Sembrar siempre es una experiencia muy agradable. Preparar el semillero con el sustrato más adecuado, enterrar las semillas lo justo y necesario para que sientan el calor del sol estando ocultas de él, regando con cuidado de que no se salga el agua con demasiada potencia, y cuidando todos los días con mimo las futuras plantitas para que tengan un buen comienzo.
Lamentablemente, tanto las semillas como las plántulas son muy vulnerables a las infecciones fúngicas y al ataque de los moluscos. Si no quieres perderlas, sigue leyendo para saber cuáles son las enfermedades que pueden tener los semilleros y cómo prevenirlas.
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Bacterias
Imagen – Omicsonline.org
Las bacterias no suelen ser muy habituales, pero cuando surgen los daños a menudo son devastadores, como los causados por las Pseudomonas o las Xanthomonas. Aparecen cuando las plantas ya muestran algún signo de debilidad, ya sea por exceso o falta de riego, una tierra demasiado compactada, o una exposición al sol directa durante la primavera y comienzos del verano.
Afectan a las hojas y a los tallos, haciendo que aparezcan manchas marrones o rojizas de 1-2mm. Para prevenirlas, es conveniente adquirir semillas no contaminadas y usar sustratos nuevos.
Hongos
Imagen – Pnwhandbooks.org
Los hongos son los microorganismos que más afectan tanto a las semillas como a las plantitas de menos de un año. Los más habituales son: Pythium, Phytophthora, Fusarium y Alternaria. Todos ellos se desarrollan en sustratos húmedos y compactos con una temperatura superior a los 12ºC, atacando las raíces y finalmente el resto de la planta.
Para prevenirlos, es muy importante utilizar sustrato nuevo, y que tenga muy buen drenaje. Asimismo se tiene que evitar regar en exceso para que las raíces no se pudran. También es muy recomendable hacer tratamientos preventivos con cobre o azufre durante la primavera y el otoño.
Virus
Los virus son los menos frecuentes, pero pueden aparecer si el semillero está siendo afectado por mosca blanca, trips o pulgones, ya que son ellos sus principales vías de infección. Una vez que han entrado en los organismos de los seres vegetales harán que las hojas crezcan deformadas, presentando mosaicos y raquitismo.
Para prevenirlos es conveniente usar sustratos nuevos y limpiar bien el semillero en el caso de que ya haya sido usado. Asimismo, se tiene que repeler a las plagas tratando de manera preventiva a las plantas con Aceite de Neem o jabón potásico.
Así las plántulas podrán crecer y desarrollarse correctamente 🙂 .