El amarillo es un color que a los humanos nos llama mucho la atención. Es alegre, y transmite mucha vida allá donde esté. Quizás sea porque es, también, el color con el que vemos al Sol (aunque en realidad es naranja-rojizo), y este es el astro que permite a los seres vivos existir. De hecho, hasta nosotros dependemos de él para para mantener en buen funcionamiento al sistema emocional que llevamos dentro; de ahí que los profesionales de la salud mental aconsejen tanto pasar al menos quince minutos en el exterior cuando estamos mal.
Por lo tanto, qué mejor que tener algunas plantas con flores amarillas pequeñas. No solo son preciosas, sino que, además, estas atraerán a varios insectos polinizadores, entre ellos a nuestras queridas abejas.
Cytisus racemosus
El citiso es un bonito arbusto siempreverde que alcanza una altura de hasta 1 metro. Sus hojas son pequeñas, de un color verde oscuro, que contrasta genial con el amarillo de sus flores cuando estas brotan a finales de la primavera. Estas flores miden un centímetro más o menos, pero además, permanecen en la planta varios días.
Se trata de una especie perfecta para cultivar allá donde quieras, ya sea en maceta o en tierra. Puedes podarlo si quieres, incluso puede ser una planta muy interesante para trabajar como bonsai. Lo único malo, es que no soporta las heladas.
Diente de león (Taraxacum officinale)
El diente de león es una de las hierbas silvestres más curiosas del mundo, y puede que una de las más fotografiadas por detrás de la amapola. Es una hierba que puede vivir varios años, aunque se ve preciosa durante la primavera-verano. En esa época, sus flores brotan de un tallo de unos diez centímetros de alto. Permanecen abiertas solo unos pocos días, tras los cuales los pétalos caen a medida que los frutos con semillas van madurando. Estas semillas disponen de un ingenioso paracaídas plumoso, muy ligero, que le servirá para alejarse de la planta madre.
Y claro, cuando ves un campo lleno de plantas de diente de león ya con las semillas, seguro que te costará evitar no soplar para ver cómo las semillas vuelvan. ¿Sus cuidados? Muy fáciles: necesita sol y un poco de agua. Germina muy rápido, en tan solo unos días, así que no dudes en sembrarla en primavera para disfrutar lo antes posible de sus flores amarillas. Y por cierto, toda la planta es comestible, ¿no te parece estupendo?
Fenestraria
La Fenestraria es una crasa o suculenta no cactácea que solo crece hasta los 5-6 centímetros de altura. Sus hojas son casi tubulares, de color verde glauco, y carnosas. Su ritmo de crecimiento es por lo general lento, pero sus pequeñas flores pueden aparecen ya en ejemplares jóvenes, así que no tendrás que esperar mucho para verlas.
Al igual que muchas suculentas, esta crasa es fácil de cuidar, pero para ello antes debes de plantarla en un sustrato ligero y que tenga buen drenaje. Luego, tendrás que regarla de forma esporádica. No resiste las heladas.
Lithops o piedras vivas
Los Lithops son crasas muy pequeñas, hasta el punto es así que apenas miden unos 4 centímetros de altura por 1 centímetro de ancho. Estas plantas tienen solo dos hojas, las cuales son suculentas, que quedan casi del todo enterradas por la arena en su hábitat; es por este motivo por el que otro nombre que recibe es ‘planta ventana’.
Existen diferentes especies, y muchas de ellas producen flores de color amarillo, como el Lithops ruschiorum o el Lithops gracilidelineata. Eso sí, si algo hay que tener en cuenta de ellas, es que necesitan una tierra con buen drenaje, riegos esporádicos y sol. Asimismo, debes de protegerlos de las temperaturas bajo cero pues no las toleran bien.
Mamillaria longimamma
Las flores de los cactus son magníficas, pero como aquí te mostramos solo plantas con flores amarillas y pequeñas, voy a recomendarte la Mammillaria longimamma, no solo por sus flores, sino también porque es una especie curiosa como puedes ver en la imagen. Es pequeña, de unos diez a quince centímetros de alto, y florece en primavera-verano.
Sus cuidados son un poco especiales. Es una planta muy, muy sensible al exceso de riego, así que de sustrato le pondremos una mezcla de turba con perlita a partes iguales, o bien sustrato para cactus que venga ya preparado. Y también lo regaremos poco, pues hay que dejar que la tierra se seque por completo antes de volver a regar.
Margarita amarilla (Euryops pectinatus)
El euriops o margarita amarilla es una planta arbustiva perennifolia que alcanza una altura de 1,5 metros. Las hojas que tiene son de color verde grisáceo, y sus flores aparecen en gran número durante la primavera. Crece rápido, y no requiere de apenas cuidados para estar bien, siendo resistente a la sequía y a las temperaturas altas (hasta los 38ºC).
Se suele plantar mucho en el jardín, normalmente junto con otros ejemplares, pero tú puedes optar por plantar cerca de él lavanda por ejemplo, que tiene una altura más o menos similar.
Milenrama (Achillea millefolium ‘Moonshine’)
La milenrama es una de esas hierbas que no pueden faltar en ningún jardín medicinal, ya que tiene propiedades diuréticas, tónicas y digestivas. Es una plantita de rápido crecimiento que puede cultivarse, también, en macetas o jardineras. No suele superar los 25 centímetros de altura, así que puedes combinarla, si lo deseas, junto con otras hierbas, como la menta o la albahaca. Sus flores son pequeñas, de un centímetro aproximadamente, y de color amarillo.
Requiere de muy pocos cuidados. Es una hierba que, de hecho, crece silvestre en muchos sitios, así que es muy adaptable y resistente. Ponla en una ubicación soleada, dale algún riego que otro para que no se seque, y seguro que podrás beneficiarte de ella más pronto que tarde.
Mimosa azul (Acacia saligna)
La mimosa azul es una planta que, a mí personalmente, me encanta. Es uno de los árboles con flores amarillas que crece muy rápido, da una sombra muy agradable, se mantiene con hojas durante todo el año… y cuando florece es una maravilla. En primavera sus flores se agrupan en inflorescencias globosas de apenas un centímetro de diámetro, y son tan, pero tan numerosas que las hojas quedan un poco ocultas tras ellas.
Puede medir unos 5 metros, pero puedes mantenerlo más bajo si lo deseas. Tolera muy bien la poda, pero si tienes que hacerlo, hazlo a comienzos de la primavera. Además, resiste muy bien la sequía y las heladas.
Pleiospilos nelii
El Pleiospilos nelii es una planta crasa (o si se quiere, suculenta, pero hay que tener en cuenta que los cactus también son suculentas; de ahí que sea mejor decir que es una crasa) pequeña. No suele superar los diez centímetros de altura por unos cinco centímetros de ancho más o menos. Tiene hojas carnosas, muy gruesas, de color verde con puntitos más oscuros. Por lo general, produce una o dos flores como mucho, y como puedes imaginar, son amarillas y pequeñas. Brotan en verano, y duran muy poco, tan solo unos pocos días.
Como la planta es de pequeño tamaño, es muy interesante usarla para hacer composiciones con otras plantas del estilo, como Lapidaria margaretae, Lithops, o Conophytum, las cuales también producen flores amarillas.
Sen de Alejandría (Senna alexandrina)
El sen es un arbusto perennifolio que alcanza una altura de hasta 1 metro. Es originaria de Egipto, tal y como su nombre indica (Alejandría es una ciudad costera del país), donde se comenzó a cultivar como planta medicinal. Si esto te interesa, debes saber que tienes que quitar algunas hojas y dejarlas secar al Sol por unos días; y después, ya podrás hacerte infusiones con ellas, las cuales te servirán como laxante. Eso sí, los niños no deben de ingerirla, puesto que existe riesgo de que les cause dermatitis del pañal severa.
Puede cultivarse tanto en maceta como en tierra, pero te recomiendo mantenerla en un recipiente si en tu zona se registran heladas importantes, ya que no las soportaría.
Espero que te hayan gustado estas plantas con flores amarillas.