Imagen – Flickr/Estudio de Arquepoética y Visualística Prospectiva
Durante la Antigüedad se crearon numerosos jardines. De hecho, podemos dar por sentado que si no en todos, en la gran mayoría de palacios y templos del mundo había plantas o representaciones de estas que embellecían el lugar. Aunque en Mesopotamia no lo debieron de tener fácil, pues el clima es muy cálido y seco durante el verano.
Pero a orillas del río Éufrates la alta humedad ambiental ayudó a que prosperara una de las siete maravillas del mundo antiguo: los Jardines Colgantes de Babilonia. Unos jardines que, si bien se sabe cuándo se empezaron a construir, aún no está claro por qué se hicieron.
Historia de los Jardines Colgantes de Babilonia
Fueron únicos, y uno de los primeros que tuvo un diseño claro y un uso que, sin dejar de ser para consumo, ya se incluían plantas que también destacaban por su valor ornamental, como las palmeras cocoteras o las datileras. Esto lo sabemos gracias a los restos que han llegado hasta nuestros días. Así, la construcción se inició hace unos 2700 años, tal y como explicó The Telegraph.
En esa época reinaba Senaquerib, quien mandó a los asirios construir los jardines en la capital, Nínive, que hoy es Mosul, al norte del país.
Teorías descartadas sobre su autor
Antes de ese estudio, había dos teorías sobre el origen y el autor de los Jardines Colgantes de Babilonia. Una de ellas, la más aceptada, era la que decía que se construyeron hacia el 600 a. C. Esa época coincide con el reinado Nabucodonosor II, de la dinastía caldea del Imperio Neobabilónico. Según se creía, el rey se lo regaló a su esposa Amitis, ya que quería demostrarle su amor recreando paisajes del lugar de donde ella procedía.
Pero hay otra que dice que en realidad estos jardines se construyeron hacia el 810 a. C., por la reina Sammuramat de Asiria y Babilonia. Se cree que conquistó India y Egipto, pero su hijo conspiró para arrebatarle el trono y acabar con ella, y eso es algo que no pudo soportar.
¿Cómo eran?
Estos jardines tenían la característica de que solo podían ser visitados y disfrutados por la familia real, pero no por ello la gente del pueblo tenía prohibido verlo. Es más, las plantas estaban distribuidas de tal manera junto al palacio que debió de ser fácil contemplarlo desde lejos. Pero los Jardines Colgantes de Babilonia no »colgaban» realmente, pero sí que sobresalían.
Y es que quien lo mandó construir, tenía muy claro que quería que tanto su pueblo como los viajeros lo vieran, de ahí que se hicieran numerosas terrazas, unas sobre otras, sobre pilares cúbicos.
Todo ello estaba hecho con ladrillo cocido y asfalto, según describió Estrabón, un geógrafo griego en siglo I a. C. El riego se hacía con agua traída del río, por lo que las plantas recibían un agua de buena calidad.
¿Cuánto miden los Jardines Colgantes de Babilonia?
Estos jardines, según nos cuentan los historiadores griegos, medían más de 100 metros de largo y ancho, y tenían una altura de entre 25 y 90 metros. Eran, por tanto, una exuberante muestra de vegetación de aquellos años.
¿Cómo desaparecieron los Jardines Colgantes de Babilonia?
La desaparición o muerte de un jardín suele ser lenta. Cuando el Imperio neobabilónico tocó a su fin, los Jardines Colgantes de Babilonia se empezaron a desatender cada vez más. Así, cuando Alejandro Magno llegó a Babilonia en el siglo IV a. C., ya estaban abandonados; y en el año 125 a. C. el rey Evemero los incendió.
¿Cómo son hoy en día?
Actualmente no queda nada, más allá de los restos que puedan encontrar los arqueólogos. Las llamas que provocó Evemero en su época no dejaron nada que se pudiera contemplar hoy. Y es que las conquistas siempre terminan dañando o, en este caso, eliminando lugares importantes que forman parte de la historia humana.
Disfruta de este vídeo en el que se puede ver cómo eran, o podían haber sido, estos jardines:
Nota: cuando se hizo este vídeo aún no se había descubierto que se habían construido hace unos 2700 años.
¿Habías oído hablar de estos jardines? ¿Qué te han parecido?