Con frecuencia se afirma que las raíces de la higuera son peligrosas pero, ¿esto es realmente cierto? ¿Estamos ante un árbol con unas raíces tan fuertes que pueden llegar a causar daños?
Vamos a resolver estas dudas aprendiendo un poco más sobre el sistema radicular de este árbol de frutos dulces y deliciosos.
El sistema radicular de la higuera: un complejo entramado subterráneo
Lo que vemos de los árboles es su impresionante estructura exterior, pero debajo de la tierra las raíces conforman un complejo entramado que permite su anclaje a la tierra y es fundamental para su crecimiento y desarrollo.
El sistema radicular de la higuera se caracteriza por ser superficial, ya que las raíces se encuentran en los primeros 50 centímetros del suelo y se extienden en horizontal. Eso sí, pueden ocupar un radio que supera varias veces el diámetro de su copa.
Las raíces son numerosas, delgadas y ramificadas. Estas características les permiten forman una red densa que facilita la absorción tanto de agua como de nutrientes.
Aunque el sistema radicular es superficial, es extremadamente robusto y resistente. Por eso, puede llegar a penetrar en suelos compactos y rocosos.
Otro aspecto destacable es que tiene una gran capacidad de exploración del suelo. Se puede extender mucho y aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Patrón de crecimiento de las raíces de la higuera
El patrón que podemos observar en cada caso concreto depende de factores como el tipo de suelo, la disponibilidad de agua, si el árbol tiene que competir con otras plantas o la temperatura. Pero, en líneas generales, los más comunes incluyen:
- Raíces pivotantes. Aunque no están tan marcadas como en otras especies, es habitual que las higueras desarrollen una raíz principal que penetra verticalmente en el suelo y se encarga de aportar estabilidad.
- Raíces laterales. Estas se ramifican a partir de la raíz principal y se extienden en horizontal, creando una red densa que absorbe agua y nutrientes.
- Raíces adventicias. Surgen a partir del tronco o de las ramas. Su función es permitir que el árbol se adapte a condiciones adversas y se propague vegetativamente.
Un sistema de supervivencia
No es fruto del azar que las raíces de la higuera tengan estas características. Este sistema radicular es una evolución que permite a estos árboles sobrevivir en diferentes ambientes.
Porque las raíces superficiales y extensas permiten aprovechar al máximo la humedad del suelo, haciendo que el árbol sea resistente frente a la sequía.
Por otro lado, como son raíces fuertes, pueden explorar grandes volúmenes de suelo, alejándose de la zona de la raíz pivotante.
Esta capacidad de extensión también le da a la higuera ventaja a la hora de competir con otras plantas por el agua y los nutrientes.
¿Son peligrosas las raíces de la higuera?
Si revisamos un listado de árboles con raíces agresivas seguramente no nos vamos a encontrar con la higuera. Sin embargo, en la práctica pueden llegar a suponer un problema en algunos casos, por esa capacidad de extensión a la que venimos haciendo referencia.
Se dice que estas raíces son peligrosas por los siguientes motivos:
- Capacidad de extensión. Están buscando agua y nutrientes de forma constante, lo que da lugar a una expansión en horizontal a gran distancia del árbol.
- Fuerza. Son raíces fuertes que pueden penetrar en terrenos duros. No son tan fuertes como para provocar ellas mismas grietas y fisuras (normalmente), pero sí pueden aprovechar la presencia de estas para extenderse y agravar esos daños.
- Búsqueda de la humedad. Para acceder al agua y los nutrientes pueden crecer hacia arriba a través de las grietas, lo que puede dañar muros y pavimentos.
Por eso, no es recomendable plantar una higuera cerca de una casa o cualquier otro tipo de construcción. Durante los primeros años no pasará nada, pero a largo plazo el crecimiento de las raíces puede causar daños estructurales.
Tampoco se aconseja plantar este árbol en suelos muy compactos. En este caso, las raíces van a buscar otras alternativas para expandirse y eso podría dar lugar a que se topen con tuberías o cimientos y los dañen.
¿Cómo prevenir los daños causados por las raíces de las higueras?
Las raíces de este árbol entrañan cierto peligro, pero eso no quiere decir que debas renunciar a él. Si sigues las pautas que vamos a ver, puedes tener una higuera en tu jardín y no sufrir ningún problema.
Selección de la variedad
Empieza escogiendo una variedad de higuera que tenga un sistema radicular que no sea demasiado invasivo. Lo mejor en estos casos es escoger un híbrido desarrollado específicamente para tener unas raíces más controlables.
Plantación estratégica
Deja una distancia considerable entre la higuera y cualquier estructura (una casa, una piscina, un muro, etc.). En la medida de lo posible, planta el árbol en un área verde y amplia que esté lejos de zonas pavimentadas o con tuberías.
También te puedes plantear la opción de cultivar higueras en contenedores grandes. Eso sí, esto va a requerir unos cuidados algo especiales para que el árbol se pueda desarrollar.
Mantenimiento preventivo
Fertiliza el árbol adecuadamente para que tenga a su disposición los nutrientes que necesita y no tenga que recurrir a expandir demasiado sus raíces para encontrar alimento.
Riega de forma adecuada para fomentar un desarrollo uniforme de las raíces y que estas no vayan a buscar agua en zonas no deseadas.
En el momento de hacer la plantación, instala barreras físicas como láminas de raíz o contenedores subterráneos para que el sistema radicular no pueda crecer en determinadas direcciones.
Si es necesario, contacta con un arborista para que haga una poda de raíces segura y efectiva.
En la medida de lo posible, poda regularmente el árbol para mantenerlo en un tamaño manejable. Esto también va a incidir en el desarrollo de las raíces.
En todo caso, haz inspecciones periódicas para detectar cualquier daño que puedan estar causando las raíces y toma medidas correctivas lo antes posible en caso de advertir que algo va mal.
Las raíces de la higuera pueden ser problemáticas, pero aplicando medidas preventivas no tienes de qué preocuparte.