El mildiu es una de las enfermedades que más afectan a las plantas, tanto hortícolas como ornamentales. En el caso del rosal, este es un arbusto que, por desgracia, tampoco es capaz de resistir su ataque.
Por eso, es importante saber identificar los síntomas que provoca, y también, como se trata. Y es que el mildiu del rosal no es una enfermedad potencialmente grave, pero sí que debemos de estar pendientes y aplicarle algún tratamiento en cuanto aparezcan los primeros daños.
¿Qué es el mildiu?
El mildiu es una enfermedad causada por oomicetos como el Phytopthora, Plasmopara o el Peronospara, siendo este último el que ataca a los rosales. Al igual que los hongos, estos se sienten muy a gusto en ambientes húmedos y cálidos, por lo que suelen aparecer tras un episodio de lluvias que se ha dado durante la primavera o el verano.
Además, si la planta ya se encuentra debilitada, ya sea por haber recibido agua en exceso, o porque el suelo en el que crece no permite que las raíces estén bien aireadas, cosa que ocurre en tierras muy pesadas y compactas, es más fácil que acabe teniendo mildiu. Dicho de otra manera: si tiene sus necesidades cubiertas y la tierra tiene buen drenaje, es raro que enferme.
¿Cómo afecta al rosal?
Los síntomas del mildiu en el rosal son los siguientes:
- Primero, aparecen manchitas amarillas en el haz de las hojas que con el tiempo pasan a ser marrones. Además, más adelante se cubren de un polvo de color gris.
- Si el rosal es joven y/o tiene tallos tiernos, no lignificados, también puede acabar con daños en ellos, mostrando estos manchas pequeñas de color amarillo.
En casos muy graves, el rosal enfermo acabará sin hojas, de modo que le costará mucho volver a brotar. Por suerte, hay cosas que podremos hacerle para que tenga una oportunidad de seguir adelante.
¿Cuál es el tratamiento del mildiu del rosal?
Si sospechas que tu rosal tiene mildiu, lo que has de hacer es realizarle algún tratamiento. En el mercado existen productos químicos, y otros que son ecológicos. Por ejemplo, en lo que respecta a productos químicos, los más eficaces son los que contienen: mancozeb, fosetil (en venta aquí) u oxicloruro de cobre. Y si te decantas por productos naturales, son muy interesantes los siguientes: extracto de ortigas (en venta aquí), o el extracto de cola de caballo (Equisetum) que puedes comprar aquí.
Pero independientemente de cuál se vaya a aplicar, tenemos que seguir instrucciones que encontraremos en el envase, pues de lo contrario podría ser peor el remedio que la enfermedad tal y como decimos en España.
Eso sí, además de esto, también hay que hacer algo más:
Vigila el riego
Como decíamos, los oomicetos aparecen cuando ha llovido mucho y/o de manera constante, pero también si hemos regado mucho al rosal. Por este motivo, es importante que se vaya controlando el riego. Y esto se puede hacer de una forma muy simple: antes de echarle agua, introduce un palo de madera hasta el fondo. Luego, al extraerlo, verás si la tierra está húmeda o si por el contrario está seca.
Si tienes tu rosal en una maceta, es mejor que no le pongas un plato debajo para evitar que las raíces se pudran.
No lo plantes en tierras pesadas y compactas
Esto es válido tanto si vas a tenerlo en maceta como si prefieres plantarlo en el jardín. El rosal es una planta bastante resistente, pero si lo ponemos en un suelo muy compacto, podría acabar sufriendo mildiu u otras enfermedades.
Por este motivo, lo ideal es que se tenga en una tierra más bien ligera y, sobretodo, que tenga buen drenaje. Así, si va a estar en maceta, le pondremos un sustrato universal que lleve perlita, y si va a estar en el jardín, antes de nada tendremos que hacer un agujero de unos 40 x 40 centímetros, llenarlo de agua, y ver si esta se absorbe con rapidez; de ser así, entonces lo plantaremos, pero si no, lo rellenaremos con una mezcla de turba y perlita a partes iguales.
No lo riegues por arriba
Regar las plantas por arriba solo se puede hacer en el caso de que la humedad del aire sea baja y necesitan que sea elevada, o bien en si está haciendo mucho calor y queremos refrescarlas. Pero en cualquier caso se hará cuando ya no les dé el sol de manera directa, pues de lo contrario las hojas se quemarán, se debilitarán, y el mildiu podría aparecer si además lo hacemos con frecuencia.
Aplica fungicida si va a llover
Puedes usar productos aptos para la agricultura ecológica, como el purín de ortigas, o bien algún fungicida sistémico. Pero sin duda tratar el rosal, especialmente si vemos que está débil, puede ayudarle a evitar que enferme de mildiu.
El mildiu del rosal puede acabar con la planta, pero si la detectamos a tiempo, seguro que se recupera.