La jardinería francesa si destaca por algo es por la búsqueda incesante del perfeccionismo de las plantas que se cultivan, por eso, no nos ha de extrañar que las figuras geométricas cobren gran importancia. Y es que gracias a ellas es posible conseguir algo tan curioso como lo que se logra en los Jardines de Marqueyssac.
Como si se hubiese extraído del cuento de Alicia en el País de las Maravillas, estos jardines que hoy ocupan 22 hectáreas ofrecen al visitante una visión única: a diferencia de otros tipos de estilos que podemos ver en otros lugares, aquí predomina un solo color, el verde.
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Historia de los Jardines de Marqueyssac
Imagen – Wikimedia/Sail over
El origen de estos jardines se remonta a los años 1830-40, cuando el científico y diplomático Julien Bessieres. En esa época mandó construir una capilla en el departamento francés de Dordoña, y un callejón de cien metros de largo para poder dar paseos a caballo. Veinte años más tarde la finca cambiaría de propietario, pasando a Julien de Cervel. Este hombre sería el que plantaría miles de boj (pertenecientes al género botánico Buxus) y que les daría formas realmente curiosas: redondeadas y agrupadas como si fuesen un rebaño de ovejas. En la actualidad, hay unos 150 mil ejemplares.
Otras plantas que incluyó fueron cipreses (Cupressus), tilos (Tillia) e incluso pinos piñoneros (Pinus pinea) que trajo de Italia. Además, fue el que introdujo el ciclamen de Nápoles. Por si fuera poco, rediseñó los parterres y diseñó otros cinco kilómetros destinados a paseo, y todo siguiendo el estilo romántico de la época.
Más adelante, hacia el año 1950, tanto la casa como los jardines pasaron a estar descuidados. Pero en 1996, con la llegada de Kleber Rossillon, que sería el nuevo propietario, ambos se reformaron. Los jardines se restauraron de tal modo que volverían a tener ese espíritu romántico que le diera Bessieres hacía más de un siglo. Aparte también incluyó una cascada, y un callejón rodeados de romero (Rosmarinus officinalis) y santolina.
En 1996 los Jardines de Marqueyssac empezaron a recibir visitas, y un año después se clasificaron entre los Jardines Notables de Francia.
¿Dónde se encuentran los Jardines de Marqueyssac?
Si te gustaría visitarlos en alguna ocasión, has de saber que se encuentran en Vézac, en el departamento de Dordoña (Francia). Forma parte de lo que hoy se conoce como el Castillo de Marqueyssac, y como has podido sospechar, su diseño se inspira en el jardín francés formal. En él, las figuras geométricas, en particular las redondeadas, son las que los jardineros procuran darles a las plantas.
El máximo control del crecimiento de los cultivos, trabajándolos realizándoles podas cuidadas y procurando que se mantengan bien hidratados y abonados, logran cosas como que un boj adquiera forma de »bola» o que sirva como una elegante bordura. De hecho, todas las tareas que llevan a cabo están tan bien pensadas y tan bien hechas, que hay quien dice que son los jardines suspendidos de Marqueyssac.
Y es que realmente da esa sensación. Suspendidos en una época ya pasada, todas las plantas ocupan su lugar ideal para que el visitante no pueda hacer otra cosa que soñar y maravillarse con lo que ve.
¿Cuál es el horario y el precio de los Jardines de Marqueyssac?
En principio, el horario es el siguiente:
- Abril, mayo junio y septiembre: de 10 a 19 horas.
- Febrero, marzo, octubre y hasta el 11 de noviembre: de 10 a 18 horas.
- Del 12 de noviembre a finales de enero: de 14 a 17 horas.
- Julio y agosto: de 9 a 20 horas.
Y las tarifas que tienen, son:
- Adultos: 9,90 euros.
- Niños de 10 a 17 años: 5 euros.
- Niños menores de 10 años: gratis.
- Tarjeta de fidelidad personal: gratis.
- Suscripción anual: 25 euros.
De todas maneras, es recomendable informarse antes en su web oficial (pincha aquí), ya que por ejemplo durante la pandemia del coronavirus estos jardines permanecieron cerrados al público durante el año 2020.
Así que ya sabes, si tienes pensado ir a Francia, puede ser muy interesante acercarse a los Jardines de Marqueyssac. Y si te entra el apetito, podrás ir a su restaurante, y degustar deliciosos platos mientras contemplas la belleza única del lugar.
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