La Adelfa es un arbusto que puede medir cinco metros de altura y que mantiene un color verde en sus hojas durante todo el año. Estas hojas surgen unas enfrente de otras a lo largo de unas ramas que terminan con las flores.
Las flores aparecen en verano y pueden ser de color blanco o rosa en sus diferentes tonalidades. Son flores muy bonitas, llamativas y desprenden un delicioso olor.
Esta planta también produce unos frutos de marrón oscuro, muy grandes y que se encuentran dentro de unas vainas.
A pesar de tener semillas, la propagación de esta planta suele hacerse a través de esquejes formados por ramas de la Adelfa. Estas ramas se meten en agua hasta que cojan raíz, y cuando esto suceda se plantará en la tierra.
Los cuidados de esta planta son muy básicos. Es una planta mediterránea a la que le gusta la humedad aunque no el exceso de agua, soportando incluso la sequía, por lo que el riego debe ser normal, entre dos o tres veces a la semana, sobre todo si la planta está en maceta. El sol le gusta directo.
No soporta bien el frío, si las temperaturas bajan de los cinco grados la planta se puede morir, por lo que será mejor taparla o si está en maceta, introducirla al interior.
La Adelfa es una planta totalmente venenosa, desde sus raíces, hasta sus flores pasando por sus hojas. Las semillas son igual de venenosas. La planta se suele utilizar para hacer venenos contra insectos. Hay que tener cuidado con la ingesta de esta planta.
Sin embargo, por muy tóxica que sea, es una planta muy utilizada para los jardines por su lindas flores, aunque se debe tener cuidado que ningún animal ni ningún niño se acerque a ella y pueda introducirla en la boca.
Más información – Las plantas más venenosas II.