Dentro de las plantas trepadoras, la madreselva es quizás una de las más hermosas que puedes encontrar. Pero a veces no tenemos el espacio suficiente para poder ponerla en el jardín y nos conformamos con tener madreselva en maceta.
Ahora bien, ¿hay cambios con respecto a los cuidados que se le deben proporcionar? ¿Cómo hay que cuidarla para que se desarrolle de manera adecuada? Te lo contamos todo a continuación.
Características de la madreselva
Una de las características de la madreselva es su capacidad para crecer muy fácilmente, y rápido, lo que hace que pueda cubrir una extensión en unos meses. Además, soporta muy bien el frío, por lo que no debes tener problema para que la planta se desarrolle correctamente sin temer que el invierno acabe con ella.
Su nombre científico es Lonicera caprifolium y es originaria de Europa. Lo más llamativo de ella es el perfume de sus flores, que visualmente son muy bonitas. Eso sí, existen más de 500 especies descritas, y de ellas solo 100 aceptadas.
Puede alcanzar los dos metros de altura, e incluso en algunas especies llegaría a los 6 metros.
Tiene un tronco muy robusto, lo mismo que las raíces. Este es leñoso y rojizo. De él salen las ramas de donde las hojas, de color verde claro y oscuro en el envés, llegan a medir 10 cm.
En cuanto a las flores, estas son de forma acampanada y tienen un colorido rosado. Florece en primavera, y miden unos 4-5 cm. Tras estas llegarían las bayas, de color rojo y repletas de semillas.
Cuidados de la madreselva en maceta
A continuación nos vamos a centrar en los cuidados de la madreselva en maceta. Estos no difieren demasiado de los habituales en esta trepadora, pero sí tiene más necesidades que si estuviera plantada en el jardín.
Ubicación y temperatura
Si quieres tener una madreselva, entonces lo primero que debes considerar es dónde colocarla. Esta planta trepadora es amante del sol. Le encanta estar a pleno sol pero también puede tolerar la semisombra. En caso de que la tengas dentro de casa, puedes probar a ponerla al lado de una ventana para que reciba la mayor cantidad de luz posible.
En cuanto a la temperatura, es resistente tanto al calor como al frío. De hecho, de este último aguanta temperaturas de hasta -15ºC.
Sustrato y maceta
Uno de los principales puntos de la madreselva en maceta es saber qué tierra debes usar y en qué maceta ponerla.
Empecemos por el tiesto. Has de asegurarte de que sea grande. Normalmente, se escoge uno que tenga, por lo menos 40 centímetros de diámetro para que disponga de espacio necesario para crecer.
La tierra que usarás debe ser abonada, es decir, es bueno mezclar tierra con un sustrato abonado. Las proporciones son: la mitad del tiesto con tierra abonada y después el resto con tierra normal.
Hay que tener cuidado a la hora de plantarla porque es muy delicada y podrías acabar con ella fácilmente. Los expertos suelen rellenar hasta más o menos la mitad la maceta con la tierra abonada y cuando se pone la planta es cuando empiezan a echarle la tierra.
Eso sí, conviene que esta tierra la mezcles con algo de drenaje, como puede ser perlita o incluso más grande, como akadama. De esta forma oxigenarás mejor las raíces y no sufrirás por excesos y acumulaciones de agua.
Riego
Para que te hagas una idea, la madreselva no necesita de mucho riego porque tolera bien la sequía. Pero en el caso de la madreselva en maceta no es del todo cierto.
Cuando la tienes en maceta conviene estar más pendiente de su falta de agua. Normalmente se riega cuando la parte superior se ha secado. En verano, se puede regar 2-3 veces (si están en una zona muy calurosa es posible que necesite más riegos); y en invierno con una a la semana es suficiente.
Si tu maceta tiene un plato, a la hora de regar vigila que no quede agua en él pasados 15 minutos. Si la tiene, deberás quitársela porque ese agua estancada puede acabar pudriendo la planta.
Abonado
Si ya cuando se plantan se les proporciona abono en el agujero o en la maceta en sí, también va a necesitar más abono durante los años. Y es que es una planta que necesita que la abonen a menudo.
En general, deberás usar un fertilizante durante los meses de crecimiento. Y continuarla hasta que termina la temporada (es decir, después de la floración y los frutos).
De todos los abonos que puedes usar, el compost orgánico será la mejor elección.
Poda
La poda de la madreselva en maceta ha de realizarse en el mismo periodo que si estuviera en el suelo, es decir, tras la floración (en invierno). Tendrás que eliminar las ramas que estén muertas, débiles o enfermas, y controlar aquellas que se entrecruzan para que el sol no solo llegue a las ramas más externas sino también al interior de la planta.
Un truco para las podas es cortar las ramas que crecen en la dirección opuesta a la forma que queramos darle. De esta forma, irás «domando» la madreselva en maceta.
Plagas y enfermedades
La madreselva no está exenta de sufrir ataques de plagas o de que, por una mala iluminación y/o riego podamos hacer que se enferme.
Entre las plagas habituales de la madreselva están la cochinilla algodonosa, los pulgones y la mosca blanca. En el primer caso, lo que deberás hacer es retirar una a una las cochinillas y después limpiar toda la planta con aceite de neem ya que es muy efectivo. Este mismo producto puedes usarlo para eliminar las otras dos plagas.
Multiplicación
Si quieres reproducir tu planta, puedes hacerlo a través de semillas o de esquejes. Lo normal son los esquejes porque cuando la plantas a través de semillas la floración tarda unos dos años en producirse, mientras que con los esquejes es muchísimo más rápida.
En cuanto a los esquejes, se mantienen durante un par de semanas en agua para que desarrollen las raíces que necesitan. Después se pasan a tierra pero cuidado, porque si lo haces a una maceta el crecimiento va a ser mucho más lento que en el suelo.
¿Te han quedado claros los cuidados de la madreselva en maceta?