectiva.
El estilo de jardín elegido
Junto a los ítems antes mencionados es importante tener una idea clara del tipo de jardín que se desea. Hay muchos estilos de jardines y cada uno de ellos exige diferentes plantas, materiales, elementos y colores así es que habrá que saber el jardín que se desea antes de comenzar a diseñarlo.
