Eguzkilore (Carlina acanthifolia)

La Carlina acanthifolia es la flor del País Vasco

Imagen – Wikimedia/Astrogot

En cada comunidad suele haber una planta que tiene algún significado muy especial para el pueblo. A menudo es una flor cargada de simbolismo, protagonista de leyendas contadas mucho tiempo atrás. Tal es el caso de la eguzkilore, que se conoce también como flor del Sol o flor protectora.

Crece silvestre en los montes de Europa del Sur, y especialmente en los de Cantabria y del País Vasco, donde se le tiene en gran estima.

Características de la eguzkilore

Vista de la Carlina acanthifolia

Imagen – Wikimedia/Meneerke bloem

Se trata de una hierba vivaz, es decir, que vive varios años y que alcanza una altura de 30 centímetros aproximadamente. Su nombre científico es Carlina acanthifolia. Durante los primeros meses desarrolla un tallo rígido, del cual brotan hojas verdes y lobuladas con espinas, muy parecidas a las que tiene el cardo.

Al cabo de más o menos dos años, en verano, aparecen las flores, que son amarillas. A su alrededor brotan brácteas (hojas modificadas) parecidas a pétalos de color amarillo pálido/crema, que también son espinosas.

¿Cómo sembrar eguzkilore?

Si te gustaría tener esta flor en tu jardín o en el patio, te recomendamos que tengas en cuenta lo que te vamos a contar a continuación:

Consigue semillas en sitios especializados

La eguzkilore es una especie que está protegida, por lo que solo se han de sembrar semillas que procedan de cultivos autorizados, ya que de lo contrario no solo se estaría cometiendo un delito si no que además se podría poner en peligro la supervivencia de la especie ya de por sí amenazada por el cambio climático.

Siémbralas lo antes posible

Las semillas permanecen viables poco tiempo, por lo que cuanto antes se siembren mejor. Haz lo de la siguiente manera:

  1. Rellena una maceta que mida al menos 12 centímetros de diámetro con sustrato universal. Si no lleva, mézclalo con un 30% de perlita, pómice, o sustratos similares.
  2. A continuación, humedece el sustrato. Echa agua hasta que veas que sale por los agujeros de su base.
  3. Luego, coge 2-3 semillas, y ponlas sobre la superficie del sustrato separadas entre sí.
  4. Después, cúbrelas con un poco de sustrato para que no queden muy expuestas.
  5. Por último, coloca la maceta en el exterior, y ve regándola cada vez que veas que la tierra se está secando.

Si son viables, germinarán a finales del invierno o principios de primavera.

Cuidados de la eguzkilore

La Carlina es una hierba vivaz

Imagen – Wikimedia/Franck Hidvégi

¿Cómo se ha de cuidar esta planta? Si tienes curiosidad, sigue leyendo:

Ubicación

Se ha de cultivar en el exterior, a pleno sol. Necesita quedar expuesta a la radiación solar para que pueda crecer y desarrollarse con normalidad. Si se tuviera en sombra o dentro de casa su tallo crecería en dirección a la luz, y no en vertical.

Tierra o sustrato

  • Maceta: se ha de rellenar con mantillo o sustrato universal (en venta aquí).
  • Jardín: la tierra ha de ser fértil y ligera.

Riego y abonado

La eguzkilore se regará un promedio de 3-4 veces a la semana durante el verano, y unas 2 semanales el resto del año. Es muy recomendable aprovechar y abonarla de vez en cuando, cada 15 días o una vez al mes durante los meses cálidos.

Trasplante

Solo necesitará uno o dos trasplantes a lo largo de su vida. Hazlo cuando veas que se le salen las raíces por los agujeros de drenaje.

Leyenda de la eguzkilore

Es una leyenda que se transmite oralmente de generación en generación desde hace mucho. Cuenta que en el pasado, cuando los primeros seres humanos empezaron a poblar la Tierra, no existían ni el Sol y la Luna. Lo único que había era oscuridad, una que les asustaba pues del centro de la Tierra surgían toros de fuego e incluso dragones.

Por eso, un día decidieron pedir protección a la Tierra, pero ella les contestó que estaba muy atareada. La gente insistió, y la Tierra les creó la Luna, pero no fue suficiente: después de superar el temor inicial, las brujas, los dragones, y los caballos voladores volvieron a salir.

Entonces, el poblado volvió a pedir ayuda a la Tierra, y esta creó el Sol: mucho más luminoso que la Luna, que serviría para indicar el día.

Por suerte, los demonios que acosaban a las personas no pudieron acostumbrarse a la intensa luz que irradiaba, de manera que solo salían por la noche. Ahora bien, el poblado quería estar tranquilo, así que volvieron a ponerse en contacto con la Tierra.

Ella les ayudó, creando una flor que los seres de la oscuridad no querrían ver: la eguzkilore, o flor del Sol.

Es una leyenda muy bonita, y como toda leyenda que se precie, tiene su parte de realidad.

Usos y propiedades de la eguzkilore

Las flores de la carlina se abren en verano

Imagen – Wikimedia/Ghislain118

Tiene varios usos:

  • Flor cortada y/o seca: en algunos pueblos se colgaba en las puertas de las casas para atraer a la buena suerte, además de para proteger a la familia que vivía dentro.
  • Comestible: sus hojas son comestibles. Se pueden consumir como verduras, en ensaladas por ejemplo.
  • Medicinal: el aceite esencial que se extrae de la raíz se utiliza para cuidar de la piel, así como para tratarla en caso de acné o eccemas.

¿Qué te ha parecido esta planta?


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