¿Por qué mi gardenia tiene hojas amarillas?

Gardenia tiene hojas amarillas por problemas de riego.

Cuando la gardenia tiene hojas amarillas empieza la preocupación. ¿Qué le pasa a mi planta? ¿Está enferma? ¿Tiene solución? Por suerte, si somos capaces de dar con el origen del problema, lo podemos solucionar de una manera sencilla haciendo unos pocos ajustes en los cuidados que le damos a nuestra planta.

Sigue leyendo para descubrir qué está causando la presencia de hojas amarillas en tus gardenias y qué puedes hacer para que vuelva a estar fuerte y sana lo antes posible.

Nociones básicas para cuidar la gardenia

La gardenia es una planta perenne originaria de regiones tropicales y subtropicales de Asia, muy conocida por sus flores blancas de aroma intenso.

Fuera de su hábitat natural, nos hemos acostumbrado a ver la gardenia tanto como planta de interior como de exterior. Todo depende de las condiciones climáticas que tengamos en cada región.

Como cuidados esenciales para esta planta, ten en cuenta los siguientes:

  • Exposición. Prefiere recibir luz solar indirecta, y también puede estar en lugares de semisombra. Si la pones en un lugar en el que esté expuesta a luz solar directa, procura que esté protegida de esta durante las horas centrales del día.
  • Riego. Para que esté sana y bonita es esencial que su sustrato se mantenga uniformemente húmedo, evitando siempre un exceso de agua.
  • Suelo. Prefiere estar en una tierra ácida, con un pH de 5.0 a 6.5 y que sea rico en materia orgánica.
  • Humedad. Al tratarse de una planta de origen tropical, prospera mejor en ambientes en los que disfruta de una alta humedad.

Siguiendo estos consejos tu planta debería estar en buenas condiciones, pero es posible que incluso así puedas apreciar una clorosis o amarillamiento de las hojas. No te preocupes, porque tiene solución.

Mi gardenia tiene hojas amarillas, ¿qué le está ocurriendo?

Hojas de gardenia amarillas y marrones.

Aquí tienes algunas de las causas más habituales de este fenómeno.

Deficiencia de hierro

La clorosis férrica es un motivo frecuente de amarillamiento de las hojas en la gardenia, y no es otra cosa que una falta de hierro. Porque resulta que este es un nutriente esencial para sintetizar la clorofila, que es el pigmento que le da el color verde a las hojas.

Si tu gardenia no tiene suficiente hierro, genera menos clorofila, y eso hace que sus hojas se vuelvan amarillas.

En la mayoría de los casos esto se produce porque el suelo es demasiado alcalino o está mal drenado, lo que provoca que el hierro se vuelva insoluble y no pueda ser absorbido por las raíces.

Si las hojas que se ponen amarillas en primer lugar son las más jóvenes, es posible que enfrentes un caso de clorosis férrica.

Riego inadecuado

Controlar la cantidad de agua que le damos a nuestras plantas es esencial para que estén sanas. En el caso de la gardenia, tanto el exceso como el defecto de agua afectan al estado de sus hojas.

  • Exceso de agua. Si riegas mucho la planta, o el suelo no drena bien, las raíces empiezan a asfixiarse por la falta de oxígeno. Como consecuencia, las hojas se ponen amarillas y se caen.
  • Falta de agua. Cuando lo que ocurre es que la gardenia no tiene suficiente agua, el estrés hídrico provoca que las hojas se amarilleen y los bordes se sequen.

pH del suelo inadecuado

Como decíamos antes, esta planta se desarrolla mejor en suelos ácidos. Si está en un suelo demasiado alcalino va a tener dificultad para absorber nutrientes esenciales como el hierro, el magnesio y el manganeso, porque en este tipo de suelos están disponibles en menos cantidad de la que necesita.

Como consecuencia, se va a producir una clorosis que afectará en primer lugar a las hojas más jóvenes, especialmente entre las venas.

Deficiencias nutricionales

Hojas de gardenia de color amarillo.

Además de la falta de hierro, la ausencia de otros nutrientes también causa problemas a la gardenia.

  • Deficiencia de magnesio. Si la gardenia tiene hojas amarillas que van cambiando la coloración de los bordes hacia adentro, mientras las venas permanecen verdes, lo que pasa es que no recibe suficiente magnesio, que es un componente clave de la clorofila.
  • Deficiencia de nitrógeno. Cuando es insuficiente, las hojas más viejas se vuelven amarillas de forma uniforme, porque la planta moviliza el poco nitrógeno disponible hacia las más jóvenes.

Baja humedad o condiciones secas

Por su origen tropical, las gardenias prosperan mejor en ambientes con alta humedad.

En ambientes demasiado secos (especialmente en interior) pueden llegar a verse afectadas por esa falta de humedad y empezar a mostrar hojas amarillas y débiles que se acaban cayendo.

Daño por frío o por corrientes de aire

Es muy sensible frente a las bajas temperaturas y los cambios bruscos en el clima, por lo que tampoco lleva bien las corrientes de aire frío. Cuando está expuesta a este estrés es normal que las hojas se pongan amarillas en respuesta al mismo.

Enfermedades y plagas

Otra causa común de la clorosis de las hojas es que la planta esté siendo atacada por hongos o infestada por insectos como los pulgones, los ácaros  las cochinillas.

Soluciones si tu gardenia tiene hojas amarillas

Gardenia en flor.

Una vez detectada la causa, le puedes poner medio:

  • Deficiencia de hierro. Ajusta el pH del suelo añadiendo un poco de azufre elemental o acondicionador de suelo ácido para llevarlo a niveles óptimos. Además, suplementa con hierro usando un fertilizante específico para plantas acidófilas.
  • Riego inadecuado. Procura que el suelo garantice un buen drenaje del agua sobrante y riega únicamente cuando la capa superior se haya secado del todo. Es importante mantener el suelo húmedo, pero no encharcado.
  • pH del suelo inadecuado. Mide el pH y realiza enmiendas para mantenerlo entre 5.0 y 6.5.
  • Deficiencias nutricionales. Observa la planta para ver qué nutriente es el que le falta y aporta un fertilizante específico. Si no sabes qué nutriente necesita, puedes usar un fertilizante para plantas acidófilas.
  • Humedad baja. Procura mejorar el nivel de humedad alrededor de la planta con un humidificador o colocando la maceta sobre una bandeja con guijarros y agua. También puedes rociar las hojas con agua de manera regular.
  • Daños por frío y corrientes de agua. Protege la planta de las corrientes y del frío, ubicándola en un lugar protegido y con una temperatura estable.
  • Enfermedades y plagas. Supervisa la planta con regularidad para evitar que las infecciones y las infestaciones se puedan extender.

Como acabas de comprobar, cuando una gardenia tiene hojas amarillas hay solución. Eso sí, procura aplicar la medida adecuada lo antes posible.


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