Es difícil hablar de los jardines más hermosos del mundo, señalar con el dedo aquéllos con los mejores exponentes, los diseños más atractivos. ¿Cuál es el punto de partida? ¿La variedad o las formas? ¿Las obras de arte, los estanques, las vistas?
Pienso que no hay que ponerse exigente pues no hay respuesta certera cuando se trata de grandes obras del paisajismo, apenas podemos agrupar aquéllos jardines y espacios al aire libre que se destacan por su singular belleza amparándose en diferentes valores.
El Jardín de la Especulación Cósmica y Keukenhof son dos grandes exponentes pero hay más.
Jardín Suan Nong Nooch, el jardín de las villas
Para descubrir el Jardín Suan Nong Nooch es necesario trasladarse a Tailandia, un país que es más conocido por sus playas de ensueño que por este increíble parque de Pattaya. Uno de los aspectos clave de este jardín es su ubicación pues se encuentra en medio de un paisaje agreste y por eso sus vistas son impecables. Este lugar nació en 1954 cuando el Sr Pisit y la Sra. Nongnooch compraron 600 hectáreas de tierra con la intención de plantar frutas, una idea que mutó cuando luego de un viaje su dueño decidió diseñar un jardín tropical cubierto de plantas ornamentales y maravillosas flores.
Hoy en el jardín además hay piscinas, restaurantes, esculturas de animales, casas que siguen el típico estilo tailandés y algunas villas con una impronta propia transformándose así es una verdadera joya para los amantes de la naturaleza.
Versalles, el más famoso
Para muchos, el Jardín de Versalles es el más famoso del mundo. Si bien compite con otros grandes espacios públicos, es uno de esos lugares que nadie olvida al visitar las afueras de París. Y las razones son válidas pues es un jardín coqueto y muy bien cuidado, que fue construido por orden de Luis XIV y el diseño estuvo a cargo de Andre Le Notre, quién desarrolló unas formas muy personales que son el gran emblema de Versalles.
Este jardín pertenece al Palacio de Versalles y demandó gran trabajo pues hubo que trasladar grandes toneladas de tierra para modificar el terreno y así crear los macizos y sectores diferenciados. El esfuerzo valió la pena pues nadie olvida un recorrido por este elegante jardín cubierto de flores, en donde se agrupan numerosas fuentes y hasta un canal.