El inquilinismo es una relación entre dos seres de distintas especies que pueden, o no, obtener algún beneficio, pero también algún perjuicio. Es mucho más habitual que se dé en animales y no tanto en plantas, pero créeme si te digo que los ejemplos que te voy a mencionar son cuanto menos curiosos.
Dentro del Reino Vegetal encontramos especies de plantas que han establecido una relación con algunos microorganismos, como hongos, e incluso con algunos insectos. Puede parecerte un tanto extraño, ya que precisamente esos son dos tipos de seres vivos que más daños suelen causarles, pero en realidad, no todos ellos son sus enemigos.
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¿Qué es el inquilinismo?
Para poder entender qué es el inquilinismo, primero hay que saber que un inquilino es un ser que vive dentro de otro, y que se alimenta de lo que encuentra, a saber: raíces, hojas, hongos,… Esta relación hace que muchas veces se piense que un inquilino es un parásito, pero la principal diferencia entre ambos es que este último siempre va a perjudicar a su huésped e incluso podría llegar a matarlo, mientras que el inquilino sí que podría causarle algún que otro daño, pero no hasta el punto de debilitarlo seriamente.
Ejemplos de inquilinismo entre plantas y otros seres
Abeja cortadora de hojas
Imagen – Flickr/JRxpo
Este es un tipo de abeja que más quebraderos de cabeza puede traer a aquellos preocupados propietarios de rosales que ven como, de un día para otro, las hojas de sus preciosos arbustos aparecen muy dañadas. Pues bien, si ese es tu caso, has de saber que se trata de un insecto que se refugia muy cerca de la planta, hasta puede hacerlo en ella o en la maceta donde se esté cultivando, para estar cerca de las hojas del rosal, las cuales utilizará para construir su nido. Pero no te preocupes, el daño es más estético que otra cosa. Además, debes tener presente también que contribuye a la polinización de las flores, por lo que sin duda es mejor no molestarla.
Arañas
Imagen – Wikimedia/Rodrigo Tetsuo Argenton
Hay algunas arañas, como la araña bananera (Phoneutria nigriventer) originaria de Colombia, Brasil y Argentina, que vive allá donde encuentra una zona con muchas plantas. Por ejemplo, es habitual verla en las plantaciones de bananos. Allí se siente segura, menos cuando los humanos van a recoger las bananas. Entonces muestra su lado más agresivo, algo que es motivo de preocupación y hasta de temor, porque es venenosa.
Invertebrados
Imagen – Flickr/Katja Schulz
Hay algunas plantas carnívoras que han establecido relaciones con ciertos invertebrados. Por ejemplo, dentro de las trampas de la Sarracenia purpurea viven tres invertebrados: Wyeomyia smithii, Metriocnemus knabi y Habrotrocha rosa. Ellos se alimentan de las presas que caen en las jarras, y luego la planta puede digerir los residuos que dejan estos animales. De este modo, ambas partes salen beneficiadas.
Hongos saprófitos
Los hongos saprófitos son aquellos que se alimentan de la materia orgánica que se está descomponiendo o que ya está muerta. Por eso, cuando una planta está en la fase final de su vida, estos microorganismos serán los que se encarguen de acelerar un poco el proceso de descomposición. También son los responsables de que haya árboles muy viejos pero vivos que acaban con el tronco hueco.
Pájaro carpintero
Imagen – Flickr/Gustavo Fernando Durán
Un ejemplo claro lo vemos en el pájaro carpintero. Este hace sus nidos en el interior de los troncos de los árboles, después de haber hecho el agujero. Por supuesto, le hace daño a la planta, pero esta puede seguir adelante sin demasiado problema. Y eso por no mencionar la cantidad de especies de pájaros y aves que hacen sus nidos entre las ramas de las plantas leñosas, sobre todo si tiene una gran altura.
Como ves, el inquilinismo es una relación entre dos tipos de seres vivos en la que uno de los obtiene beneficios prácticamente desde el primer momento, mientras que la otra… bueno, a veces sí tiene suerte y consigue algo a cambio, pero en otras ocasiones solo actúa de huésped neutro.