Rebutia narvaecensis
¿Cómo consiguen los cactus perpetuar su especie en un hábitat donde los animales tienen muchos problemas para subsistir? Aunque resulte curioso, hay algunos que, en su migración anual, pasan por los desiertos áridos precisamente en la temporada de floración de estas plantas. Uno de los principales polinizadores son los murciélagos. A ellos les encanta el polen de estas preciosas flores; pero, ¿qué ocurre cuando se están cultivando? ¿Quién se encarga entonces de polinizarlas?
Esa es una pregunta que tiene una muy fácil respuesta: los insectos que haya por la zona o nosotros mismos. Sí, sí, tú mismo/a puedes conseguir nuevos ejemplares sin necesidad de tener que comprarlos. Tan sólo vas a necesitar un pincel 😉 .
Imagen – E-Ducativa
Las flores de las plantas de la familia Cactaceae son hermafroditas, lo cual quiere decir que una misma flor tiene órganos femeninos y masculinos. La parte femenina es el pistilo, compuesto por el estigma, el estilo, el ovario y el óvulo; y la masculina es el estambre que contiene el polen y que está compuesto por la antera y el filamento que lo une a la planta. Los pétalos no tienen una función reproductiva propiamente dicha, sino que más bien sirve de reclamo.
De forma natural, un insecto polinizador se sentirá atraído por los bellos colores de los pétalos, y una vez que se pose en la flor, mientras se alimenta del polen sin darse cuenta depositará algunos granos de polen en el pistilo. Cuando se marche en busca de otra flor, sus patas y/o su cabeza llevarán una valiosa carga: sí, efectivamente, el polen que servirá para fertilizar a otra flor.
Mammillaria pseudoperbella
Pero cuando nos dedicamos a cultivarlos nos surge un problema: a menos que tengamos la suerte de vivir en una zona donde haya varios insectos polinizadores (abejas, avispas, moscas, abejorros), las flores no podrán ser polinizadas y, por lo tanto, no fructificarán. Afortunadamente, hay una solución para eso: el pincel, o para ser más específicos, el pincel que se usa para pintar.
Dependiendo de la forma y tamaño de la flor, tendremos que usar un pincel u otro. Así, si por ejemplo son flores muy pequeñas (como las de la Mammillaria) tenemos que usar uno de brocha muy pequeña, y si tienen forma de campana (como las de las Rebutia) deberemos usar uno de brocha pequeña.
Eriosyce subgibbosa
Cuando tengamos nuestro pincel, tan sólo tenemos que introducir bien la brocha en el interior, y girarlo para que quede impregnado de polen. A continuación, haremos lo mismo con otra flor y volveremos a la primera. A partir de ahora, podremos polinizar las flores que no hayamos polinizado, pues el pincel tendrá un polen que será distinto al que tienen ellas.
Hay que ser constantes y repetir esto durante toda la temporada de floración, al menos tres veces por semana. Pero al final conseguiremos obtener semillas que, seguramente, se convertirán en nuevas plantas 🙂 .
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