Es posible que a estas alturas ya tengas tu árbol decorado desde hace varios días, incluso semanas, y es que las fiestas navideñas están a punto de arrancar. Precisamente por ello, en esta ocasión te queremos hablar sobre la historia de decorar el árbol de Navidad.
¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene esta costumbre que está extendida por gran parte del mundo? Si es así, continúa leyendo porque lo te vamos a contar te interesa. Y si crees que es una tradición estadounidense, estás a punto de descubrir que no hay nada más lejos de la realidad.
La tradición pagana de decorar árboles
Para encontrar el origen de la historia de decorar el árbol de Navidad tenemos que remontarnos muchos años antes del nacimiento de Cristo. Aunque los cristianos celebran en esta fechas el nacimiento de su mesías, lo cierto es que esta época del año siempre ha sido algo especial para el ser humano.
En muchas culturas paganas del norte de Europa, existía hace muchos siglos la tradición de decorar árboles de hoja perenne como los pinos y los abetos. Estos se consideraban como símbolos de vida eterna y de resistencia frente a los meses más fríos y oscuros del invierno, precisamente porque no perdían las hojas en esta época del año.
Al llegar el solsticio de invierno, alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio norte, los habitantes del norte de Europa realizaban un ritual para celebrar la renovación de la naturaleza y el retorno del sol. Para ello, engalanaban esos árboles a los que adoraban con frutas, nueces, manzanas y bayas. Como símbolo de que esperaban un nuevo ciclo de vida y fertilidad.
Aunque no sabemos demasiado de estas culturas, sí parece claro que los árboles decorados eran un aparte central de la celebración del solsticio de invierno, y que las comunidades se reunían alrededor de ellos para celebrar y compartir alimentos.
A medida que el cristianismo se fue extendiendo por Europa, estas tradiciones paganas se fusionaron con las religiosas.
La leyenda de San Bonifacio y el árbol sagrado
Dentro de la historia de decorar el árbol de Navidad también conviene tener presente la leyenda de San Bonifacio, que se remonta al siglo VIII.
San Bonifacio era un misionero cristiano que tenía como misión consolidar la conversión de los pueblos germánicos al cristianismo y acabar con las prácticas paganas. Al llegar a Geismar, descubrió a los paganos locales venerando a Thor y realizando prácticas rituales alrededor de un roble que ellos consideraban sagrado.
El misionero cortó el roble de un solo golpe de hacha y, en el lugar en el que cayó, creció un abeto. Esto fue interpretado por San Bonifacio como un signo de bendición divina, y acabó convenciendo a los paganos de que adorar ese abeto era mejor que hacerlo con el viejo roble desaparecido.
Una leyenda que, de nuevo, nos habla de la importancia que tenían los árboles dentro de los rituales que se celebran a final de año.
Evolución en la historia de decorar el árbol de Navidad: siglos XVI y XVII
La tradición de tener árboles de Navidad decorados en casa empezó a arraigar en Europa Central entre los siglos XVI y XVII. En regiones como Alemania, Austria, Suiza, República Checa, Polonia y Hungría la práctica de decorar árboles durante la Navidad era una parte importante de las celebraciones. Quizá por herencia de esas tradiciones paganas que eran comunes en la región unos siglos antes.
Se estima que fue Alemania el país que más influyó en la expansión del árbol de Navidad por el resto de Europa. Eso sí, en aquellos primeros momentos las decoraciones tenían un marcado carácter simbólico. Se utilizan manzanas, nueces, golosinas y pequeños juguetes. Símbolo de la tentación las manzanas y de la solidez y la longevidad las nueces.
También en esta época empezaron a hacerse habituales los mercados navideños, que contribuyeron de forma notable a la difusión de la tendencia de decorar árboles y convertirlos en el punto focal de las celebraciones navideñas comunitarias.
Ya en el siglo XIX, la tradición se extendió entre las familias aristocráticas y burguesas, que adoptaron la costumbre de contar con árboles con decoraciones muy exuberantes y llamativas como símbolo de su poder económico.
A medida que los europeos fueron emigrando a América del Norte, se llevaron consigo tradiciones como la de Halloween y también la de decorar el árbol de Navidad. Aunque en un principio hubo cierta resistencia en algunas comunidades, al final la decoración de árboles se convirtió en una práctica muy extendida también en Estados Unidos.
Así ha cambiado la decoración del árbol de Navidad
La historia de decorar el árbol de Navidad se remonta mucho más atrás de lo que se suele creer, y resulta realmente curioso ver cómo una práctica pagana se ha convertido en una de las prácticas más habituales en una celebración cristiana.
Todo evoluciona, y también lo han hecho las formas en las que decoramos los árboles con los que engalanamos nuestras casas en esta época del año. Mucho ha llovido desde esa época en la que abetos y pinos eran decorados con manzanas y frutos secos.
- Comienzos del siglo XIX. Por influencia de la modernidad, las decoraciones de los árboles eran sencillas y hechas a mano. Seguían utilizándose elementos naturales, pero comenzaron a incorporarse velas para iluminar el árbol.
- Época victoriana. Más avanzado el siglo XIX, por influencia de la corriente Victoriana, las tendencias decorativas se volvieron más opulentas. Añadiendo a los árboles cintas, encajes y papel de seda.
- Siglo XX. A medida que avanzaba el siglo XX, la decoración se volvió cada vez más comercial. Aparecieron ornamentos de vidrio soplado, bolas brillantes y figuras temáticas. Las luces eléctricas fueron sustituyendo poco a poco a las velas.
- Siglo XXI. En la actualidad, la decoración de los árboles de Navidad es más personalizada y temática. Por ejemplo, basada en ciertos colores o con ornamentos muy concretos. Además, el desarrollo de las luces LED ha permitido hacer decoraciones con luz mucho más sofisticadas.
¿Qué te parece la historia de decorar el árbol de Navidad? ¿Te imaginabas que esta tradición era tan antigua?