Hedyscepe canterburyana, una palmera que nada tiene que envidiarle al cocotero

Hedyscepe canterburyana en hábitat

Imagen – Flickr

Las palmeras son unas plantas con unas características muy peculiares: la gran mayoría tienen un tronco esbelto que crece hasta alcanzar alturas de 10, 20 e incluso más metros, coronado por hojas que pueden ser pinnadas o tener forma de abanico las cuales parece que quisieran tocar el cielo. Pero hay algunas que se quedan con un tamaño menor, viviendo bajo la sombra de grandes árboles o de otras palmeras más altas, como es el caso de la Hedyscepe canterburyana.

No es muy conocida todavía, pero esperamos que pronto lo sea porque es, como vamos a ver, una de las especies que mejor se puede llegar a adaptar a vivir en climas templados. Y, además, su belleza probablemente se pueda comparar a la que tiene el cocotero (Cocos nucifera), pero su rusticidad es mucho mayor 😉 .

¿Cómo es la Hedyscepe canterburyana?

Ejemplar de Hedyscepe canterburyana

Nuestra protagonista es una palmera que vive en los bosques de montaña y en los acantilados de Australia, a unos 400-750 metros de altitud. Es la única de su género, y se caracteriza por tener un tronco delgado con hojas pinnadas y arqueadas de color verde oscuro. Puede llegar a alcanzar una altura de 10 metros con el paso de los años, pero a pesar de ello, es una fantástica planta para tener en maceta durante mucho tiempo, ya que su ritmo de crecimiento es bastante lento (unos 20cm/año).

El fruto tiene forma de huevo y es de color rojo cuando madura. Mide alrededor de 4 centímetros y en su interior hay una única semilla.

¿Cuáles son sus cuidados?

Hedyscepe canterburyana adulto

¿Te ha gustado esta palmera? Si es así, y quieres tenerla en tu jardín, te recomendamos proporcionarle estos cuidados:

  • Ubicación: semisombra. Se puede tener dentro de casa, en una habitación muy luminosa, durante más de diez años.
  • Suelo o sustrato: no es muy exigente, pero crecerá mejor en aquellos que tengan buen drenaje y sean ricos en materia orgánica.
  • Riego: unas tres veces por semana en verano, y 1-2/semana el resto del año.
  • Abonado: en primavera y verano se debe abonar con un abono para palmeras, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
  • Época de plantación o trasplante: en primavera.
  • Multiplicación: por semillas en primavera. Germinación muy lenta, puede tardar varios meses en germinar a una temperatura de 20ºC.
  • Rusticidad: similar a la que tiene la kentia (Howea forsteriana), con quien comparte el hábitat. Resiste bien las heladas de hasta los -3ºC, pero no se desarrolla correctamente en climas tropicales.

La Hedyscepe canterburyana es una palmera muy bonita, ¿no te parece?


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