Las plantas autóctonas frente a las alóctonas para tu jardín

las plantas autóctonas son buenas para el jardín

En el medioambiente existen plantas de todo tipo. Las especies autóctonas son aquellas que crecen, se desarrollan y se reproducen en un territorio. Es decir, son originarias del sitio donde se desarrollan o crecen, que no han sido introducidos por el hombre desde otras partes distintas al lugar donde se encuentran. A veces se suele confundir con especie endémica. Éstas son las que se encuentran solamente en una determinada zona geográfica.

En este post vamos a ver la importancia que tienen para el medioambiente las especies autóctonas y sobre todo para la jardinería, si es que quieres tener plantas en casa o en tu jardín.

Las plantas autóctonas y su importancia

flores autóctonas frente a las alóctonas

Las plantas autóctonas son importantes para poder mantener la estabilidad de los ecosistemas. Las plantas autóctonas conviven con el resto de seres vivos en armonía y forman parte de sus ciclos. Es decir, muchas especies animales o vegetales han adaptado su forma de vivir a las especies autóctonas y sin ellas podrían no sobrevivir.

Las plantas nativas del lugar tienen insecto asociados que ayudan al crecimiento de las plantas o al control de plagas, etc. Además sirven de alimento para otros animales. ¿Qué ocurre cuando entra una especie exótica en un ecosistema? Pues que puede convertirse en una plaga debido a que existen menos insectos o animales que puedan alimentarse de ella. Entre especies autóctonas existe un equilibrio ecológico por el que se controla el número de individuos de las poblaciones en función de los recursos disponibles y del territorio. Sin embargo, las especies alóctonas o exóticas no participan en ese equilibrio, pues la evolución no ha afectado en ellas.

Especies autóctonas en jardinería

jardín compuesto por especies autóctonas

Para un uso sostenible del agua de riego, las plantas autóctonas ofrecen un mejor rendimiento ya que están adaptadas a las condiciones ambientales en las que viven y se han desarrollado. Sin embargo, las especies alóctonas requieren otras cantidades de agua y no se adaptan de la misma manera. Por lo tanto, contribuye a un aumento en el consumo del agua y a un despilfarro.

Las autóctonas están acostumbradas a las condiciones climáticas, inundación, sequía y tipo de suelo. Las exóticas muchas veces no aguantan las condiciones físicas y biológicas del nuevo lugar y mueren. Algunas especies acuáticas y palustres, que crecen densamente en las riberas de los ríos, sirven de refugio para aves y otras especies de fauna acuática, que purifican las aguas.

Además, en cuanto a competencia entre especies, las plantas alóctonas actúan como rivales y compiten por los recursos del territorio con las autóctonas. En ocasiones son capaces de convertirse en predadores, portadoras de enfermedades o que trastornan el hábitat natural.

¿Qué se debe de hacer para tener un jardín sostenible?

especies alóctonas contra las autóctonas

Tenemos que evitar adquirir plantas alóctonas para nuestro jardín aunque sean vistosas y bonitas. Existen muchas especies autóctonas como árboles y arbustos que también son muy bonitos y ejercen una función ornamental. Se debe evitar sacar de las sierras helechos, o cualquier planta que esté en su hábitat natural. Ya que hay muchas en riesgo de extinción y además es muy difícil que esta se adapte a las condiciones de otro sitio.

Además existen técnicas como la reforestación de los terrenos donde hayamos construido alguna casa de campo o cabaña con especies autóctonas de la zona. Esto favorece a la regeneración y formación del suelo. Cuando no existe vegetación en una zona, se disminuye la cantidad de agua que se filtra de lluvia en el subsuelo, y sin esa infiltración no hay vertientes permanentes que ayuden a que los ríos lleven agua durante todo el año.

Cuando tengamos en nuestro jardín plantas autóctonas, se irá creando un equilibrio natural entre el agua, los insectos que polinizan las plantas y entre los ciclos de las propias plantas que, en armonía, se desarrollarán. De otra forma, con especies alóctonas, el equilibrio se rompería, cambiarían los patrones de riego, los insectos no tendrían plantas en las que alimentarse y las propias plantas podrían convertirse en una plaga.


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