El género Laelia posee 23 especies y es una planta que se encuentra dentro de lala familia Orchidaceae, tribu epidendreae y subtribu eriinae. Se distribuye geográficamente en las tierras bajas del continente americano, específicamente en los siguientes países, Belize, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela.
De clima templado o subtropical, se desarrolla en temperaturas frescas, selva con humedad, calor en verano y aridez en invierno. Hay especies que crecen en ambientes fríos, soleados y secos.
Características
Entre las especies de Laelia se encuentra la ‘Laelia tenebrosa’, especie de orquídea que se halla únicamente en Brasil, desde el norte de Río de Janeiro hasta el centro-norte de Espíritu Santo. Crece en altitudes cercanas al nivel del mar desde 200 ó 300 metros hasta 600 a 800 metros.
Se observa en forestas umbrófilas densas y muy húmedas. Habita a la sombra del tronco de árboles viejos y muy altos, ricos en biodiversidad y florece de noviembre a enero. Fue descrita en 1891 por Rolfe refiriéndose a su tono oscuro. Los géneros L. grandis y L. purpurata poseen características comunes.
Dependiendo del tamaño de la planta puede aportar entre una a cuatro flores grandes por espiga. Son perfumadas y suelen durar hasta dos semanas en buenas condiciones climáticas, alcanzando hasta los 18 centímetros.
Un labio circular tiene una base blanca con mancha de color púrpura, en los pétalos y sépalos de la flor se pueden encontrar matices que van desde el amarillo verdoso hasta naranja o marrón con tonos cobrizos. Aunque la coloración varía de acuerdo a la especie. La hoja es rígida de unos 30 cm de largo.
Cultivo
Cultivarla es fácil, puede prosperar con poca luz pero no es tan tolerante al frío. Si la expones a temperaturas inadecuadas o manoseas mucho, aparecerán lesiones en la superficie de sus hojas y pseudobulbos, iguales a quemaduras solares. Si esto sucede, deberás impedir infecciones micóticas o bacterianas cortando la parte lesionada y colocando la mata en un lugar aireado. Utiliza un fungicida.
Si deseas disfrutar de sus encantos en tu jardín, deberás tomar en cuenta la temperatura y humedad al sembrarla. Puedes hacerlo en cortezas de helechos o troncos, cestas y macetas. Colócala en la ventana que reciba sol, riégala dos veces por semana y añádele un fertilizante para orquídeas cada 15 días.
Si vas a trasplantar, hazlo preferiblemente en primavera.
Enfermedades y plagas
La Laelia tenebrosa es muy resistente, a pesar del gran número de insectos que se le acercan. Afortunadamente en el mercado hay remedios para controlar y hacerlos desaparecer.
Si te descuidas, tu planta puede ser atacada por hongos, virus y plagas que dañan a tus orquídeas. Estas últimas son numerosas, principalmente están las cochinillas, mosca de la catleya, cucarachas, coquitos, mosquita amarilla, caracoles, hormigas, pulgones, comejenes, arañitas rojas, ácaros y es que todas son muy perjudiciales. Muchas se nutren de sus tiernas raíces, trepan las flores y los botones maltratándolos. Otras ponen sus huevos cuyas larvas o gusanos la debilitan.
Evítalas, conservando la zona donde se encuentre la orquídea limpia, sin restos de flores marchitas y añejas. No combines tu colección de orquídeas con otras especies, que puedan ser portadores de males. Mensualmente inspecciona el estado de sus tallos, raíces u hojas.
Una buena ventilación del ambiente impide la presencia de setas y microbios. Esteriliza los implementos en especial las tijeras para cortar. Cambia los bactericidas, así no surgirá la resistencia a los productos.
Desde hace aproximadamente dos décadas se han extinguido más de 20 especies de orquídeas. Habrá que tomar acciones entre la comunidad internacional y equipos de zoólogos e investigadores que trabajen por la preservación de estas flores exóticas, como un recurso manejado de forma sustentable.
Asimismo declarar zonas protegidas para reproducir in situ las especies amenazadas y en peligro. Perseguir su comercio ilegal y la comercialización indiscriminada (por su uso ornamental), es otra razón que incide en el mantenimiento de su entorno.
Se dice que la disminución de su hábitat es debido al aumento de acciones antropegénicas que la pone en riesgo de desaparición. Por eso es necesario atesorar su diversidad y aprovecharla desde lo educativo, científico u ornamental. Sabemos que la elegancia y hermosura de sus flores representa un riesgo, por eso en algunos países es emblema cultural o flor nacional.