Los mesem son plantas herbáceas tapizantes que se utilizan mucho para dar color y alegría a un jardín durante buena parte del año. Producen flores muy bonitas y además no necesitan muchos cuidados, por lo que a menudo son una de las mejores opciones para tener en nuestro paraíso particular .
Pero… ¿los conocemos realmente? Si tienes dudas sobre cómo son y cuál es su mantenimiento, no te preocupes. A continuación te los presento.
Origen y características
Nuestro protagonista es una planta anual, bienal o rara vez perenne que pertenece al género botánico Mesembryanthemum, el cual está compuesto por 105 especies aceptadas. Es nativo del sur de África, y se caracteriza por tener hojas generalmente opuestas, a veces alternas, planas o de sección semicircular. Las flores son solitarias o en cima pauciflora, axilares y opuestas a las hojas. El fruto es una cápsula con 4-5 valvas que contienen numerosas semillas pequeñas, globosas o comprimidas.
Su ritmo de crecimiento es bastante rápido, llegando a alcanzar una altura máxima de cinco centímetros, y a ocupar un espacio de unos 40 o 50cm.
¿Cuáles son sus cuidados?
Si quieres tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación: ha de estar en el exterior, en una zona donde le dé la luz del sol durante todo el día.
- Tierra:
- Maceta: sustrato de cultivo universal mezclado con un 30% de perlita.
- Jardín: el mesem crece en todo tipo de suelos siempre que tengan buen drenaje.
- Riego: unas 3 veces por semana en verano, y cada 4 o 5 días el resto del año.
- Abonado: en primavera y verano con un abono para cactus y otras suculentas.
- Multiplicación: por semillas y esquejes en primavera.
- Rusticidad: la mayoría de especies no resisten el frío. Es recomendable que la temperatura no baje de los 0 grados.
¿Qué te ha parecido el mesem? ¿Lo habías visto alguna vez?