El Kalanchoe es una planta crasa que no suele faltar en ninguna colección. Tiene hojas y flores muy decorativas y, además, se puede reproducir muy fácilmente por esquejes obtenidos en primavera o verano. Su ritmo de crecimiento es rápido, hasta el punto de que es muy probable que tengas que cambiarlo de maceta cada año.
Aquí tienes la guía de cuidados del Kalanchoe.
Para tener uno o varios Kalanchoe sanos, sólo de has de tener en cuenta lo siguiente:
- Ubicación: la mayoría de las especies crecen mejor si están expuestas al sol directo, pero hay una, el Kalanchoe blosffeldiana, que prefiere estar en semisombra.
- Riego: se aconseja regar muy poco, una vez por semana, en verano dos si hace mucha calor. En invierno cada 15-20 días.
- Abonado: recomendable abonar en primavera y verano con abonos orgánicos líquidos como el guano, o minerales.
- Sustrato: ha de tener buen drenaje. Se puede usar turba negra mezclada con perlita, pero si puedes conseguir pómice o arena de río, crecerá algo mejor. Puedes mezclarlo con la turba negra, o usarlo como sustrato único (aconsejable si vives en una zona donde llueve de manera frecuente).
- Poda: no es necesario podar.
- Reproducción: por esquejes durante los meses cálidos. Corta uno o varios tallos con unas tijeras de poda previamente desinfectadas con alcohol, y plántalos luego en macetas con sustrato poroso. Después de regar, ponlos en una zona donde no les dé el sol directo, y ya verás como no tardan más que un par de semana en enraizar.
- Plagas y enfermedades: lo que más le suele afectar son las cochinillas algodonosas, las cuales se pueden quitar con un bastoncillo de las orejas humedecido en alcohol de farmacia.
- Rusticidad: soporta heladas suaves, siempre y cuando sean de corta duración, hasta -2ºC.
El Kalanchoe es una planta muy interesante, que se adapta incluso a vivir en interiores con mucha luz. ¿Tienes alguno?
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