La dracaena marginata es una planta que solemos tener en casa. Tiene un tallo (falso tronco) muy delgado, y numerosas hojas lanceoladas que la embellecen mucho. Y aunque su ritmo de crecimiento es más bien lento, eso no significa que no necesite un cambio de maceta más adelante, o incluso una pequeña poda.
Además, tampoco podemos olvidar que lo habitual es que el techo de una vivienda, vamos a decir común, suele estar a 3 o 4 metros. Pero nuestra protagonista puede medir hasta 5 metros, con lo cual, no nos quedará más remedio que saber cuándo se poda la dracaena marginata, y cómo.
¿Cuándo hay que podar a la dracaena marginata?
Lo primero que hay que tener muy claro es que la poda que le haremos a la drácena, no tiene nada que ver con la poda que le haríamos a un árbol común como puede ser un roble o un arce, por la sencilla razón de que su genética, y por lo tanto la evolución que han tenido, es muy diferente. Es por eso por lo que es tan importante saber cuál es el mejor momento de podarla, ya que solo si se hace en el momento adecuado, conseguiremos que se recupere antes.
Y, ¿qué hay que hacer sobre esto? Bueno, pues que la dracaena marginata es una planta tropical, que no soporta nada el frío, motivo por el que se utiliza para decorar los hogares. Además, solo crece cuando hace buen tiempo, es decir, cuando las temperaturas se mantienen entre los 18 y los 35ºC. En otoño y, sobretodo, en invierno, apenas se mantiene activa: solo realiza sus funciones más básicas, como respirar, pero su ritmo de crecimiento se ralentiza tanto que puede llegar a pararse.
Teniendo todo esto en cuenta, la poda se hará cuando empiece a salir de ese estado de reposo, pues es cuando la savia empieza a circular a su ritmo normal y, por consiguiente, cuando más rápido puede recuperarse de las heridas. Ahora bien, ¿cuál es ese momento exactamente?
Con las plantas que se tienen en interior a mí me gusta tener más paciencia que con las de exterior: prefiero esperar a que las temperaturas marquen al menos los 20ºC de mínima durante un tiempo y que durante esas semanas ya se vea que el clima está mejorando, porque si se poda nada más terminar el invierno pero viene una ola de frío poco después, aunque esté protegida en casa, va a notar esa bajada de las temperaturas (a no ser, claro está, que en casa siempre tengamos más o menos los mismos grados, y que en la habitación donde la tenemos no haya corrientes de aire).
¿Cuál es el objetivo de la poda de la drácena marginata?
Otra cosa que hay que tener presente es que no se debe podar una planta joven. Es más, lo normal es que pasen muchos años hasta que tengamos que podarla, porque como decía, se toma su tiempo para crecer. A veces en los viveros y tiendas de jardinería podemos encontrar ejemplares podados, pero esto suelen medir al menos 1 metro de altura o más.
Es por eso por lo que el objetivo real de la poda de esta planta no es otro que mantenerla con una altura menor para que no toque el techo. Ni más ni menos. Si nuestra intención es tenerla en el jardín o en el patio, ni siquiera tendremos que preocuparnos de este tema.
¿Se puede podar una planta enferma?
A veces puede ocurrir que hemos regado demasiado a nuestra drácena, y que sus tallos se empiezan a pudrir. Pues bien, en este caso, sí que podremos podarla para intentar salvarla, independientemente de la estación del año en la que nos encontremos y de la edad que tenga la planta. Pero repito: solo en este caso.
Si el problema es que tiene plagas por ejemplo, la poda es totalmente innecesaria porque hay insecticidas y remedios caseros que podremos aplicarle. Incluso no nos será difícil limpiarla con agua y un poco de jabón lavavajillas (la dosis es 2-3ml de jabón en 1 litro de agua).
¿Cómo hay que podarla?
La poda de la dracaena marginata se hará usando una pequeña sierra de mano (en venta aquí) que habremos desinfectado con agua y jabón. Esta nos servirá para recortar aquellos tallos que midan un centímetro o más de grosor.
Asimismo, es importante saber que solo se podará si tiene más de un tallo, ya que de lo contrario la dejaríamos sin hojas, y le costaría mucho más reanudar su crecimiento.
Una vez sabemos esto, simplemente cogeremos la sierra de mano y recortaremos el tallo poniendo la herramienta por encima de las hojas más viejas. Además, se debe tener presente que, cuanto más bajo se corte, más tiempo va a necesitar para producir nuevas hojas, por lo que si ya durante la poda le dejamos algunas, le ayudaremos a recuperarse.
Al terminar, le aplicaremos pasta cicatrizante (en venta aquí) sobre la herida. De este modo, se evitará que enferme.
¿Qué esperar?
Al cabo de unas semanas veremos que surgen nuevos tallos, que serán nuevas ramas. Pues bien, una vez que se hayan desarrollado un poco, podremos empezar a abonar la dracaena con un fertilizante para plantas verdes como este.
Como has podido ver, la poda de esta planta no es muy complicada.