La administración ambiental venezolana ha puesto en marcha la campaña “Navidad Sin Musgo, en Paz y con Soberanía” para frenar la extracción y el comercio de plantas silvestres usadas en belenes y adornos navideños. El objetivo es detener la extracción, el transporte y la venta de estos recursos durante la temporada decembrina, reforzando la vigilancia en áreas de alto valor ecológico.
La medida se sustenta en la Resolución 000175 (Gaceta Oficial Nº 40.305), que prohíbe el aprovechamiento de musgos y especies afines por su papel en la regulación hídrica, la prevención de la erosión y el resguardo de la biodiversidad de bosques y páramos. Las autoridades apelan a la conciencia ciudadana y a la adopción de alternativas sostenibles en la decoración navideña.
Por qué se refuerza la protección ecológica
El Ministerio para el Ecosocialismo subraya que los musgos son indicadores del estado de salud de los ecosistemas y cumplen funciones clave en la retención de humedad y protección del suelo. En el país se registran 232 géneros y 1.012 especies de musgos, lo que evidencia su alta diversidad y la necesidad de preservar sus hábitats frente a la extracción con fines decorativos.
Desde el despacho de Ecosocialismo, se ha insistido en que la campaña tiene un componente preventivo y pedagógico: informar, concienciar y reducir la presión sobre estas plantas. El llamado oficial pide evitar sanciones y no contribuir a la pérdida de funciones ecológicas, alineando la acción con los compromisos frente a la crisis climática.
Especies protegidas y prácticas prohibidas
La normativa prohíbe extraer, transportar, comercializar y aprovechar especies que suelen emplearse en nacimientos y pesebres. Entre las plantas protegidas se incluyen musgos, líquenes, briófitos, helechos arborescentes, barba de palo, frailejones y bromelias, cuyo retiro del medio natural provoca desequilibrios en bosques y páramos.
- Musgos y otros briófitos
- Líquenes
- Helechos arborescentes
- Barba de palo
- Frailejones
- Bromelias
La extracción masiva para adornos estacionales debilita la cobertura vegetal, expone el suelo a la erosión y afecta la disponibilidad de agua en ecosistemas de montaña, por lo que las intervenciones se enfocan en los puntos con mayor presión recolectora.
Zonas donde se intensifican los operativos
Los despliegues de fiscalización se concentran en áreas identificadas como críticas: El Junquito (Caracas), la Colonia Tovar (Aragua) y los estados Miranda, Táchira, Mérida y Trujillo. En estos territorios se reforzarán las inspecciones en bosques y páramos, con presencia de equipos mixtos y recorridos preventivos; estas acciones recuerdan acciones y avances en el control del lirio acuático en embalses como ejemplo de operativos de control.
Autoridades ambientales locales han señalado que Trujillo es especialmente vulnerable a la recolección ilegal en estas fechas, por lo que se potenciarán las acciones de control y las campañas de información para la ciudadanía y los comercios de decoración.
Quién fiscaliza y qué sanciones se contemplan
El operativo está liderado por la Guardería Ambiental de la Guardia Nacional Bolivariana, con apoyo del CICPC, la División Ambiental de la Policía Nacional Bolivariana, el Ministerio Público y la Dirección de Diversidad Biológica. Estos cuerpos coordinarán puntos de control, inspecciones y decomisos, además de acciones formativas.
De acuerdo con el artículo 154 de la Ley de Bosques, quienes incumplan se enfrentarán a multas entre 3.000 y 10.000 unidades tributarias. También se contempla la imposición de cinco charlas educativas o labores socioambientales, medidas orientadas a reparar el daño y evitar reincidencias.
Decorar sin extraer: alternativas responsables
Para mantener las tradiciones sin dañar el entorno, el ministerio anima a optar por materiales reutilizables y de bajo impacto: papeles y cartones reciclados para simular suelos, fibras vegetales cultivadas de forma sostenible, tejidos y elementos naturales caídos (sin arrancar plantas), así como bases de corcho o madera certificada.
Además, se recomienda priorizar proveedores locales con buenas prácticas y reusar cada año la decoración, reduciendo así la demanda que incentiva la extracción en zonas frágiles. Con estas pautas es posible montar belenes y adornos con estética similar, sin comprometer los ecosistemas.
La campaña “Navidad Sin Musgo” combina base legal, presencia operativa y educación ambiental para proteger especies clave y sus funciones ecológicas. Con controles focalizados y sanciones disuasorias, las autoridades buscan que las fiestas transcurran con responsabilidad, promoviendo alternativas sostenibles y frenando la presión sobre bosques y páramos más sensibles.