La Capuchina (Tropaeolum majus)

Tropaeolum majus, más comúnmente conocida como la capuchina

La planta Tropaeolum majus, más comúnmente conocida como la capuchina,  es una planta originaria de América del Sur, principalmente de Perú. Es una planta de larga duración y pertenece a la familia de las tropeoláceas.

Estas plantas incluyen varias especies que también se las conocen con el nombre de capuchinas. Son de larga duración o anuales y se originan en las áreas del sur de América, siendo utilizadas como plantas ornamentales en todo el mundo.

Características de la planta Tropaeolum majus

Características de la planta Tropaeolum majus

Las capuchinas son plantas que pueden tener un porte erguido, trepador o postrado, con hojas con una forma redonda, característica que produce unas flores muy típicas. Generalmente sus tallos son largos, principalmente en forma de embudo, de 1,5 a 5 centímetros de largo, de varios colores dependiendo de la especie.

No es una planta adecuada para cultivarse en macetas, porque necesita espacio y una profundidad apropiada del suelo para desarrollarse al máximo.

Cultivo  de la planta Tropaeolum majus

Son plantas que es preferible cultivarlas en lugares donde no reciban sol durante las horas más calurosas del día. Las capuchinas no tienen problemas con las altas temperaturas, al contrario, temen a las heladas.

Al cultivarlas, debemos tener mucho cuidado durante el invierno, para quitar los tubérculos del suelo y guardarlos en un lugar seco y fresco hasta la siguiente primavera.

En otoño y cuando las hojas de la capuchina comiencen a ponerse amarillas, se debe interrumpir el riego, ya que este síntoma indica que la planta está entrando en el descanso vegetativo.

Será la planta la que nos indique en la primavera que es hora de reanudar el riego, con el reinicio vegetativo.

Cuidados de la Tropaeolum majus

Riego: desde la primavera y durante todo el verano debemos regar de forma regular para mantener el suelo siempre ligeramente húmedo. En cualquier caso, no debemos excedernos, ya que pueden resistir incluso períodos cortos de sequía.

Tipo de tierra: para trasplantar, se debe considerar que si se usa un suelo demasiado rico en nutrientes, la planta tendrá un mejor desarrollo de la parte vegetativa que de la reproductiva, que en este caso serían las flores.

Por lo tanto y para tener una floración bonita y exuberante, es preferible no usar suelos demasiado fértiles. Sin embargo, debemos tener en cuenta que se trata de plantas que no les gusta el estancamiento del agua, por lo tanto, es necesario tener cuidado de que el suelo drene bien.

Abono: durante el período de crecimiento, es necesario diluir en el agua de riego un buen fertilizante para ser administrado cada dos o tres semanas y después reducir a la mitad, las dosis que nos indican en el paquete de fertilizante.

Poda: la planta del Tropaeolum no puede ser podado. Solo se eliminarán las partes que están secas o dañadas para evitar convertirlo en un hogar para las enfermedades parasitarias.

Floración: el período de floración varía según la especie.

Multiplicación de la Tropaeolum majus

Las capuchinas son plantas que pueden tener un porte erguido, trepador o postrado

La multiplicación de esta planta por lo general se lleva a cabo por semillas, pero antes debemos trabajar el suelo con el fin de eliminar la corteza superficial y hacerla menos compacta, para después sembrar. Si la especie que vamos a sembrar está creciendo mucho, entonces tenemos que plantar cerca de la semilla una estaca, en donde la plántula se pueda adherir cuando crezca.

Las plántulas también las podemos sembrar en cajas especiales o en macetas, usando una mezcla de turba y arena a partes iguales y a temperaturas bastante bajas, alrededor de 13 °C, teniendo cuidado de cubrir las semillas con aproximadamente 1 cm de arena. La germinación debería tener lugar pasado un mes. En el caso de las especies tuberosas, se multiplica por la división de los tubérculos.

Parásitos y enfermedades

Las plantas florecen poco: este síntoma se debe al hecho de que la planta recibe muy poco sol.

Remedios: tenemos que mover la planta a un lugar más soleado, pero no durante las horas más calurosas del día.

Presencia de pequeños animales blanquecinos en la planta: si observamos insectos pequeños, de color blanco amarillento o verdoso, es casi seguro que estemos en presencia de áfidos o piojos.

Remedios: tratar la planta con pesticidas específicos fácilmente disponibles en un vivero. Generalmente se trata de productos sistémicos, es decir, entran en la circulación linfática de la planta y por lo tanto, se absorben durante la alimentación de los insectos.


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