El Hypecoum procumbens es una planta anual de la familia papaveráceas, también conocida como zadorija, siendo esta una hierba endémica del Egeo Oriental y Turquía del oeste. Crece en los prados que se forman en los campos de cereales. Se usa como planta ornamental y tiene propiedades medicinales. Es un arbusto de flores atractivas aunque se trata de una hierba catalogada de mala.
Hábitat
Se encuentra en forma silvestre en las regiones del Mediterráneo europeo, independientemente del substrato del suelo, prefiere los suelos arenosos, un poco nitrificados y cálidos, de exposición soleada.
Características del Hypecoum procumbens
Se trata de una planta que puede alcanzar una altura de hasta 40 centímetros, sus raíces tienen una raíz principal, posee varios tallos glabros y glaucos, de hojas lineales que se pueden volver lanceoladas, dentadas lateralmente.
La floración de esta especie ocurre a mediados de invierno, entre los meses de febrero y mayo. En lo que se refiere a su inflorescencia esta se presenta decumbente a erecta y puede desarrollar de 1 a 7 flores. De sépalos enteros y también dentados, sus pétalos muestran un hermoso color amarillo limón o naranja, con forma de rombo, son habitualmente igual de largos que anchos, sus lóbulos adyacentes son planos.
En cuanto sus pétalos internos, estos presentan lóbulos adyacentes obovados que pueden encontrarse en diferentes longitudes en relación con el lóbulo central. Los filamentos de estambres se observan ligeramente ovados. Contienen un polen de tono amarillo. El fruto tiene un aspecto arqueado y habitualmente se encuentra en posición vertical y las semillas son de color grisáceo, aplanadas, semicirculares, oblicuas y tienen una extensión aproximada de 2 mm de largo.
La familia de las Hypecoeae
Las Hypecoeae están agrupadas en 15 especies del género Hypecoum. En el pasado eran consideradas dentro de la propia familia Hypecoeae, sin embargo investigaciones posteriores determinaron que son una derivación de la familia Papaveraceae.
Las Papaveraceae son una familia de las plantas de flores de amapola, que agrupa a 44 géneros y 825 especies. Buena parte de ellas son herbáceas, sin embargo la familia cuenta también con algunas especies leñosas y un género de árboles de regiones cálidas. Dentro del grupo se encuentran muchas plantas ornamentales para decorar los jardines domésticos, también algunas especies con propiedades para la elaboración de fármacos. En su mayoría habitan las regiones del hemisferio norte.
Usos
Se utiliza como arbusto ornamental para decorar jardines y espacios abiertos, también se le puede ver en carreteras y lugares públicos. Como fármaco, se ha demostrado que la protopina, alcaloide isoquinolina que se encuentra en esta planta cuenta con importantes actividades biológicas que son utilizadas en la elaboración de fármacos.
Enfermedades y plagas
Esta planta en general es proclive al ataque de una diversidad de insectos, bacterias, mohos y royas. Uno de los insectos que ataca a la planta son los molestos pulgones, que suelen habitar en los jardines y los campos, por lo general infectan las hojas más jóvenes, aunque también se les puede ver en flores, ramas y raíces.
Estos bichos se alimentan de la savia, lo que ocasiona que el arbusto se debilite provocando el retardo en su crecimiento. Algunos de los síntomas que se pueden observar son las hojas arrugadas y amarillentas debido a la alimentación de los áfidos. Algunas especies de pulgones originan agallas en tallos y raíces. También pueden producir algunas enfermedades.
Los insectos escamosos muy comunes en árboles y arbustos resultan difíciles de controlar por su característica de permanecer inmóviles durante largo tiempo. La planta infectada se muestra cubierta de una especie de cera y se alimentan de los jugos de la planta. Estos insectos ocasionan estrés hídrico, lo que hace que las hojas se tornen amarillentas y caigan al suelo.
El Hypecoum procumbens igualmente puede ser atacado por diversos tipos de ácaros que suelen encontrarse en los jardines y alrededor de las casas. Son insectos relacionados con las arañas y las garrapatas. Los ácaros dañan las plantas al succionar el contenido celular del tejido de la hoja.