Seguro que muchos de vosotros os preguntáis desde cuando se practica la jardinería, así que hoy os haré un breve relato de su historia. Al parecer, los primeros jardines aparecieron en la cultura egipcia, por el año 1500 a.C., se caracterizaban por la abundancia de flores de loto y estanques, aunque también tenían plantas típicas de su zona geográfica, como las palmeras. Puedes profundizar sobre esta época en el artículo sobre la historia de la jardinería.
Sin embargo, los primeros jardines conocidos por todos se construirían bastantes años más tarde, en torno al 600 a.C, en Persia. Estos jardines los mandó construir el rey Nabucodonosor y constituyeron una de las siete maravillas del mundo. Son los famosos Jardines Colgantes de Babilonia, que simbolizan un hito en la historia de los jardines.
De Persia se extendió hasta Grecia, en donde le daban un carácter más religioso con abundancia de estatuas. Desde aquí, el arte de la jardinería pasó a Roma y luego a España, donde los árabes, después del siglo IV, convirtieron los jardines en una representación del paraíso, con numerosos estanques y fuentes rodeados de exuberante vegetación. Un claro ejemplo son los jardines de la Alhambra de Granada. Si deseas conocer más sobre cómo recrear ese ambiente, te recomiendo leer sobre crear tu propio jardín árabe.
Al mismo tiempo que los árabes hacían exuberantes jardines, en China y Japón aparecieron los jardines minimalistas, los conocidos jardines Zen, donde lo que se busca es contemplar los elementos naturales. Este enfoque contrastaba con la rica ornamentación de los jardines árabes, aunque ambos comparten el amor por la naturaleza y el diseño estético. La influencia de la jardinería asiática en el mundo es notable, y en este sentido puedes leer más sobre la historia de los jardines japoneses.
Más tarde, durante la época del Renacimiento, empezaron a aparecer, sobre todo en Francia, los jardines de boj y mirto podados para obtener formas geométricas. De este estilo son los jardines de Versalles, que son considerados una obra maestra en el arte paisajístico. Este tipo de jardines marcó un antes y un después en lo que respecta al diseño paisajístico, que puedes explorar más a fondo en el artículo sobre paisajismo y jardinería.
En el siglo XVI, se construyó el primer jardín público de España, la Alameda de Hércules en Sevilla. Este espacio no solo proporcionó un lugar de esparcimiento a los ciudadanos, sino que también se convirtió en un referente de la jardinería urbana de su tiempo.
Luego, dos siglos más tarde, apareció el romanticismo y con él el jardín inglés, que intentaba recrear la propia naturaleza, con jardines muy naturales donde se mezclaban irregulares praderas, macizos de flores y sinuosos senderos. Este estilo contrastaba con la rigidez de los jardines anteriores y promovía una conexión más profunda con la naturaleza. La evolución de este estilo ha influido en muchos espacios verdes que se crean hoy en día, y esto resalta la importancia de entender la historia de las plantas en este contexto.
Finalmente, en el siglo pasado, apareció el jardín urbano para subsanar la falta de espacios verdes en las ciudades. Esta tendencia ha cobrado importancia en la actualidad, donde la necesidad de espacios verdes es vital para el bienestar de las poblaciones urbanas. En este contexto, se puede explorar cómo ciertos árboles y plantas, como el árbol de balsa, se adaptan a entornos urbanos, ofreciendo soluciones estéticas y ecológicas.
Con este primer artículo que me da la bienvenida a JardineríaON, espero ayudaros a conocer algo más de los inicios de la jardinería y cómo ha evolucionado a través de las diferentes culturas y épocas. Para aquellos interesados en un aspecto más específico, existe un interesante artículo sobre la historia de la mandarina que también podría resultarte útil.
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