Livistona

La Livistona tiene las hojas costapalmadas

Imagen – Wikimedia/David J. Stang

Las palmeras del genero Livistona poseen un valor ornamental muy alto. Son plantas que, a menudo, desarrollan un tronco que no es tan delgado como el de la datilera, pero tampoco tan grueso como el de la Phoenix canariensis. Además, toleran igual de bien el sol como la media sombra, e incluso algunas variedades pueden cultivarse en regiones donde se producen heladas.

Quizás el único inconveniente es que crecen lento, motivo por el cual se suele optar por plantar Washingtonia en los jardines públicos, que son mucho más rápidas. Pero en este artículo vamos a hablarte de ellas, las Livistona, unas palmeras que embellecerán tu jardín como muy pocas pueden hacerlo.

Origen y características de las Livistona

Las Livistona son palmeras originarias tanto de África como de Japón y Australia. Desarrollan un único tronco el cual mide entre los 20 y los 50 centímetros de grosor, dependiendo de la variedad. Sus hojas son palmadas, con más o menos la mitad de los folíolos colgantes, y verdes.

Sus inflorescencias, es decir, los racimos florales, surge de entre las hojas, y una vez son polinizadas producen frutos de más o menos un centímetro de largo el cual contiene una semilla de similar tamaño.

Principales especies

El género se compone de unas 34 especies, aunque son muy pocas las que se cultivan. Veamos cuáles son:

Livistona chinensis

La Livistona chinensis es una palmera rústica

Imagen – Flickr/cskk

La Livistona chinensis es la que se conoce como palmera de abanico china. Es la más cultivada, ya que resiste bien el frío. Además, tiene un tronco de unos 30 centímetros de diámetro, y crece hasta los 6-7 metros de altura, por lo que ocupa poco espacio. Sus hojas miden entre 1 y 1,5 metros de longitud, y tienen un pecíolo largo de hasta 1,5 metros. Resiste hasta los -7ºC una vez adulta.

Livistona decipiens

La Livistona decora crece rápido

Imagen – Wikimedia/Mark Marathon

La Livistona decipiens, ahora llamada Livistona decora, es una palmera que crece hasta los 10-12 metros de altura. Su tronco es recto, de unos 30 centímetros de grosor siendo más ancho en su base. Las hojas son grandes, midiendo hasta 1 metro de largo. De las más populares, es una de las que crecen más rápido, en torno a unos 40 centímetros/año. Resiste las heladas débiles, de hasta los -4ºC.

Livistona mariae

La Livistona mariae es una palmera

Imagen – Wikimedia/David J. Stang

La Livistona mariae es una palmera que crece hasta los 8-9 metros de altura, y desarrolla un tronco delgado de unos 20-30 centímetros de grosor. Las hojas miden alrededor de 1 metro, y aunque son verdes, cuando la planta es joven tiende a sacar hojas nuevas de color rojo que con el tiempo se vuelven verdosas. Resiste muy bien la sequía, y las heladas de hasta los -4ºC.

Livistona rotundifolia

La Livistona rotundifolia es una palmera alta

Imagen – Flickr/Tony Rodd

La Livistona rotundifolia se suele cultivar como planta de interior, puesto que es muy sensible al frío. Aún así, hay que saber que puede alcanzar los 10 metros de altura, con hojas de gran tamaño de 1 metro de largo. Necesita mucha luz para poder crecer, motivo por el que a veces tiene problemas dentro de casa.

Livistona saribus

Imagen – Flickr/Scott Zona

La Livistona saribus es una palmera muy, muy grande. Puede alcanzar los 40 metros de altura, pero pese a ello su tronco se mantiene en unos 60 centímetros de diámetro. Las hojas son igualmente grandes, ya que pueden medir hasta 2 metros. Con todo, es muy interesante su cultivo puesto que vive en climas tropicales pero también en los templados. Soporta hasta los -4ºC.

¿Cuáles son los cuidados de la Livistona?

Estas palmeras no son muy complicadas de mantener. Siempre que se tengan en un lugar con luz y se rieguen de vez en cuando, será posible disfrutarlas con salud. De todas maneras, si tienes dudas, no te preocupes. Vamos a explicarte en detalle todo lo que has de saber para que tus plantas estén perfectas:

Ubicación

La Livistona es una palmera grande, por lo que lo ideal será tenerla en el exterior siempre que sea posible. No tiene raíces invasivas, pero sí se aconseja alejarla unos cinco metros de donde tengamos instalado algún sistema de drenaje, tuberías o incluso suelos pavimentados blandos.

En caso de querer tenerla cerca de un muro, no será problema, pero ponla a una distancia de unos 2 metros como mínimo de este para que el tronco crezca recto, de lo contrario tenderá a curvarse un poco.

Tierra

Crece en suelos bien drenados, es decir, en aquellos capaces de absorber el agua tan pronto como la reciben. Si es muy compacto, los poros estarán tan juntos que no podrán filtrarla. Por este motivo, es importante que te asegures de que la tierra que tienes es la adecuada; en caso contrario, deberás mejorarla instalando algún sistema de drenaje, o haciendo un agujero de plantación y echarle una buena capa de grava, además de sustratos como el universal mezclado con perlita.

Si vas a cultivarla en maceta, has de buscar una que sea lo suficientemente grande para que pueda crecer bien. Lo suyo es que sea unos 5 centímetros más alta y ancha que la anterior. Luego, tienes que rellenarla con sustrato para plantas, como por ejemplo con una mezcla de mantillo (en venta No products found.) con un 30% de perlita.

Riego

La Livistona es una palmera bonita

Imagen – Wikimedia/MargaretRDonald

Las Livistona son unas plantas que se han de regar de vez en cuando. Durante su juventud, y especialmente cuando se tienen en una maceta, hay que regarlas con moderación, más o menos cada 4 días durante la temporada estival. En invierno se han de espaciar más los riegos.

Una vez que estén en el suelo y ya lleven un par de años plantadas en él, las regaremos de forma ocasional. Si llueve con regularidad, más adelante podremos incluso suspender los riegos.

Abonado

El abonado se hará mientras estén creciendo, es decir, en primavera, verano y otoño. Se pueden usar fertilizantes específicos para estas plantas (como este), aunque recomendamos priorizar el uso de los abonos orgánicos, como el mantillo o el humus de lombriz (en venta aquí), para proteger también la fauna que pueda haber en el jardín.

Pero eso sí, si las tienes en maceta usa aquellos que sean líquidos, ya que se absorben mejor y no empeoran la capacidad de absorción del sustrato.

Trasplante

Se han de plantar en el jardín en primavera, cuando se haya asentado. En caso de tenerlas en maceta, es necesario trasplantarlas a otra de mayor tamaño más o menos cada 3 o 4 años, dependiendo de lo rápido que crezcan.

Multiplicación

Estas palmeras se multiplican por semillas, que pueden sembrarse en bolsas de plástico con cierre hermético llenas con vermiculita o fibra de coco (en venta aquí) previamente humedecida. Luego, se ponen cerca de una fuente de calor.

Si la temperatura se mantiene en unos 20-25 grados centígrados germinarán en unos dos meses.

Rusticidad

La mayoría de las especies de Livistona que se cultivan soportan el frío, así como las heladas débiles de hasta los -4ºC. Pero hay excepciones, como la L. rotundifolia que sufre daños en cuanto la temperatura baja de los 0 grados, o la L. chinensis, que es capaz de soportar hasta los -7ºC una vez llega a la edad adulta.

La Livistona fulva es una palmera rústica

Imagen – Wikimedia/David J. Stang

¿Qué te han parecido estas palmeras?


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