Con una inflorescencia extraordinaria, el arbusto del que te voy a hablar ahora ha demostrado ser un excelente candidato para tener en jardines de bajo mantenimiento. Su atractivo ornamental no sólo reside en sus curiosas flores, sino también en sus hojas, las cuales pueden ser de color verde o variegadas (de dos colores: verde y amarillo).
El hebe, o verónica, es una de esas plantas que se conforma con muy poco para verse siempre preciosa.
Aunque la mayoría de ejemplares que encontramos a la venta son híbridos, su origen se encuentra en Nueva Zelanda principalmente. Es un arbusto de hoja perenne que alcanza una altura aproximada de medio metro, con una anchura de 50-60cm. Podremos utilizarlo para delimitar caminos junto con otras plantas del mismo tamaño, o para tener en maceta decorando el balcón o el patio.
Su temporada de floración puede variar según clima. Por lo general podremos disfrutar de sus flores durante el verano y el otoño, pero puede darse el caso de que comience a florecer en primavera si las temperaturas son altas.
No es una planta exigente, pero sí debemos tener en cuenta es que es sensible a las heladas y sobretodo al encharcamiento. Por ello, si tu invierno es frío con temperaturas por debajo de los -2º, convendrá tenerla en interior o protegerla con manta térmica a fin de evitar que sufra daños. Al sustrato de plantación se recomienda añadirle un poco de perlita o cualquier otro material similar para que el drenaje del agua sea rápido y total.
El hebe es una planta tan excepcional… ¡que hasta las abejas no dudas en posarse sobre sus flores para beber! Motivo de más para tener uno o varios y aumentar, así, la fauna de tu jardín o huerto.
¿Te animas a tener un hebe en tu rincón verde favorito?
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