Fotos del más bello jardín de Europa, el Keukenhof

Tulipanes de flor negra en Keunkheof

Hay muchos jardines que parecen sacados de un cuento alrededor del mundo, pero en Europa tenemos la inmensa suerte de tener uno que más que de una historia contada para niños, parece que ha sido extraído de la imaginación de un gran artista: el Keukenof.

Con una extensión de más de 32 hectáreas, todo aquel a quien le gusten las plantas podrá disfrutar de cada uno de sus rincones, teñidos de colores tan alegres que hacen que la noción del tiempo, simplemente, se evapore.

Historia del jardín Keukenof

Tulipanes de flor roja

Parece increíble, pero donde se encuentra ahora el extenso jardín, conocido como el Jardín más bello de Europa, en el siglo XV era un terreno destinado para la caza. Pero no sólo tenía ese propósito: también se recogían hierbas para la cocina del castillo de Jacqueline de Baviera, que es lo que al final le dio el nombre de Keukenof, que es una palabra que significa »jardín de la cocina».

J. D. y L. P. Zocher fueron los arquitectos paisajísticos responsables de diseñar este magnífico jardín en torno al castillo. Cinco siglos más tarde, en el año 1949, el por entonces alcalde de Lisse y junto con otros destacados cultivadores y exportadores de bulbos, organizó la primera exposición de flores al aire libre. Gustó tanto, que no tardó en convertirse en un evento anual.

Características

Árbol de sombra en el jardín Keunkheof

El jardín se encuentra situado entre las localidades de Lisee e Hillegom, y es un lugar que abre ocho semanas al año, entre mediados de marzo y finales de mayo, siendo especialmente recomendada su visita entre la segunda y la tercera semana del quinto mes del año, ya que es cuando los campos de tulipanes están en floración. Pero, independientemente de cuándo decidas visitarlo, seguro que no te dejará indiferente.

Tiene más de 120 robles, un paisaje de dunas, un jardín arqueado, una composición de agua de unos 150 metros con fuentes, un laberinto y una incontable cantidad de bulbos de diferentes tipos. Además de todo ello, hay un pabellón multifuncional que tiene más de 3000 metros cuadrados que se compone de restaurantes, salas de exposiciones y de una zona destinada para celebrar reuniones.

*¿Cómo se puede ir al jardín?

Bulbos de flor color anaranjado en el jardín Keunkheof

Para ir hasta allí lo más fácil es coger la línea 58 del autobús Conexxion desde el Aeropuerto Schiphol de Amsterdam, ya que van directamente hasta él. Lo que se suele hacer mucho para ahorrar un poco de dinero es comprar el billete de este medio de transporte junto con las entradas, que es lo que se conoce como combiticket. Éstos tiquets se pueden comprar en el mismo aeropuerto, en la oficina de turismo de la Schiphol Plaza.

Si ya estás en Amsterdam y te da pereza ir hasta el aeropuerto, puedes coger el tren hasta Leiden, que es la ciudad que está más cerca de Keukhenof, y luego coger el autobús hasta el jardín.

Otra opción es partir en el autobús 89 desde La Haya hasta Keukenhof. Pero eso sí, tienes que saber que sólo podrás ir un día laboral. El trayecto dura unos 50 minutos.

Las bulbosas de Holanda, las más populares del mundo

Tulipanes de flor naranja

Cada vez que vas a un vivero es fácil que tu mirada se vaya a esos envases donde vienen los bulbos. En esas imágenes de cartón se muestran unas flores que cualquiera se podría preguntar si son reales o no. Cuando se cultivan en casa, por muchos cuidados que les des, no terminan de ser tan bonitas como las de esa imagen. ¿Por qué?

Porque en Holanda son unos maestros cultivando, no sólo bulbos, sino todo tipo de plantas. La inmensa mayoría de seres vegetales que nos venden en los viveros y tiendas de jardinería provienen de sus invernaderos. Allí, controlando la temperatura, el abonado, el riego, las horas de luz,… en definitiva, todo y más, logran que todas las plantas crezcan que da gusto verlas.

Pero, ¿a que no se te ocurriría pensar que las bulbosas, y más concretamente los tulipanes, fueron los causantes de una gran burbuja económica y una crisis financiera? Estos bulbos se introdujeron en los Países Bajos en el siglo XVII, traídos desde la actual Turquía (el Imperio Otomano de entonces) de la mano de un floricultor llamado Ogier Gishlain Busbecq.

Esta persona nunca pudo imaginar que las flores no serían como en su hábitat natural, sino que producían flores multicolores, siendo cada una de ellas única. Claro, esto no hacía más que aumentar su exotismo, y por supuesto, también su precio. Ahora sabemos que el causante de este fenómeno era el pulgón, que les transmitía el virus Tulip Breaking Potyvirus, pero antes no tenían ni la más mínima idea de por qué pasaba esto.

¿Qué ocurrió entonces? Bueno, aunque los horticultores lo intentaron, no fueron capaces de solucionar el problema de los tulipanes multicolores, de manera que el precio subió mucho. En el año 1623 un sólo bulbo llegaba a valer 1000 florines nerlandeses, y el sueldo anual de un trabajador medio era de ¡150 florines! En la década de 1630 el precio continuaba subiendo, tanto que parecía que no tenía límites. Todo el que pudo invirtió cuanto tenía en el comercio especulativo de los tulipanes, hasta el punto de que los beneficios llegaron al 500%. Pero esta situación no duraría mucho más.

El 5 de febrero de 1637, se vendió un lote de 99 tulipanes de gran rareza por 90 mil flores. Al día siguiente se puso otro lote de medio kilo por 1250… sin llegar a venderse. Ese día, los precios comenzaron a caer en picado. La burbuja estalló. Todos querían vender, pero nadie comprar. La economía neerlandesa fue directa a la quiebra.

Aunque, como todos sabemos, nada dura eternamente. Durante y, sobretodo, después de la Revolución Industrial se han ido creando empresas exportadoras de bulbos, semillas y plantas en Holanda, como Mantel Holland B.V., Kapiteyn B.V. o Zabo Plant B.V. Es probable que estos nombres no nos digan mucho, pero cuando veamos en un sobre de bulbos el nombre de Holanda, podremos imaginarnos cómo debió de ser la tulipomanía en dicho país. Y es que, ahora mismo una bolsita con 2 o 3 bulbos te puede costar muy poco, dos o tres euros como mucho que vienen a ser unos 6,61 florines holandeses. Increíble lo que ha cambiado su precio en los últimos siglos.

Más fotos del Jardín de Keukenhof

Si te has quedado con ganas de ver más fotos, aquí tienes una galería. Que las disfrutes:

*Fuente: SobreHolanda.com


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