Guía completa para cultivar escorzonera: siembra, cuidados y recolección

  • La escorzonera requiere suelos sueltos, profundos y ricos en materia orgánica para un buen desarrollo de sus raíces.
  • El riego debe ser regular pero evitando encharcamientos, especialmente durante su fase de crecimiento inicial.
  • La recolección es laboriosa por la longitud y fragilidad de la raíz, y se aprovechan también los brotes y flores jóvenes.
cómo cultivar escorzonera

Introducción a la escorzonera (Scorzonera hispanica)

La escorzonera, conocida también como salsifí negro o salsifí de España, es una hortaliza de raíz apreciada tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales y medicinales. Perteneciente a la familia de las Asteráceas, como la lechuga, la escarola o la achicoria, su cultivo se ha mantenido en huertos tradicionales, aunque hoy en día es poco común en los mercados habituales pese a su valor gastronómico y beneficios para la salud.

La escorzonera se diferencia del salsifí (Tragopogon porrifolius) en que esta última tiene una raíz blanca-amarilla, más corta y menos fibrosa, mientras que la escorzonera desarrolla una raíz larga, negra y carnosa, con un interior blanco y sabor delicadamente dulce.

El cultivo de la escorzonera es característico de climas templados y suelos profundos. Aunque es una planta perenne, suele cultivarse como anual debido a la calidad y ternura de sus raíces en el primer año. A continuación, encontrarás una guía detallada para tener éxito en su siembra, cuidados, recolección y aprovechamiento en la cocina.

Características botánicas y origen de la escorzonera

raíz de escorzonera

La escorzonera hispánica es una planta herbácea, perenne en estado silvestre pero normalmente cultivada como anual para el consumo de su raíz. Alcanza una altura de hasta 90 cm y desarrolla hojas alternas, de color verde brillante en la parte superior y más pálidas en el envés. Sus hojas son lanceoladas, rígidas y ligeramente onduladas, emergiendo erectas desde el collar de la raíz.

Produce flores amarillas parecidas a las del diente de león, dispuestas en capítulos, que aparecen entre los meses de primavera y verano. Tras la floración, forma aquenios negros coronados por pelos, que facilitan su dispersión por el viento.

La raíz es el principal órgano de reserva, caracterizada por su piel negra, carne blanca, forma cilíndrica y longitud que puede sobrepasar los 30 cm en buenas condiciones de cultivo. Es frágil y se rompe fácilmente al extraerla, especialmente en suelos compactos o arcillosos.

El origen de la escorzonera se sitúa en regiones del este de Europa y el Cáucaso, aunque se ha extendido por toda Europa central y meridional. Su uso como hortaliza se popularizó por sus propiedades medicinales y culinarias, desplazando al salsifí blanco por su sabor más suave y textura menos fibrosa.

Variedades principales de escorzonera

La diversidad dentro del género escorzonera es relativamente baja. Entre las variedades cultivadas destacan:

  • Duplex: con raíz alargada, ideal para suelos profundos y bien trabajados.
  • Gigante: produce raíces más gruesas y lisas, perfectas para quienes buscan ejemplares de mayor tamaño y rendimiento.
  • Prodola: menos habitual, pero apreciada por su sabor y productividad.

Cada variedad presenta diferencias en la longitud, diámetro y textura de la raíz, aunque en general comparten las mismas exigencias de cultivo.

Requisitos del suelo y preparación previa al cultivo

raíces desarrollo escorzonera

La escorzonera requiere suelo profundo, suelto, ligero y fértil, de preferencia con abundante materia orgánica bien descompuesta. Es fundamental evitar los suelos pedregosos o con mucha grava, ya que las raíces se deforman o bifurcan fácilmente y se dificulta su extracción sin dañarlas.

Es recomendable trabajar la parcela a fondo, labrando y aireando el sustrato hasta una profundidad de al menos 30-40 cm. Elimina piedras, restos vegetales y raíces de cultivos anteriores. Puede añadirse un aporte de estiércol bien descompuesto o compost para mejorar la estructura y contenido de nutrientes del suelo, evitando excesos de nitrógeno que podrían favorecer un desarrollo foliar excesivo en detrimento de la raíz.

El pH óptimo se sitúa entre 6,5 y 7,5, aunque la escorzonera tolera cierta variabilidad siempre y cuando el terreno no sea demasiado ácido.

Cómo sembrar escorzonera: época y densidad

siembra de escorzonera
  • Época de siembra: La siembra se realiza desde finales de invierno o inicio de primavera, según el clima local. En zonas templadas o cálidas, puede adelantarse al otoño, siempre que no exista riesgo de heladas tempranas intensas.
  • Profundidad y distancia: Las semillas se siembran directamente en el terreno, a una profundidad de 1 a 2 cm. Traza surcos separados 20-25 cm e introduce las semillas dejando 8-12 cm entre plantas para permitir el desarrollo correcto de las raíces.
  • Germinación: Mantén el terreno ligeramente húmedo durante el proceso de germinación, que suele tardar entre 10 y 20 días. Cuando las plántulas alcancen los 5-10 cm, aclara y elimina los brotes más débiles para evitar la competencia y favorecer raíces más gordas y rectas.

Es importante elegir semillas frescas, ya que la escorzonera reduce fácilmente su poder germinativo con el tiempo. Si siembras varias hileras, deja espacios de aproximadamente 30-40 cm entre ellas para facilitar labores de escarda y posterior recolección.

Cuidados y mantenimiento durante el ciclo de cultivo

El correcto desarrollo de la escorzonera depende de una serie de cuidados clave:

  • Riego: Necesita humedad constante pero sin encharcamientos. En las primeras fases, mantén la tierra húmeda, incrementando la frecuencia en caso de sequía prolongada. Una vez establecidas, las plantas son resistentes y soportan cierta falta de agua, aunque un déficit afecta negativamente al tamaño y ternura de la raíz.
  • Abonado: Aporta nutrientes con fertilizantes de fondo ricos en potasio y fósforo, evitando el exceso de nitrógeno mineral. Un exceso de abonos nitrogenados puede hacer que las raíces se ahuequen o pierdan calidad.
  • Control de malas hierbas: Realiza escardas manuales periódicas para eliminar la competencia. En explotaciones extensivas pueden emplearse herbicidas selectivos, pero en huertos familiares se recomienda siempre el control manual.
  • Apoyo y protección: Aunque la escorzonera resiste bien el frío, un acolchado ligero puede ayudar a mantener la humedad y proteger las raíces en climas duros durante el invierno.
  • Corte del tallo floral: Si observas que la planta sube a flor prematuramente, corta los tallos florales para evitar el endurecimiento de la raíz.

Plagas y enfermedades más frecuentes

La escorzonera es relativamente resistente, pero puede verse afectada por:

  • Pulgones: Estos insectos pueden infestar las hojas y tallos, causando debilitamiento y transmisión de virosis. Controla manualmente o con jabón potásico.
  • Hongos: La roya blanca y el oídio son las enfermedades fúngicas más habituales, visibles como manchas en hojas y tallos. Aplicar tratamientos preventivos con fungicidas ecológicos y favorecer la circulación del aire ayuda a evitar su aparición.
  • Rizobios y nemátodos: En suelos muy explotados, estos organismos dañan las raíces y afectan el desarrollo de la planta.
  • Estrangulamiento y agrietamiento de la raíz: Pueden deberse a variaciones bruscas de humedad o problemas fisiológicos del suelo.

Se recomienda una rotación de cultivos y evitar plantar escorzonera en suelos donde se hayan cultivado recientemente otras raíces susceptibles a las mismas plagas.

Recolección y conservación de la escorzonera

cosecha y conservación de escorzonera

El ciclo de cultivo de la escorzonera es largo, y transcurren al menos 6-7 meses desde la siembra hasta la cosecha, aunque cuanto más tiempo permanezca en el suelo, mayor será la raíz.

  • Momento óptimo de cosecha: La recolección se realiza desde finales de otoño hasta el inicio de la primavera. La raíz necesita, como mínimo, entre cuatro y seis meses para desarrollarse plenamente.
  • Técnica de recolección: Dada su longitud y fragilidad, se recomienda abrir zanjas profundas paralelas a las hileras para extraer las raíces sin partirlas. En suelos ligeros la tarea es sencilla, pero en suelos arcillosos puede requerir herramientas como la laya o el tenedor de doble mango.
  • Manipulación tras la recolección: Tras sacar las raíces, retira el exceso de tierra, corta la parte aérea dejando 2-3 cm de tallo, y lava con cuidado para eliminar el barro. Evita pelarlas hasta el momento de su uso para minimizar la oxidación.

Las raíces de escorzonera pueden almacenarse en condiciones frescas y húmedas, en tierra o en cámaras frigoríficas entre 0 y -1°C durante varios meses. También pueden congelarse tras un proceso de pelado y escaldado para evitar la oxidación. Si no se van a consumir inmediatamente, es preferible dejarlas en el terreno y recogerlas según necesidad, ya que se conservan mucho tiempo enterradas.

Aprovechamiento integral: brotes, hojas y flores comestibles

usos alternativos escorzonera

No solo las raíces de la escorzonera son comestibles. También pueden aprovecharse:

  • Brotes tiernos: Se emplean como espárragos, salteados o en revueltos.
  • Hojas jóvenes: Tras hervirlas, pueden añadirse a ensaladas, sopas o salteados.
  • Flores: Tanto los capullos como las flores abiertas pueden comerse en crudo o cocinadas, agregando un toque aromático y decorativo a los platos.

La planta destaca por su riqueza en vitaminas E, B1 y B2, así como en minerales como hierro, fósforo y calcio. Sus raíces, una vez cocidas, son más digeribles y adquieren una textura melosa y sabor suave, ligeramente dulce, que recuerda a la alcachofa o al espárrago blanco.

Usos culinarios y valor nutricional

El principal destino de la escorzonera es la cocina. Las raíces, una vez cocidas, peladas y cortadas en rodajas, pueden incorporarse a guisos, salteados, ensaladas o platos gourmet. También se pueden freír en finas lonchas para obtener chips crujientes o añadir a purés y sopas.

Tras la cocción, se recomienda pelar la raíz para evitar la pérdida de sabor y preservar su textura. Por su composición, resulta especialmente adecuada para dietas bajas en glúcidos, siendo rica en fibra y con acción favorable sobre el tránsito intestinal, la presión arterial y las afecciones reumáticas.

En la cocina moderna, la escorzonera se está revalorizando como producto gourmet, y existen recetas tradicionales y de vanguardia para aprovecharla en su totalidad.

Propiedades medicinales y beneficios saludables

A lo largo de la historia, a la escorzonera se le han atribuido numerosas propiedades medicinales. En la actualidad, destaca por su efecto diurético, laxante y depurativo, beneficiando especialmente a personas con gota, reumatismo, hipertensión o arteriosclerosis. Por su bajo contenido en almidón y azúcares, es apta para diabéticos, y la fibra soluble interna ayuda a combatir el estreñimiento.

En la medicina popular, las hojas frescas machacadas se han usado contra picaduras de víboras y para aliviar el dolor, considerándose un remedio contra mordeduras de animales ponzoñosos. Algunas fuentes señalan que su nombre deriva precisamente de este uso tradicional.

Consejos adicionales y recomendaciones para el cultivador

Recomendaciones para el éxito en el cultivo de escorzonera:

  • Evita compactar el suelo durante el ciclo de cultivo, pues las raíces necesitan aireación y espacio para desarrollarse rectas y largas.
  • Si solo vas a consumir una parte de la cosecha, deja el resto bajo tierra hasta que vayas a utilizarla. Las raíces resisten bien el frío moderado.
  • Al lavar las raíces, hazlo con delicadeza para no dañar la piel negra protectora que evita la oxidación prematura.
  • Utiliza semillas de fuentes fiables y no siembres semillas viejas con poder de germinación dudoso.
  • Para evitar el endurecimiento, corta las flores si aparecen antes de tiempo; si la raíz se queda demasiado tiempo en tierra, puede volverse fibrosa, aunque sigue siendo comestible.
  • Practica la rotación de cultivos y alterna la escorzonera con otras hortalizas para evitar la acumulación de plagas y enfermedades del suelo.

La escorzonera es una hortaliza antigua que, aunque poco extendida en la actualidad, ofrece grandes satisfacciones al agricultor y al gastrónomo. Su cultivo, aunque lento y laborioso, recompensa con raíces sabrosas, versátiles y saludables, además de brotes, hojas y flores igualmente aprovechables. Incorporarla en el huerto es una excelente elección para diversificar la producción y recuperar sabores tradicionales que, con los cuidados adecuados, pueden formar parte de las mejores recetas modernas y saludables.

Planta de salsifis
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