El cultivo de tomates es una actividad agrícola que apasiona tanto a profesionales como a aficionados. Sin embargo, una duda frecuente entre quienes desean iniciarse o mejorar sus técnicas de cultivo es si es posible cultivar tomates sin necesidad de tutorar las plantas. Al no usar tutorado, se reduce el tiempo invertido en esta tarea, pero también surgen desafíos relacionados con el espacio, la calidad del fruto y la presencia de enfermedades.
Si bien tradicionalmente se recomienda usar tutores para aprovechar mejor el espacio y mantener las plantas erguidas, no todas las variedades ni sistemas de cultivo los necesitan. A continuación, analizaremos las claves para decidir si es conveniente prescindir de los tutores, los sistemas de conducción posibles y las mejores prácticas para un cultivo saludable.
¿Qué significa no tutorar las tomateras?
El tutorado es una técnica agrícola destinada a mantener las plantas de tomate erguidas mediante el uso de soportes como cañas, alambres o estructuras de madera. Este sistema facilita la recolección, reduce el contacto de los frutos con el suelo y mejora la ventilación, lo que disminuye la incidencia de enfermedades.
Sin embargo, dejar las tomateras sin tutores implica permitir que estas crezcan de manera natural, adoptando un hábito rastrero. Este método puede ser viable, especialmente para variedades determinadas, que tienen un crecimiento más compacto y producen sus frutos en un período corto.
Ventajas y desventajas del cultivo sin tutores
Optar por no tutorar las tomateras tiene ventajas y desventajas que deben evaluarse según el espacio disponible, la variedad cultivada y las condiciones climáticas del lugar.
- Ventajas: ahorro de tiempo y recursos, menor inversión en materiales y facilidad para iniciarse en el cultivo de tomates.
- Desventajas: menor calidad de los frutos debido al contacto con el suelo, mayor probabilidad de enfermedades fúngicas y necesidad de más espacio para evitar el hacinamiento de las plantas.
Variedades de tomate más adecuadas para cultivo sin tutorado
Para quienes opten por el cultivo sin tutores, las variedades determinadas suelen ser la opción más acertada. Estas producen frutos en un período más corto y tienen un crecimiento compacto, lo que reduce los problemas asociados con el contacto con el suelo. Ejemplos de estas variedades incluyen ‘Roma’, ‘Río Grande’ y ‘Cherry Gold Nugget’.
Por otro lado, las variedades indeterminadas, que crecen de forma continua durante toda la temporada, son menos adecuadas para el cultivo sin tutorado. Estas necesitan más espacio y una vigilancia constante para evitar problemas de malezas y enfermedades.
Prácticas culturales clave en el cultivo sin tutorado
Para tener éxito en el cultivo de tomates sin tutores, es fundamental implementar buenas prácticas culturales. Esto incluye:
- Usar cobertura orgánica o plástica: ayuda a mantener los frutos alejados del suelo, reduce la evaporación de agua, mejora la conservación de la humedad y controla el crecimiento de malezas.
- Plantación en hileras separadas: deja suficiente espacio entre las plantas para garantizar una buena circulación de aire y facilidad en las labores de mantenimiento.
- Riego moderado: evita el riego excesivo que pueda promover enfermedades fúngicas. El sistema de riego por goteo es muy eficiente para tomates rastreros.
- Selección de variedades resistentes a enfermedades: opta por variedades que sean menos susceptibles al mildiu y a otros hongos comunes.
Sistemas de conducción alternativos
Aunque no se utilicen tutores tradicionales, existen sistemas alternativos que pueden combinar los beneficios del tutorado con la simplicidad del cultivo natural. Algunos ejemplos incluyen:
- Jaulas para tomates: estructuras cilíndricas que sostienen a la planta mientras crece de forma natural.
- Uso de mallas: permiten mantener los frutos ligeramente elevados del suelo sin la necesidad de atar las plantas.
Problemas comunes y cómo evitarlos
El cultivo sin tutores puede ser más propenso a ciertos problemas:
- Presión de malezas: usa mulching para reducir el crecimiento de hierbas indeseadas.
- Mayor incidencia de enfermedades: aplica tratamientos preventivos con fungicidas naturales y realiza una poda ligera para mejorar la ventilación.
- Frutos dañados: considera instalar redes o coberturas orgánicas para proteger los frutos.
Consideraciones climáticas
El clima desempeña un papel crucial en el éxito del cultivo sin tutorado. En climas húmedos, las plantas rastreras son más propensas a desarrollar enfermedades debido al exceso de humedad. En estos casos, se recomienda aumentar la distancia entre plantas y usar coberturas plásticas para evitar el contacto directo con el suelo.
En zonas secas, el uso de riego por goteo combinado con acolchados puede ofrecer excelentes resultados, reduciendo la evaporación y protegiendo la calidad de los frutos.
El cultivo de tomates sin tutores representa un método alternativo que, aunque requiere más espacio y ciertos ajustes, puede resultar práctico y sostenible para quienes buscan simplificar el proceso sin comprometer la producción.