Seguro que más de una vez has visto un jardín zen. Puede ser en tu día a día o bien en series o películas. Quizá hasta tengas ganas de tener el tuyo propio. Y es que los jardines zen son uno de los elementos que puede ayudarte a encontrar tranquilidad.
Formados principalmente por arena y piedras, estos jardines zen son terapéuticos. Pero también decorativos. Así que, si quieres crear uno en tu hogar, te vamos a dar las claves para conseguirlo.
Cómo crear jardines zen
Lo primero que debes saber sobre los jardines zen es que su origen es del siglo VI. En esa época, eran lugares en los que los monjes meditaban. Y aunque ahora se han vuelto decorativos en muchos sitios, siguen teniendo esa función.
Estos se rigen por los principios de naturalidad (shizen), simplicidad (kanso), y austeridad (koko).
Elementos para crear jardines zen
Empezamos por lo que vas a necesitar para crear tu jardín zen. Para eso, los elementos son:
- Arena y grava. Estos son los elementos principales, porque los jardines zen se construyen principalmente con arena. Si lo pones en la tierra, para evitar que crezcan malas hierbas que puedan aflorar entre la arena, te recomendamos que coloques una malla.
- Rocas de distintos tamaños. O, si estás haciendo el jardín zen en pequeño, que sean piedrecitas de distinto tamaño. De esta forma, podrás representar con ellas elementos. Por ejemplo, a ti mismo, árboles si son piedras verticales; agua, si son planas y horizontales; o fuego, si son piedras arqueadas. Pero también pueden representar los problemas que hay a tu alrededor.
- Agua. En muchos jardines, el agua es imprescindible porque es la representación de que las energías fluyen. Por eso, conviene colocar una fuente o similar, o bien jarrones o floreros, aunque en ese caso tienes que renovar el agua cada poco tiempo para que no se estanque.
- Madera. En el caso de jardines grandes, la madera simboliza la naturaleza, y deberías incorporarlo en tu jardín a modo de troncos o tablillas, por ejemplo creando un puente, un camino (este también se puede hacer con piedras planas y rectangulares o redondeadas).
- Plantas. En cuanto a las plantas, las mejores van a ser las suculentas, pero también puedes colocar árboles más grandes como pinos o similares. Eso sí, no conviene que uses muchas variedades diferentes. Es mejor lo mínimo.
Tamaño de un jardín zen
La verdad es que no hay un tamaño definido para el jardín zen, porque dependerá del espacio disponible que tengas. Eso sí, te recomendamos que sea tipo rectangular.
Puedes poner jardines zen en tu jardín, pero si no tienes mucho espacio, y quieres uno, podrías utilizar una jardinera a modo de jardín zen, o algo más pequeño y portátil para tenerlo dentro de casa y dedicarle 10 minutos.
Cómo montarlo
Aquí debemos decirte que va a depender de cómo lo quieras tú. Un jardín zen tiene los elementos que te hemos dicho. Pero su distribución no tiene que regirse por unas normas. En realidad, puedes hacerlo como tú quieras.
Incluso, con el tiempo, puedes ir cambiándolo. Por ejemplo, que lo hagas con la fuente en medio y unas plantas alrededor, mientras que todo lo demás sea arena. O bien que pongas la fuente en una esquina, y unas piedras a modo de camino para llegar al centro donde habrá un círculo con una gran piedra.
Otra opción puede ser crear ondas curvas y alrededor de estas las piedras, y un tronco de árbol hueco.
Como te decimos, aquí parte tu propia imaginación, y también la forma en que quieras decorar con el jardín.
Qué significan las ondas, líneas y curvas en un jardín zen
Como sabes, el jardín zen se caracteriza por «jugar» con la arena. Pero en realidad, esos dibujos tienen una razón de ser, algo que no mucha gente conoce. Verás, cuando las líneas del jardín zen son rectas, eso quiere decir que «el mar está en calma». Es decir, que estás tranquilo, te sientes bien…
Ahora bien, cuando las líneas son curvas u onduladas, eso quiere decir que estás inquieto, que hay cosas que te preocupan, que tienes problemas…
Otra de las figuras habituales en un jardín zen son los círculos cerrados. Esos círculos evocan a algo que se quiere echar al mar. Dicho de otra manera, hay algo de lo que te quieres deshacer.
En el caso de las piedras, que también se utilizan, hay que diferenciar dos tipos: una piedra te representará a ti mismo. Las otras son todos los problemas que tienes: discusiones, malos trabajos, malas relaciones, mala suerte…
Si colocas tu piedra en un lugar del jardín, y alrededor tuyo todos los problemas, no vas a tener espacio para poder rastrillar el jardín y eliminar esas preocupaciones. Pero sí puedes darle al jardín una especie de poder sanador. Consiste en hacer un círculo cerrado y, en el centro, unas ondas. Dentro de este (o encima), se colocan todas las piedras que simulan los problemas de nuestra vida. Y, como es un círculo que indicaba que era todo lo que no queríamos en nuestra vida, estamos haciendo eso mismo.
Por tu parte, tú te debes poner en una esquina del jardín, una zona más alejada que te haga desapegarte de esos problemas.
Lo último sería rastrillar alrededor de tu piedra líneas rectas para evocar la paz.
Por eso, en muchas películas y series, cuando se ven los jardines zen, estos están formados principalmente por líneas rectas o por círculos y, dentro de estos, hay una piedra grande.
Qué beneficios tienen los jardines zen
Para finalizar, los jardines zen no son sólo decorativos, sino que pueden ayudarte a meditar, a tranquilizarle y a desconectar de todo lo que hay a tu alrededor (para conectar contigo).
Cuando se pasa tiempo en ellos se mejora la concentración y también la creatividad. Ganarás serenidad y relajación. E incluso podrás expresar tus sentimientos a través del trazo que hagas con las líneas en el jardín.
Ahora depende de ti crear jardines zen grandes o pequeños. Pero no es mala idea contar con uno con piedras decorativas que, además, te ayuden a meditar y a relajarte durante unos minutos al día. Si lo haces a diario, al final empezarás a ver resultados en tu espíritu.